Samsāra

Prólogo

Observaba con atención la ciudad, el crepúsculo siempre era hermosos de ver, al igual que el ocaso. El cielo se teñía de rojo por momentos, un rojo naranja idéntico a los cabellos de ella.

No sabía cuántos atardeceres como este había visto, pero no necesitaba saberlo, desde que le perdió, su único alivio eran estos momentos.

Era estúpido, había perdido todo por ella, por protegerle, por mantenerle a salvo junto a su hijo, mas no había servido de nada. Para cuando logró llegar, ya era tarde, su cuerpo sin vida, rodeado de un charco escarlata estaba. Ni una última palabra pudo dedicarle. Sus hermosos ojos lo miraron sin ese brillo travieso que en vida habían tenido, sus manos siempre tibias esta vez estaban frías. Si tan solo, si tan solo no hubiese dudado, si tan solo hubiese terminado el trato en pocos minutos su amada y su hijo estarían con él.

Mas ya nada se podía hacer. Le había perdido, y su única esperanza era que un día ella volvería a nacer. Al menos eso le había dicho Odasaku, quien tenía la habilidad de ver el futuro

Y Ango lo había confirmado, ella nacería nuevamente. Aunque su cuerpo fuese diferente su alma seguiría siendo la misma.

Cuando el sol se hubo ocultado por completo para darle paso a la noche, deshizo todos los pensamientos de su mente para salir a cazar.