Capítulo VIII: Ab aeterno "De mucho tiempo atrás"

415 13 0
                                    


~ La niña no es la mayor de nuestras preocupaciones... ~ dijo aquella voz que emanaba de las profundas sombras de la habitación.

Una columna de humo se alzó frente a su rostro mientras retiraba el cigarrillo de su boca.

~ ...son los padres ~ concluyó.

Sin esperar más, su interlocutor dio media vuelta y con firmes pasos salió de la habitación. La siguiente misión estaba marcada y ya tenían a la persona indicada.

Residencia Mulder
Arlington - Virginia
4: 36 PM

La brisa fresca y húmeda que soplaba alrededor de la bahía, tornaba la tarde acogedora. Dentro de aquella casa blanca, en la pequeña mesa de la sala de estar; Emily estudiaba junto a su madre aprendiendo a leer las sílabas una a una, mientras Scully seguía de cerca su progreso. Diagonal a ellas, en la sala, Mulder y compañía observaban atentos el partido de baseball. No recordaba si los había invitado o simplemente llegaron de improviso. La verdad es que no importaba, pues los fines de semana eran exclusivamente familiares ó, como en este caso, para pasarla con amigos.

~ ¿Qué dices Mulder doblamos la apuesta? ¡Van hacerlos pedazos!

~ No lo creo Langly, además ¡que más apostarías! ~ respondió él incorporándose.

~ ¡Podrías tener cable gratis!

Byers emitió un gesto incrédulo mientras Frohike se hizo escuchar

~ ¡Ya cállate, y déjanos ver el partido!

Mulder mientras tanto rió para sí, al mismo tiempo que se dirigía a la cocina en busca de más cerveza. Con dos botellas en cada mano y cerrando la puerta del refrigerador con el codo, regresó a la sala para ver a su equipo anotar un home run.

~ ¡No! No!! No!!!.... demonios!! ~ gritó Langly frustrado.

~ ¡OH! Scully lo siento ~ dijo avergonzado, asomando la cabeza para encontrar el rostro sonriente de ella que le dio a entender que no importaba.

Mulder, que estaba repartiendo la cuarta ronda de cerveza, alcanzó a divisar con el rabillo de su ojo el rostro de su esposa que sin querer lo cautivó. Hipnotizado la observó casi descaradamente.

Frohike que cuya experiencia no le engañaba, reconoció de inmediato esa mirada, pero evitó encararlo a la verdad, pues no era el momento.

~ ¿Mulder? ~ dijo Frohike, trayéndolo de regreso al planeta tierra.

~ ...así que ¿esto es lo que ahora haces todos los fines de semana? ~ le preguntó para disimular un poco.

~ Desde que Dana los declaró como fiesta familiar sí. Está estrictamente prohibido trabajar los fines de semana a excepción de aquellos que estemos atorados en algún lugar del mundo escapando de conspiraciones gubernamentales ~ replicó en tono sarcástico.

~ Parece que encajaste muy bien en tu papel de esposo ~ comentó Byers con tono insinuante.

~ ¡Vamos muchachos! Toda mi vida la pasé enterrado entre papeles hasta altas horas de la noche, sin importar en que día de la semana estuviera. ¿Porqué no he de cambiar eso ahora que tengo una segunda oportunidad?

Todos guardaron silencio.

~ ¡No! ¡No puede ser! ~ volvió a gritar Langly atrayendo la atención para sí.

El partido había terminado y el favorecido no había sido su equipo.

~ Bueno, creo que es hora de retirarnos ~ anunció Frohike

ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora