11; De niñero a niñero

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Ya había perdido la cuenta sobre el tiempo.

¿Habían sido días? ¿Semanas? ¿Meses?

Probablemente semanas, cuatro jodidas semanas en donde se acostaba y corrompía el cuerpo de un menor de edad. De verdad que no quería.

¿Lo estaban obligando? Puede.

Hoseok se encontraba en el supermercado, y mientras escogía en la sección de bebidas, sus pensamientos se nublaban cuando pensaba en Kihyun, el bendito Kihyun.

Kihyun era como su más grande dolor de cabeza, su más grande castigo, pero también, su más grande tentación. Sería mentira decir que no se excitaba cuando el menor le pedía ser follado. Pero al igual que excitado estaba preocupado, pues estaba jugando con fuego, y ya podía sentir quemarse en las llamas, siendo castigado por satanás.

Estaba a punto de coger una soda de limón, cuando una mano se le adelantó y la cogió antes que él.

−¡Hey! Es mía. −Se quejó avizorando a aquel que osaba robarle su preciada soda de limón.

−Toma otra. −Respondió esa persona que ni siquiera le miraba.

−Esa era la última. −Se quejó de nuevo.

−Pues ve a otra tienda y compra otra. −Aquel tipo tomó una soda de naranja del estante y la tiró en su canasta de compras.

−Hazlo tu si quieres, pero esa soda de ahí. −Apuntó la soda de la canasta contraria. −Me pertenece.

−¿En serio? Coge una de otra marca. −Mencionó el extraño alto de labios abultados.

−Sí, pero las de limón de otra marca están a más precio. No va dentro de mi presupuesto.

−¡Ay! No están tan caras...a menos que tengas un trabajo mediocre que no te alcance para nada.

−Mediocre o no, eso no es tu problema.

−Seguro se trata de repartir volantes, ¡Oh! Espera ¿O cambias pañales? −Burló el fastidioso extraño comenzando a reír.

Hoseok se cruzó de brazos y frunció el ceño.

–Fíjate que sí soy niñero, o algo así...y a mucha honra.

Aquel anónimo de cabellera castaña paró de reír, puso una mano sobre su vientre controlando su risa. Hoseok permanecía serio sin encontrarle una pizca de gracia a nada.

–Bueno, bueno. Para que veas que no soy mala persona y que me has caido bien, te doy tu preciada. –El ahora buen extraño, cogio la bebida de su canasta y se la otorgó. Hoseok ensanchó una estupenda sonrisa.

–Gracias, por un momento creí que eras un patán. –Agregó recibiendo la botella.

–Sí bueno, lo era hasta que mencionaste que eras niñero, también lo fui ¿Sabes?

–¿Fuiste?

–Sí, pero no fue el mejor de mis empleos...–El extraño sin nombre, acarició su nuca en señal de incomodidad. –Por cierto, me llamo Hyunwoo, puedes decirme Shownu. –El más alto le ofreció la mano y él la estrechó.

–Hoseok...y yo tampoco creo que sea el mejor de mis empleos.

–¿Qué? Son unos demonios ¿Cierto? –Hyunwoo sonrió. El rubio empezó a avanzar hacia otra sección y el moreno lo siguió.

–Más que eso...–Expresó recordando a Kihyun, muy incómodo.

–Sí, puede llegar a ser muy duro. –El castaño agachó la cabeza siendo partícipe también de la incomodidad.

–Nunca sabes cuando te sorprenderán, y sin darte cuenta ya te tienen en la palma de su mano.

–Tienes razón, son muy audaces a veces. –Dió a entender el mayor de ambos.

–Sí, tanto que pueden llegar a amenazarte para que no digan nada y no te ganes, por lo menos, diez años de prisión. –Hoseok paró, cerrando su boca que habló de más.

–¿Qué? –El rubio miró asustado al contrario y éste tenía los ojos bien abiertos.

–Nada, y-yo...olvídalo. –Hoseok negó tanto como pudo.

–¿K-kihyun? –Murmuró Hyunwoo con la voz temblando.

–¿Kihyun? –Repitió el rubio sorprendido.

–No, nada...¿Sabes qué? Tienes razón, olvidémoslo. –El moreno comenzó a andar delante del rubio.

–Yoo Kihyun. –Afirmó Hoseok en voz alta, haciendo que el mayor parara.

–¿Conoces al maldito? –El alto volteó pasmado y se le acercó. Hoseok a duras penas asintió.

–Digamos que sí.

–Joder, despídete de este mundo. Cuidar a ese engendro no te conviene amigo. –Hyunwoo formó compadecimiento en su rostro y Hoseok tragó con resignación.

–Lo sé, ya me estoy lamentando.

–Fui su niñero, supongo que ya lo entendiste. –Explicó el castaño y el menor se encogió de hombros.–Pero...¿Quieres un consejo?

Hoseok estaba inseguro aunque no dudó en asentir de nuevo.

–Huye mientras puedas, porque te aseguro que las cosas se pondrán peores.

Hyunwoo posó una mano en su hombro, le sonrió por última vez y se fue por el pasillo de los dulces.

Comprendió que Hyunwoo tenía toda la razón de mundo.
¿Cómo detener el problema? ¿Cómo huir sin salir perjudicado?

Se quedó estático viendo la figura del moreno desaparecer, con un gran dilema, con un muy grave problema.

Baby Kiki ➵ WonkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora