CAPÍTULO 4: PRIMER AMOR

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CAPÍTULO 4: PRIMER AMOR

Dos meses habían pasado y Sebastian seguía visitando con frecuencia a Blaine. Habían investigado a Sam pero tenían claro que realmente era leal a su amigo, por lo que tendrían que conseguir que pareciera un traidor ya que no lo era. Sin embargo, podría parecer sospechoso que lo descubrieran poco después de llegar Smythe a la vida de Anderson, por lo que decidieron retrasar un poco su trampa.

El buen tiempo había llegado por fin y Kurt y Elliot habían terminado de arreglar el jardín y la piscina para que el dueño de la casa y sus amigos pudieran disfrutarla.

Esa tarde, Sebastian había conseguido estar a solas con el joven. Los dos se encontraban al borde de la piscina, tomando el sol en las hamacas. Sebastian miraba el cuerpo del otro fascinado ya que sólo llevaba un bañador azul y unas gafas de sol rosas. Parecía tranquilo mientras leía una revista de moda.

– ¿Tanto te gusta mi cuerpo para que no dejes de mirarme? ¿O es que el libro no te gusta? Si es eso, puedo dejarte una revista o puedes ir a la biblioteca a por otro. – El moreno dijo sin apartar la mirada de lo que él estaba leyendo.

– Yo... Esto... Lo siento. – El castaño fingió sentirse avergonzado, aunque eso distaba mucho de lo que realmente sentía.

El ojimiel dejó la revista en una mesa pequeña que había a su lado y se acercó a la hamaca en la que estaba tumbado el más alto. Se sentó en el borde, justo al lado de las caderas del mayor y se inclinó hacia él. Sus labios se juntaron por primera vez. El ojiverde dejó que fuera el menor el que llevara la iniciativa. Los tímidos movimientos de la boca del más bajo lo sorprendieron. Anderson se separó con las mejillas sonrojadas. ¿Podía ser más adorable?

– Yo... – Blaine no sabía qué decir.

Sin embargo, las palabras no fueron necesarias. Sebastian se incorporó y volvió a besarlo. Puso su mano delicadamente en la mejilla del menor y pidió permiso para poder acceder a su boca. El moreno la abrió y el castaño introdujo su lengua hasta que encontró la del otro. Una corriente eléctrica recorrió el cuerpo del ojimiel. Se sentía tan bien en ese momento. Se sentía amado, querido y feliz. Sus lenguas comenzaron una dulce lucha por dominar el beso. El menor no sabía que hacer con sus manos, por lo que simplemente las puso sobre la pierna del otro.

El ojiverde abandonó la boca del otro para besar su mandíbula, comenzando así su camino hacia el cuello.

– Pa... Para, por favor. – Anderson pidió. El más alto se separó un poco de él.

– ¿Estás bien?

– S-sí, s-solo es-es q-que... – Tartamudeó Blaine.

– Respira e intenta tranquilizarte un poco. – Sebastian pidió mientras agarraba las manos del otro y las acariciaba con delicadeza.

– No he tenido novio antes... Yo... no...había... besado... a nadie... antes. – La voz del moreno iba bajando conforme continuaba con la frase, esta vez no eran sólo sus mejillas las que estaban rojas, ya que era toda su cara e incluso las orejas.

– Oh Dios... Justo cuando pensaba que no podías ser más adorable me confiesas esto. – El castaño le dio un pico en los labios. – Me gustas mucho y quiero hacer las cosas bien. Iremos a tu ritmo, sólo daremos un paso cuando estés listo. De momento... ¿Besos en la boca y la mejilla?

Como única respuesta, el ojimiel besó en los labios al otro.

***

– Tenemos una nueva dificultad. – Sebastian le confesó a Kurt cuando llegó a la casa que habían alquilado.

Estafa de Amor (Klaine/Seblaine/Kurtbastian boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora