Del Odio Al Amor (LECHU)

Capitulo 3

León

Vi a Machu irse con sus amigas por otro lado mientras yo hablo con Emilia, es mi amiga de toda la vida, su mamá trabaja como sirvienta en mi casa. (cocina, limpia, hace de todo)

—Ey, León, ¿me estás escuchando?— me dice Emilia, moviendo su mano enfrente de mi cara.

—Perdón, Em, ¿de que hablabas?— le pregunté.

—Estaba diciendo si este fin de semana, quieres hacer algo. Mi mamá dice que ella va a cuidar a Martina y que puedo "disfrutar de mi juventud" como dice ella. Entonces, ¿que dices? ¿Hacemos algo?— me dice Emilia, tiene un brillo en sus ojos y también esperanza.

—Me late, este sábado nos vamos a un club de mi papá. ¿Podemos ir a la cafetería? Tengo hambre, quiero unos tacos.— le digo, sobándome el estómago.

—Y yo unos chilaquiles, vamos.— me dijo Emília y nosotros caminos hacia la cafetería y vi a Machu hablando con sus amigas y con Silverio.— Oye León, ¿a quien estas viendo?— me pregunta

—Estoy viendo a Machu.— le digo.

—¿La hada malvada 🧚🏻‍♀️? No maches León, ella se ve súper tierna, parece una muñequita preciosa de porcelana. Es súper pequeña.— me dice Emília con ternura.

—Em, Machu es malvada, ella es pura maldad.— le digo, tratando de convencerla.

—Ay, León, por Dios, mira, la voy a saludar y todo para que veas que no es malvada.— me dice pero la agarró de la muñeca.— León, neta, suéltame.

—No quiero planear tu velorio, no sé qué tipo de flores te gusta, ¿vas a dejar a Martina sin mamá?— le dijo y ella me dio una mueca molesta y enojada.— está bien, te suelto.

Vi como Emília se acercara a Machu todo buena onda. Emília le dio la mano y Machu la saluda como se debe con una sonrisa. Ahora ellas están riendo y Emília se fue de la mesa pero no sin darle un beso de despedida a Machu. Estoy nervioso, ¿de que habrán hablando?

—León, neta, Machu es buena onda. No entiendo por qué la odias.— me dice mientras nos sentamos en una mesa.

—Emilia, te estoy diciendo que ella me odia y yo a ella. Me dice que soy un niño de plástico, que soy hipócrita, todas esas cosas.

—León, eres medio hijo de papi y lo sabes. Cuando éramos chiquitos, siempre le preguntabas a tu papá si te puede comprar algo. Haces lo mismo ahora, siempre pides a tu papá ayuda.— me dice y yo la veo molesta.

—¿De Quien lado estás?— le pregunto.

—No Estoy escogiendo lados. Y a ver, ¿por qué odias a Machu? ¿Que te ha hecho?— me pregunta mientras revisaba su celular.

—Ay, ¿que no me ha hecho? El año pasado, puso tinte azul en mi champú y quedé así por dos semanas.— le digo.

—Pero tú tendiste su ropa interior en el red de voleibol primero, me lo contaste.— ella me dice.

—No puedo hablar contigo, voy a ordenar mis tacos y tus chilaquiles, ¿va?

—Va.— me dice Emília y fui por donde estaba Machu y puedo escuchar si conversación.

—Emília me parece simpática, ¿que hace pasando tiempo con un orco como León?— dice Machu y me molesto mucho.

—Bueno, quizás tienen algo. Creo que hacen bonita pareja.— dice Romina.

—Ay no, pobre de Emília. Él no merece una chica tan buena onda, Merece alguien como Kathy.— dice Machu, odio a Kathy, es horrible. Ya tengo los platos de tacos y de chilaquiles. Camino hacia la mesa pero tropecé con una persona que tenía una bebida y por casualidad, esa bebida cayó en el cabello de Machu, que suerte la mía, ¿no?— ¡LEÓN!— gruta y tapo mis oídos.

—Eww, Machu, tu cabello olerá a fresas.— le dice Antonia, agarrando un mechón del cabello de Machu.ç

—Obvio, voy a mi cuarto para ducharme, León, no entras al cuarto hasta que termino.— me dice Machu y se fue. Emília luego viene a mi lado y agarró su plato de chilaquiles.

—¿Que crees que te hará, güey?— me pregunta Emília.

—No sé, güey. Voy a dormir con los ojos abiertos.

—Sí, mejor. ¿Comemos?— y así fue, comimos nuestra comida para después ir al playroom porque no quiero oír los gritos de Machu, mis pobres tímpanos.