El Robo Equivocado (+18)

Capítulo 52

Cuando estaba acostada, me hice la dormida para que Sam no me pregunte nada pero fue inútil porque le hablaba a la panza y le daba besos, después pasó un brazo por atrás de mi cabeza y me acercó a su cuerpo y se quedó un rato así

-¿Te puedo preguntar algo? -puedo imaginarme cuál sería su pregunta

-Si

-Ése tal Will, ¿fue el motivo por el que te fuiste a Mexico? -a pesar que estoy con él, nunca le hablé de mi vida privada. Sólo lo necesario

-Por una parte si

-Nunca me hablaste de lo que te pasó

-No quiero hablar de eso Sam. Vamos a dormir que tengo mucho sueño -le doy la espalda y por suerte no me cuesta mucho dormirme

Al otro día se me ocurrió llevar a Sami conocer un poco de la ciudad y esas cosas junto a mis hermanos también. Fuimos al Tigre, Puerto Madero y les dije que otro día íbamos a ir a los bosques de Palermo porque ya no llegábamos y para ir ahí es lindo para estar todo el día.

Llegamos a lo de mi tía y había un auto. Cuando entramos estaba Oli con Tomy hablando con mi tía

-Volvieron los tortolitos -dice Oli

-Hoy fui un estilo guía turística pero no llegamos a todo. La próxima vamos todos juntos -me senté en el sillón y mi amiga vino al lado mío para acariciarme la panza

-¿Cómo está mi porotito?

-Por más que te diga que no le pongas apodos vas a seguir diciéndolo, ¿no?

-Ay mi bella, no tiene nada de malo si él o ella sabe que lo digo con todo el cariño que ya le tiene su tía -las dos nos quedamos congeladas viéndonos

-¿Qué les pasa? -pregunta mi tía

-¡Se movió! -decimos las dos al mismo tiempo

-¿Qué? -dicen todos

-¡Se movió! Mi porotito me escuchó y se movió -gritaba y bailaba la loca

-Vení Sami -le digo para que se acerque y pongo una mano de él arriba de mi panza -Acá está papi amor -y se vuelve a mover. No pude evitar que me caigan alguna lágrimas

-¿Ya te dije lo feliz que me haces? -y me empieza a besar. No nos acordamos que teníamos público hasta que mi amiga habló

-Chicos guarden el cariño para la noche -y me guiña un ojo que le respondo tirándole un almohadón

Comimos lo que cocinó mi tía y después la visita se fue a su casa. Quise ayudar a lavar o limpiar pero no me dejaron así que me fui a bañar para relajarme un poco. Después de eso me acosté y me puse a hablarle a mi bebé

-Hola bebé de mami, no veo la hora de que nazcas así poder ver tus ojitos, manitos y todo lo que tenga que ver con vos. Nos haces muy feliz amor

-Qué hacen mis amores -dice Sam entrando a la pieza con el pelo mojado porque había salido de bañarse y se tira al lado mío

-Estamos teniendo una charla muy importante

-Ah, ¿si? ¿Y se puede saber de qué?

-No, es un secreto -achina los ojos y se acerca más

-Si se mueve vas a ver que a su papá sí que le va a contar, ¿no hijo? -desde que le dije que estaba embarazada decía que iba a ser un varón. Pero me reí en su cara cuando no lo hizo

-Te dije que es un secreto, y no va a romper una promesa con su mami -me reí peor cuando ahí si se movió

-Eso no cuenta, vos le dijiste algo para que no se mueva