-ˏˋℂapítulo 5.ˎˊ-

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Voz aterciopelada que podría hipnotizar a cualquier ser humano, cabellos de oro con algunos mechones tan rubios que parecían ser blancos, el cabello tan brillante como el mismísimo sol

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Voz aterciopelada que podría hipnotizar a cualquier ser humano, cabellos de oro con algunos mechones tan rubios que parecían ser blancos, el cabello tan brillante como el mismísimo sol.

La luz tenue que entraba por las puertas corredizas de la habitación le daban un aspecto tan angelical al muchacho que miraba en un total silencio al azabache.

JeongGuk desvió la mirada con nerviosismo notando que en cada una de las paredes que conformaban la habitación (aislada del resto del palacio) habían ventanales dándole una vista totalmente panorámica de todo el entorno al joven y a todo aquel que hiciera presencia en aquel hermoso cuarto. Regresando la vista al rubio, JeongGuk se dio el tiempo para analizar meticulosamente el hermoso rostro ajeno; pestañas largas y gruesas cubriendo unos adorables ojos color cielo casi haciendo que JeongGuk creyera que aquellos ojos eran puramente unas perlas preciosas que estaban bien resguardadas, piel blanca y suave resplandeciendo y haciendo que todo el entorno de aquel joven (de quizás unos 19 años) brillará, unas despampanantes cadenitas de plata colgaban de las pequeñas orejas haciendo ver el cuello fino y largo con unos cuantos lunares dispersos; el cuello blanco y casto adornado con un collar de plata apegado a la piel, todo en aquel ángel era afinidad y hermosura.

Y aunque todo pareciera irreal, JeongGuk podía sentir la confusión e incredulidad instalándose en todo su ser y es que el azabache creyó en primera instancia que aquel heredero podía ser un asqueroso hijo de papá; viejo, descuidado y de dientes asquerosos como lo que sucedía en la dinastía del este, dónde lastimosamente aquél líder ambicioso y de apariencia asquerosa se pavoneaba lastimando a los omegas que comenzaban escasear en todos lados del mundo, ciertamente los alfas ya no existían solo eran simples humanos sin atribuciones grandiosas como lo eran la fuerza que solían poseer los alfas, lo único que quedaba eran los pobres omegas que sufrían por culpa de la ambición de los seres humanos por procrear y revivir a los alfas que de un día para otro dejaron de nacer, no obstante aquél rubio había cambiado totalmente lo que él azabache había idealizado sobre como sería su futuro "dueño", ahí estaba aquel hermoso joven contradiciendo todas sus creencias, el joven heredero de rasgos andrógenos le observó durante un buen rato en silencio casi robándole el aliento al vasallo, quién se mordía la lengua tratando con todas sus fuerzas de estar lo más relajado posible.

ーBien, será un grato placer tener su labor en mi humilde hogar, soy Park JiMin hijo de Park TaekJo ーEl joven rubio pareció meditar lo que diría casi odiando la palabra por la cuál era conocido. ー Futuro heredero de Joseon...ーJeongGuk en silencio asintió preparándose para poder presentarse y alegar sobre que era uno de los "súbditos" más preparados de la señorita Akihiro, sin embargo se vio interrumpido por él rubio quién le corto antes de qué comenzará a hablar. ー SeokJin, ¿podrías llevarlo a su habitación por favor?

JeongGuk quién aún permanecía arrodillado junto al escolta miro de reojo a este gruñendo por no haber tenido la oportunidad de presentarse ante su "amo". Un asentimiento por parte del escolta y tan rápido como el azabache se puso de pie junto al escolta el sonido de las puertas chocando le impidieron siquiera despedirse del joven pelirrubio.

Swindled thief. [Kookmin] •1.0• Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora