Capitulo 32

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León

Voy a la dirección para preguntar al señor Salas que más debo hacer.

—León, limpia el gimnasio, mañana lloverá y necesito el gimnasio limpio para las clases de José Luján.— me dice el señor Salas, pasándome las llaves del gimnasio.

—Gracias, señor.— salgo de su oficina y veo a Andrea, rodeó los ojos pero en su cara me doy cuenta que se ve un poco nerviosa.— ¿Que te pasa, Andrea?— le pregunto.

—León...no sé cómo decirte esto pero...anoche...no usamos protección.— me dice con una cara de arrepentimiento y la noticia me cae como un balde de agua fría.

—¿Como que no usamos protección? Pero...¿no que tomas pastillas?— le pregunto.

—Yo no tomo pastillas para esas cosas, León. Además...las pastillas del día siguiente lo venden en farmacias lejos de aquí.— me dice, jugando con sus pulseras.

—Pues espero que no estás embarazada.— le digo.

—Vamos León, imagínate un bebé tuyo y mío, sería la cosita más bonita del mundo.— me dice, tratando de besarme pero siento que alguien la aleja de mí.

—A ver, ¿no te da vergüenza parecer como gata en celo? Deja en paz el novio de mi amiga.— le dice Manuela, soltándola de golpe.

—Ten cuidado, marimacho.— dice Andrea, sobándose el brazo. Manuela se iba a acercar a Andrea pero Romina se pone en medio y Andrea se va corriendo.

—¿Y vos? No te vi que intentabas alejarla, chaval.— me reclama Manuela.

—Ya déjalo, Manu. Hicimos lo que teníamos que hacer, ahora vámonos que necesito rezar.— le dice Romina. Manuela rodea los ojos mientras Romina la agarra de la muñeca para arrástrala lejos de mí.

—Romi, acepto tu decisión de ser monja y todo pero tampoco es para tanto.— dice Manuela mientras la arrastraban.

Machu

—¿Crees que le debo decir por teléfono? Nah, yo tampoco lo creo. ¿Y si mandamos un mensaje diciendo "necesitamos hablar"? No, él sabrá qué hay algo...

—¡Ay, por Dios! ¿No podés esperar hasta que termina tu suspensión o qué, boluda?— dice Claudio, literalmente explotando de la frustración.

—No me grites, sálame. ¿Sabes que? Es mejor esperar hasta que se lo diga en persona.— dijo, parándome del sofá para servirme un vaso de agua.

—¿Es posta? Literalmente te dije eso hace un minuto.— me reclama Claudio.

—No, no creo que lo hiciste.— le digo mientras meto el agua en el refri. Como me encanta molestarlo.

—Olvídalo. ¿Que te hizo León?— me pregunta.

—No quiero hablar sobre eso, yo sé cómo te pones y no quiero ninguna pelea entre tú y ese tarado cachondo.— le digo, tomando mi agua.

—Pues, ¿que harás?— me pregunta Claudio.

—Pos...sí anoche León se fue a un antro, yo también puedo ir a un antro esta noche.— le digo.

—¿No que estás castigada?— me pregunta.

—Ay, chiquito bebé.....— le digo pellizcando su mejilla

—Basta, boluda.— me dice, pegando mi mano.

—....¿desde cuando hago caso a mi madre?— le pregunto. Bueno León, ¿te quieres divertir con esa gata? Hazlo porque yo también me puedo divertir.

Como ya lo pueden ver, amo la amistad entre Machu y Claudio

Del Odio Al Amor (LECHU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora