Estafa de Amor (Klaine/Seblaine/Kurtbastian boyxboy)

CAPÍTULO 5: CONFIAR Y SOSPECHAR

CAPÍTULO 5: CONFIAR Y SOSPECHAR

La relación de Sebastian y Blaine iba muy bien, lo que hizo que Hunter y Sam pusieran mayor esfuerzo en descubrir el pasado de Smythe.

– ¡Creo que tengo algo! – Evans llegó mostrándole una foto al otro. El rubio acababa de entrar en el despacho del castaño y se sentó frente al otro.

– ¿Quién es?

– Alguien que ha sufrido y ha sido víctima de una trampa hecha por Sebastian Smythe y alguien muy cercano a él, Kurt Hummel, que casualmente ha sido contratado como jardinero en la residencia Anderson.

– ¡Es una trampa! ¡Tenemos que decírselo a Blaine! – Clarington lo miró enojado.

– Todavía no, quiero tener pruebas. No quiero que Blaine sufra sin motivo. Si no son ellos, no pasará nada y Blaine ni se enterará. Pero si son ellos...

– ¿Qué vas a hacer?

– Déjamelo a mí. Blaine es mi mejor amigo y no dejaré que lo lastimen.

***

Blaine estaba en el jardín apreciando el olor de las flores que tan bien habían cuidado los jardineros.

– ¿Son de su agrado? – Escuchó que una voz preguntaba. Se volvió y vio al par de ojos más hermosos que jamás había visto. Azul, gris y verde se mezclaban en esas retinas. Sin embargo, por más bonitos que fueran, prefería el fascinante verde de los de Sebastian. Aunque sólo fuera porque lo miraban con amor, al menos, eso creía él.

– Son hermosas. Has hecho un gran trabajo.

– Elliot y yo lo hicimos. – Kurt comentó humildemente.

– Como sea, me alegra haberte contratado. Están más bonitas que nunca.

– ¿Le gusta la jardinería? No es algo que las personas de su clase suelan apreciar.

– Primero, te voy a pedir que me tutees. Creo que soy más joven que tú. – El moreno pidió.

– Vale... ¿Te gusta la jardinería?

– Mis padres me enseñaron a realizar tareas domésticas. Tengo personas contratadas porque no tengo tiempo y tengo el dinero suficiente para hacerlo. Sin embargo, sé cocinar, planchar, limpiar y cuidar plantas... ¡Incluso coser!

– Jamás me lo imaginaría. – El castaño sonrió. Tenía a Anderson donde quería.

– Hay muchas cosas que no sabes de mí. No me conoces.

– Tal vez deberíamos conocernos. Pareces alguien fascinante.

– ¿Tienes novia o novio? Tal vez Sebastian, tu pareja, tú y yo podríamos salir a tomar algo. – El ojimiel se encogió de hombros, ignorando que había causado la desilusión del otro.

– No, no tengo novio y jamás tendría novia porque soy gay.

– ¡Elliot! Es una gran persona y... Atractivo, por qué negarlo. ¿No has pensado que tal vez pueda ser el indicado?

– No creo que sea el tipo de hombre que me gusta. – Hummel se esforzaba por no mostrar su frustración.

– ¿Y cómo te gustan los hombres?

– Morenos.

– Elliot lo es.

– Me gusta ser el alto en la relación.

– Eso... No, Elliot es alto.

– Ojos bonitos.

– Elliot cumple eso.