CAPÍTULO 7: AHORA QUE SÉ LA VERDAD

606 45 4
                                    

CAPÍTULO 7: AHORA QUE SÉ LA VERDAD

Santana, Brittany y Sam le contaron a Blaine todo lo que sabían, todo lo que había pasado con Chandler Kiehl, primo de Pierce. Cada palabra le dolía más, cada dato le rompía más el corazón, pero no lloró. Se sintió tan frío y tan vacío que pensó que las emociones habían desaparecido de su vida. No sentía nada y eso le asustaba.

– Blaine... ¿Estás bien? – Evans preguntó preocupado.

– Sí. Ya tengo los datos, dejarme que solucione las cosas. Mañana por la tarde os quiero a los tres aquí a las seis. ¿Podéis? – El moreno miró a sus amigos.

– Lo que necesites pero... ¿Estás seguro de que estás bien? – La latina lo miraba desconfiada.

– Sí, de verdad. Simplemente... Esto es algo que tengo que solucionar yo.

El ojimiel miró al jardín donde Elliot y Kurt estaban podando la hiedra para que quedara bonita en las paredes del patio trasero. Su corazón había sentido algo con los coqueteos de Hummel y, en ese momento, entendió que no le debía fidelidad a Sebastian. No le debía nada a ninguno de los dos.

***

– Elliot, ¿puedes terminar ese trabajo tú solo? Necesito que Kurt me ayude con otra cosa y tardará un rato, incluso puede que retrase su hora de salida. – Blaine había llegado a la altura de sus dos trabajadores. Seguía sin sentir dolor y eso era algo que agradecía. Quería hacer algo antes de que todo acabara.

– Yo me encargo, no hay problema. – Gilbert confirmó.

– Sígueme. – El ojimiel miró al castaño y se dio la vuelta para volver hacia la casa, seguido por el otro.

El menor entró en el edificio y, sin decir nada, se dirigió a la habitación de invitados. Tenía claro lo que quería hacer y no lo iba a hacer en su dormitorio. En cuanto el ojiazul entró, cerró la puerta y el más bajo lo empujó contra la pared mientras besaba sus labios desesperado. Hummel se sorprendió pero decidió seguir con el beso. No sabía si lo que pasaba era bueno o malo, pero Anderson no se comportaba como los hombres que había conocido hasta ese momento.

Blaine abandonó la boca de Kurt para pasar a morder y besar el cuello del castaño, que se agarró con fuerza a sus hombros. El moreno se separó de él para quitarle la camiseta y arrastrarlo hacia la cama. Sabía hacia donde le dirigían sus instintos y no pensaba detenerlos. Simplemente quería saciar su deseo.

El ojiazul alucinó por la fuerza y la pasión que demostraba el menor. Le extrañaba que se comportara así, siempre se había mostrado dulce y tranquilo y sabía que la noche anterior había tenido su primera vez, Sebastian se lo había contado. Un mordisco en uno de sus pezones provocó que cualquier cordura que le quedaba se perdiera.

El mayor le quitó la ropa al otro a toda velocidad y con la experiencia que sus años de amante de hombres ricos le habían dado. Sin embargo, el más bajo todavía parecía torpe e inexperto. Los dos acabaron desnudos en poco tiempo, aunque fue muy diferente a lo ocurrido con Sebastian. No había romanticismo ni delicadeza. Al contrario, Anderson empezó a frotarse contra el otro de manera más bien brusca.

– ¡Blaine! Baja un poco la intensidad. Prefiero que disfrutemos el momento. – Pidió Kurt.

– ¿En serio? ¿No te gusta lo que estoy haciendo?

El moreno decidió entrar en el juego. Si el ojiazul quería “atraparlo” dándole una experiencia más “cariñosa” que un simple momento de sexo, él también podía “pedir” para ver si lo satisfacía.

– No es eso. – El mayor le dio un dulce beso. – Me encanta. Es sólo que quiero que sea algo más... Delicado.

– ¿Sabes qué? Tal vez tengas algo de razón... ¿Y si eres tú el que lleva el ritmo?

Estafa de Amor (Klaine/Seblaine/Kurtbastian boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora