~♡ Jack Dylan Grazer y tú ♡~

20. Niveles.

Al despertar vi un póster en el techo, era de una banda de rock de los 90, la habitación tenía unas paredes blancas con delgadas franjas azules llenas de más pósters de diferentes cosas, las cortinas estaba casi abiertas, miré hacia todos lados sin encontrar a nadie, no tenía idea de dónde estaba ni por qué.

Estaba asustada, tenía muchas preguntas, ¿qué había pasado en la fiesta?¿Cómo llegué aquí?¿Quién me trajo?¿por qué?¿Dónde estaba?

La puerta se abrió, era Finn, quién dio un pequeño salto al entrar - Oh mierda, había olvidado que estabas aquí.

- ¿Finn? ¿Tú me trajiste aquí? - dije asustada. Qué había pasado para llegar con Finn. Miré asustada debajo de las sábanas para ver que llevaba puesto, gracias al cielo eran unos pantalones gruesos y grandes.

- Si, espera ¿Si? - se rascó las cabeza - Oh, si ya recuerdo, estabas muy ebria, pensé que tú no tomabas - rió.

- Finn, ¿por qué me trajiste aquí? - me levanté de la cama para buscar mis zapatos.

- ¿No recuerdas nada de nada? - sacó una chaqueta de su armario y me la ofreció. Pues hacía mucho frío.

- Para serte sincera, no, sólo que estaba con jack hablando - recibí la chaqueta y me la puse.

- Ah, si estabas con Jack, pues yo ya casi no estaba ebrio, no tanto, bueno después de eso, los dos bebieron y mucho - recogió la ropa en el piso - luego de eso, creo que jack quería llevarte a casa, él estaba muy ebrio y tenia conocimiento de eso, también de que yo estaba un poco sobrio, así que me dijo que te llevara, lo intenté pero apenas pude llegar a la casa de Jer, te hice poner mi ropa, no me malinterpretes, hacia frío, y te acomodé, eso es todo, yo dormí en el sofá - mostró media sonrisa.

- Gracias, muchas gracias por traerme Finn, mis padres me hubieran matado si llegaba así a casa - sonreí - pero entonces, ¿no hice nada de lo que me arrepienta?

- Pues creo que no - se encogió de hombros - a menos que te arrepientas de haber besado a Jack, y no a el rubio, me refiero al pecas - sonrío incómodo.

- ¿QUÉ?, no es posible - exclamé.

- Tranquila, mírate, estás pálida, no fue tan malo, tal vez Jack no lo recuerde, estaban muy ebrios - di un suspiro de tranquilidad al oír eso, Finn tenía razón. Nos quedamos en silencio unos cinco segundos - aunque tengo que admitir que se veían muy tiernos.

- ¡FINN! - grité.

- Oh vamos ____, ¿me negarás que extrañas al niño pecas? - se cruzó de brazos.

- No lo sé - quedé en silencio y noté como Finn se burlaba de mi - y para que sepas tú igual tienes pecas, idiota - reí.

(...)

Al salir de la habitación de Finn y despedirme me agaché a atar mis agujetas, casi al terminar vi unas pantuflas con diseño de Los vengadores en frente. Levanté la cabeza, suponiendo quién era.

- Wyatt, ¿no fuiste a la fiesta de Lulu? - me levanté.

- Buenos días ____, y no, no tuve tiempo de ir - sonrió sarcásticamente.

- ¿Ah si? Que pena porque Sophia se veía bien - wyatt sólo se limitó a sonreír con los ojos cerrados - y mejor aún bailando con ese chico de cabello rizado.

- ¿Qué? - abrió los ojos como plato.

- Estoy bromeando - sonreí, intentado no burlarme.

- Ah, claro, obviamente lo sabía - sonrió fastidiado mientras ponía sus manos en su cintura - además ella nunca cambiaría mis rizos por otros, Sophia ama los míos - intentó sonreír confiado.

- Si, eso lo tengo claro - dije sarcásticamente - por cierto amo tus pantuflas, me encantan los Vengadores junto a Thor, ese sí es un buen cabello.

- Adiós ____ - sonrió y continuó su camino hacía un cuarto.

Bajé las escaleras sin hacer ningún ruido, vi a Chosen y Jaeden dormidos en un sofá de una esquina del ancho pasillo, Jaeden estaba con la mitad de su cuerpo en el piso mientras Chosen dormía como un feto acurrucado, continué mi camino hacia el living, la casa estaba muy en orden sabiendo que 7 adolescentes vivían ahí.
Justo cuando llegué a él living vi a Jeremy que al parecer miraba la tv mientras se comía un plato de leche y cereales.

- Hola ____, ¿qué haces aquí? Sophia no está - se puso las gafas que estaban a su lado, que a Jeremy le daba un toque único, lucía muy bien.

- Ah, sí, Hola Jer, lo sé, me equivoqué - mostré una sonrisa tonta.

- Bueno - frunció el ceño - estoy en medio de mi programa, espero encuentres la forma de salir.

Esa había sido la forma más fácil y rápida de decirme que me largara, obviamente no me iba a enojar por eso, así que asentí con la cabeza y me fui.
Cuando llegué a la puerta principal, la abrí, y caminé hacia afuera mirando hacía dentro de la casa para ver que nadie más se percatara de que estaba saliendo, cuando choqué con alguien.

- Oh vamos, esto para celebrar un maldito video juego, ¿cada unos de ustedes es un nivel? - cuando terminé de girar mi cabeza al ver de quien se trataba quedé pálida - Hola.

- Buenos días señorita, ¿quién es usted? - dijo una señora, muy alta y delgada con un cabello rubio combinado con algunas canas, iba vestida con un vestido muy hermoso, a su lado había otra señora un poca más baja, con su contextura un poco ancha, con cabello corto, igual de rubio, pero esta no tenía canas, una blusa y unos simples pantalones que lucían bien en ella por las sus grandes caderas.

- Hola, yo ... - no sabía que responder de los nervios.

- Oh Mary, ya deja a la pobre jovencita - dijo la señora de los patalones a su lado, ella sonaba tierna y muy dulce - Hola, soy mamá de Jeremy, seguro buscas a Sophia.

- Sí - sonreí - pero no está así que sólo me iré - me voltée muy rápido para poder irme.

(...)

Estaba sentada en una banca de un parque pensando en mi excusa por llegar tarde a casa, cuando escuché a alguien acercarse acercarse mi.

- Hey - dijo la voz detrás de mí, era una voz femenina así que no giré la cabeza y solo me límite a decir.

- Lo siento, no quiero comprar lo que sea que vendas.

- ¿por qué querría venderte algo mío a ti? ¿No tienes suficiente con haber robado al amor de mi vida? - la voz sonaba alterada, así que finalmente giré mi cabeza y vi a Ellie, que tenía sus manos en sus caderas.

- ¿Qué demonios quieres?

- Quiero que me devuelvas a mi novio, perra.

Quedé asombrada por el modo en que lo dijo, esto sonaba tan dramático que no sabia si reír o lanzarme a ella. Ahora si parecía un video juego, y Ellie era el último nivel.