~♡ Jack Dylan Grazer y tú ♡~

32. ¿Necesito una razón para pasar tiempo contigo?

Tomé mi móvil y le contesté a Mike.

- ¿Hola? - recosté mi cabeza en el sofá.

- Hola, ¿Qué haces?

- Estaba viendo una película con mi padre pero tuvo que salir.

- Oh, ¿qué harás ahora?

- Pues mi madre quiere que la ayude a decorar la casa, ¿por qué preguntas? - Sabía que quería salir pero no podía dejar a mi mamá.

- Oh, por nada, es que quería saber si querías comer algo - parecía estar desanimado.

- Lo siento, ahora no puedo, Mike - suspiré - pero en otro momento sí, es que estoy un poco cansada.

- Sí, te entiendo, y ya hablando de eso no necesitas ir a hablar con él profesor Hastings - dijo en un tono divertido.

- ¿Qué? ¿Por qué? - levanté la cabeza y junté las cejas.

- Lo hice yo, y me hizo caso, te aprobará - no pude evitar sonreír - le dije que tú y yo éramos bueno amigos, y que estas mal en su clase porque yo te había distraído, pero ya que él me ama te dió una ayuda.

- ¿QUÉ?!, MALDITA SEA MIKE - me emocioné.

- Lo siento, tuve la oportunidad y lo hice.

- No, está bien, gracias, en serio muchas gracias Mike eres el mejor, no sabes el gran favor que me has hecho - sonreí aún más.

- Sí, claro, después me devolverás el favor - sonaba arrogante.

- Tristemente - dije sarcástica.

- ¡Hey! - lo escuché reír. Hice lo mismo.

- Ya me tengo que ir.

-Está bien, te veo mañana.

- Claro, adiós - colgué.

Menos preocupaciones, eres grande Mike Miller.

(...)

Me despertó un grito de mi padre que no había entendido. Miré mi teléfono y recién eran las 7:20. Me levanté porque vamos, ¿tenía otra opción? Me duché y arreglé para la escuela. Tomé mi teléfono, tenía llamadas perdidas de Jack. Bajé.

-Buenos días - dije aún concentrada en mi móvil.

- Cariño, hice tortilla de espinacas, ¿quieres un poco? - dijo mi padre en la cocina.

- Claro, gracias - me senté - ¿y mamá?

- Tuvo que ir temprano al trabajo, no quería levantarte.

- No, está bien, yo podría haber preparado el desayuno - sonreí.

- No es problema, extrañaba cocinar - se acercó a mi con un plato de tortilla ya hecha.

- Huele bien - no borré ni un segundo mi sonrisa.

- Si, espero que esté delicioso - volvió con otro plato de tortilla para él y se sentó - comamos.

- Con gusto.

(...)

Cuando salí de casa, llamé al móvil de Jack ya que no me respondía los mensajes y eso me preocupó aún más.

-¿sí, qué sucede? - su voz sonaba tranquila. Un alivio.

- Me estuviste llamando, no lo sé, me asusté Jack - me quedé quieta al lado de un árbol, aún era temprano para la escuela.

- Oh si, ¿quieres ir a algún lugar? - sonaba alegre.

- Jack, tenemos escuela - dije obvia.

- Lo sé.