- ¿Puedo dormir contigo?
No sabía como tomarme esa pregunta, pero lo que sí sabía es que mis mejillas comenzaron a arder como nunca antes lo habían hecho ¿Eso era normal?
- No es lo que piensas - Se escucho una carcajada un tanto exagerada, se limpió una pequeña lagrima que le salió por la comisura de su ojo, para luego mirarme aún con una sonrisa en su divertido semblante - Eres una mal pensada.
- ¿Q-Que? no mal pensé nada... - Trate de tranquilizarme pero esa pregunta comenzó a rondar por toda mi cabeza.
- Ven, un día vi algo interesante en tu patio - Fruncí una ceja y sin réplica alguna terminé caminando detrás de ella, tomó un encendedor. Poco a poco me di dando cuenta a que se refería. Hace un tiempo mis padres compraron algo parecido a una fogata eléctrica que supuestamente iría dentro de casa pero luego de traerla de la tienda notaron que no se veia muy lindo estéticamente, así que lo pusieron en cualquier parte del patio, cualquiera diría que fue un desperdicio de dinero... y si, efectivamente lo fue.
- ¿Nunca han prendido esto? - Cuestiono mientras trataba de encenderla por el lado izquierdo de la rejilla de metal - Solo lo utilizaron una vez... y creo que fue por error.
- Uhm... que cosas - Luego de unos intentos logró encenderla, la noche ya había inciado por lo cual el aspecto se veía muy relajante y lindo.
- Ahora vengo - Advirtió, por mi parte solo asentí mientras me sentaba en una silla que habían olvidado recoger el último domingo. Apenas eran las siete y el sol estaba a poco de ocultarse, suspire y mire el cielo por unos breves segundos hasta que las luces del patio fueron prendidos. La tonalidad de estos eran de un relajante amarillo, tipo de los que ponen en el spa cuando te están haciendo un baño de lodo, asqueroso ¿no? Bueno, mi madre se lo hace a menudo.
- Bueno, creo que ahora si se ve algo más decente - Asentí sin despegar mi mirada del anochecer, unos segundos después sentí su mano tocar la mía - Sígueme - Me deje llevar, nos sentamos en unos asientos acolchado los cuales eran muy parecidos a un sofá cualquiera.
Apenas nos posicionamos recosté mi cabeza en su hombro, su brazo rodeó toda mi espalda con delicadeza, daba pequeñas caricias que sólo terminaban por relajarme, si seguía así lo más probable es que cediera al sueño.
- Sabes... - Su voz sonó tan insegura que juraría que en cualquier momento huiría, alce mi cabeza hasta quedar completamente cara a cara con mi contraria.
- ¿Qué es lo que se? - Trate de animarla a seguir hablando. Trago en seco y colocó su frente en la mía - No se como decirlo... perdón.
- Entonces... demuéstralo.
No se ni porque dije eso, pero... volver a sentir sus labios en los míos fue una de las cosas más maravillosa que me pudo haber pasado en la vida, su mano libre se comenzó a deslizarse hasta mi mejilla causando así un poco más de profundidad en el beso. Lo que vino después terminó por alterar mi hormonas...
Jisoo colocó sus dos manos en mis hombros para así empujarme con sutileza y quedar prácticamente encima mío.
Me aprisiono con sus brazos uno a cada lado de mis hombros sin dejar de mover sus labios al mismo ritmo que los míos ¡Dios! esto se sentía tan genial.
- ¡Park Chaeyoung!
No puedo explicar lo que sentí en ese momento ¿Pánico? ¿Miedo? ¿Nervios? no tengo ni idea, pero lo que paso después fue aterrador e inesperado.
ESTÁS LEYENDO
UN AMOR INESPERADO | CHAESOO
FanficCada fin de semana Rosé siempre era víctima de las maldades que le hacía Kim Jisoo cuando sus padres organizaban una fiesta en la mansión, donde iban algunas socios y familiares, sin embargo, un día algo logro cambiar las cosas, algo que empeoro y...