SIETE

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Fuera de la habitación.

Georgina?-hablaba Simón por el celular con voz dura.

Si ella habla.

Quiero decirle que tenemos secuestrada a Alay, queremos 5 millones de dólares, tiene dos días para conseguirlos o si no... La mandaremos en partes hasta la puerta de su casa.

Georgina se quedó sin habla, estaba en estado de shock, no podía creer que de verdad Alay estuviera secuestrada, ella creía que había pasado la noche con sus padres y que por eso no le contestaba el celular, entonces perdió el control.

iNo le hagan nada!-suplicó Georgina mientras Michell se llevaba una mano a la boca para callar el gemido de dolor que sentía por Alay-. Conseguiré el dinero pero no le hagar nada, se los suplico.

Ya dije maldita vieja, tiene dos días si no le mandaremos un pequeño regalito.

Entonces la llamada finalizó y Georgina parecía como si se fuese a desmayar en cualquier momento. Michell sostuvo a su madre y la dejó en un sillon de la sala, cuando tomo las llaves de la casa y salió de ahí rápidamente.

Simón no ha entrado a la habitación y eso me tranquiliza, no me agrada estar sola pero en esta situación, es mejor que nadie entre y me haga daño.
Con mi suéter blanco limpio mi frente y mis ojos, toda la manga de ésta se ha vuelto obscura por el maquillaje corrido de mi rostro. Llegué a pensar en ahorcarme con las cuerdas que me tenían amarrada, pero en el techo no hay forma alguna de sujetar la cuerda. Quiero que esto termine, tengo miedo y sé que mis padres desde que Levi murió por mi culpa.
Sé que me van a dejar aquí, van a dejarme morir. Pero aún tengo un az bajo la manga, pero solo la usaré cuando no me quede alternativa.
No van a ayudarme, no me quieren.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Simón en la entrada, después de observarme unos segundos más terminó de entrar de lleno en la habitación.

Yo solo pude sentarme en el colchón mientras él tomaba asiento en la silla de madera.

Ya no se como hacerla fácil - se agarto la cabeza poniendo sus codos contra encima de sus piernas.

iDe qué hablas? Ahora vas a culparme por no hacerte un vividor? - interrumpió mis palabras y siguió con su explicación.

Te amaba Alay. TE AMABA -agarrandome de los brazos.

Por qué nunca me dijiste la verdad?

Por vergüenza, una chica tan inteligente, tan bella, tan honrada, con un tipo que apenas si tiene para pagar sus estudios, crei que era mejor que estuvieras con alguien que te mereciera, pero verte con otro fue un golpe muy duro para mi, su padre es el más millonario de toda la ciudad. Sabias eso?

Pero me gustabas, eras el chico que rompía las reglas.

Ya no gustas de mi? -me preguntó con voz ronca y un hueco se instaló en mi pecho.

No lo sé, después de lo que me has hecho, no sé si podré perdonarte.

Aún me gustas Alay. Jamás dejé de sentir eso, siempre quise que fueras mia.

Jamás seré tuya Simón. Ni siquiera puedo mirarte a la cara.
Su mirada se ensombreció y una sonrisa brotó de sus labios, escalofríos recorrieron todo mi cuerpo y las ganas de vomitar se hicieron presentes por el hueco en el estómago que invadia mi interior. Simón levantándose de la silla lentamente se acercó más a mí, yo solo pude abrazar mis piernas con mis brazos en forma de protección pues creía que me haría daño.
Pero aún así lo mire a los ojos, me asombraba creer que el chico al que una vez miré con otros sentimientos, se haya convertido en alguien sin sentimientos dispuesto a lo que sea por conseguir lo que quiere. Dinero, algo que yo no quería darle. Y que me estaba a punto de arrebatar en contra de mi voluntad. Yo solo cerré mis ojos y mi piel se erizó del miedo por su cercanía, estaba justo en frente de mi. Sentía su aliento cálido en mi frente.
Después me acarició la mejilla y abrí mis ojos para encontrarme con los suyos, su tacto era suave y cuidadoso. Esta confusión me estaba volviendo loca. El quería ser algo que no era, de verdad no sé qué debía hacer para que me dijera el por qué estaba haciéndome esto.

No tengas miedo-susurró rozando mis labios, pero yo me aparté de su rostro rápidamente.
No porque sintiera miedo, sino porque él me había traicionado, no sabía qué demonios pasaba por mi cabeza.

Simón me miró por unos instantes más sin hacer o decir nada y yo también lo miré a los ojos mientras guardaba silencio. Sentía que podía ver su alma a través de sus ojos azules, no podía ver maldad en su mirada, él también había sufrido cuando era niño, supe su historia en el colegio, lo comprendía porque me sentía igual de sola que él. Simón había tenido que esforzarse mucho toda su vida.
Para poder estudiar en las mismas escuelas que yo, ha tenido que
conseguir varias becas y trabajar por las tardes. Lo que no entiendo ahora por qué decidió secuestrarme.
Si necesitaba dinero me lo pudo haber pedido, tenía que saber sus razones.

Por qué me secuestraste ? pregunté ahora un poco más tranquila y el cambio su expresión.

Perdóname Alay-soltó un suspiro mientras remojaba sus labios con la punta de su lengua-; Necesitaba el dinero, mi tía y yo habíamos sido amenazados por el dueño del edificio en donde vivo con echarnos a la calle si no pagaba la renta.-trató de explicarme pero no le creí una sola palabra.

Aún estás a tiempo de retractarte - respondí ahuecando su rostro en mis manos para que me mirara a los ojos-. Yo puedo darte el dinero que necesitas pero por favor por lo que más quieras, déjame ir.

No puedo hacerlo Alay -respondió soltándose de mi agarre negando con la cabeza -.Ya es muy tarde, no puedo confiar en ti. Sé que irás con la policía si te dejo libre.

Entonces vas a matarme ? -mi voz se volvió temblorosa, el miedo estaba comenzando a tomar posesión dentro de mi cuerpo.

Aún no lo sé Alay. No sé qué voy a hacer contigo, si no te quisiera como lo hago todo sería más fácil-confesó mirándome a los ojos regalándome una caricia de consuelo, mientras esbozaba una pequeña sonrisa. Era la primera vez desde que llegué que lo vi sonreír. Una parte de mi quiere creer que el amor que me tiene va ayudar a salvar mi vida, pero la otra me dice que se va a poner a él en primer lugar.
Que no va arriesgarse a ir a la cárcel y va a matarme. veía aunque ahora ya no estaba tan segura si queria denunciarlo con la policía. Ya no sabía que pasaba dentro de mi cabeza.

Obsesión (Ghost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora