Love Puppeteer

Banal

La luz en su mirar, resplandecía con intensidad y atravesaba la densa oscuridad de la habitación: Yo... he practicado algo... no, solo no, no te asustes...- nervioso, comenzó a abrirse la chamarra y subió su playera, mostrando un pecho bien formado de energía que dibujaba un cuerpo delineado de luz hasta sus rodillas; al bajar su short, el turquesa brillante en su zona genital era notorio –por favor, hazme el amor...- es escuchó débilmente mientras era invadido por un sonrojo azulado en sus pómulos.

Capítulo 10. Banal.

Su cuerpo esta vez no reaccionaba con salvajismo, ira o cualquier otra emoción negativa; su alma, comenzó a latir nuevamente como si esta fuese la primera vez que lo veía así; Edge sin pensarlo dos veces, volvió a acercarse a su pequeño ángel azul; tomó de su mentón y le besó solo apegándose a él; esta vez sus almas correspondían de modo suave y cálido; "¿Porque? ¿Por qué esta vez es distinto?" se preguntaba el de rojo, más su cuerpo no iba directo a los puntos donde él sucumbiría fácilmente sino, disfrutaba de las curvas de ese cuerpo iluminado; la espalda, su cintura y cuando bajó al trasero, era la primera vez que sentía algo así "¿Cómo es que él puede hacerlo?" se separó ligeramente y se quitó la sudadera; solo podía mostrar su fuerte estructura ósea, más se iluminaba entre sus costillas esa alma color escarlata, la cual Berry lamió por encima. Un delicioso escalofrío recorrió su ser, dejando un ligero y travieso jadeo producirse desde su boca: ¿Te gusta?- el de azul susurró tan cerca de su alma que el más ligero golpeteo de su aliento hacía emocionar al alto.

Si... no entiendo por qué- su mirada buscó al pequeño que continuaba lamiendo ese punto –porque ¿me gusta?- sus manos tomaron de la cintura al pequeño y le llevaba a la cama; sin embargo antes de derribarle para quedar sobre él, Berry tomo algo de fuerza y le invirtió los papeles para quedar sobre la pelvis de Edge; entonces estando en esa conveniente pose, comenzó a frotar su intimidad contra la de su comandante: -¿Cómo puedo llamarte?- la mirada celeste y turquesa estaba fija en el de rojo que finalmente había revelado algo nuevo : Edge, llámame Edge- Berry abrió se levantó ligeramente y retiró la barrera de su ropa interior para mostrar una zona femenina en la cual había estado trabajando con su magia, solo para entregarla a Edge, la misma, chorreaba de una miel y cubría el palpitante miembro del mayor.

Edge... déjame mostrarte mi amor- bajó suavemente mientras su interior se abría para su amado, mientras liberaba gemidos de placer en ambos. Berry luego de unos instantes y su fundo se acostumbró a él, le cabalgó dominante de su sexo que lo llevaba a la pérdida de su cordura...

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Papyrus, llevaba ya dos días que no se atrevía a mirar a su invitado; salía cada mañana a patrullar, perder el tiempo e cualquier tontería que quisiera cualquier monstruo; rey, reina, el príncipe o quien quiera... Cualquier excusa era perfecta para evitar esas banalidades que surgían en su cabeza tras ese día que casi fornicaba con Red.

Pero era inevitable que Undyne lo ocultara, pues esa mente un poco voyerista le invitaba a abrir ese tema: Entonces... ¿Cómo te ha ido con él?- la pelirroja fingía no saber nada

Pues bien, si, es, un buen compañero de cuarto- revisaba las lecturas de las viejas amalgamas en el laboratorio –solo uno que otro calcetín tirado, pero nada más- escribía en sus notas

Si, je... no es como que fuera tu hermanito ¿cierto?- ella no midió la mordacidad de sus palabras –que preparó la cena, vistió como en una cita o...- la mano de Papyrus tomó del hombro a la chica -¿Hu? ¿Acaso pasó algo?- la chica no se giraba a ver a su compañero, que tenía una cara de molestia –O será que de nuevo seguirás creyendo que lo que alguna vez te ofrecí, vale menos porque ha llegado él– de reojo observó a Papyrus, le retiró la mano de su hombro y siguió caminando a inspeccionar sus notas

¿¡COMO TE ATREVES A HABLARME DE ESA MANERA?!- él estaba molesto y fue hacia ella para tomarla de los hombros y girarla hacia sí: ¿Acaso importa?- contestó la chica dando unos pasos y así apartarlo –eso es todo lo que te importa ¿no?- le miraba con una mezcla de enojo y asco –que tengas a tu hermanito, no importa la presentación; porque a mí me ocultarás, ante todos solo soy tu tonta amiga asistente, no te importan las noches que tuvimos juntos, las veces que estuve a tu lado, cuando desquitaste tu tristeza en mi cuerpo... es más fácil que otro esqueleto parecido a tu incestuoso gusto se presente y desee cogerte para que las cosas estén bien ¿verdad?- la rabia en sus palabras, mostraban una repugnante verdad que incluso Papyrus no entendía cómo es que esa fuese la estúpida realidad.
Y antes que contestara cualquier otra cosa, en el monitor, una alarma de que algo ingresaba en su universo; seguro Ink se ha presentado a las afueras de Springdin (En vez de Snowdin), por lo que Papyrus se teletransportó a su casa para llevar a quien llama Red.

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