~Almas Gemelas ~

Veintidos

L: se que no me ves con buenos ojos, por la llamada y todo, pero es que quería que alguien me amara como Piero te ama a ti. Ese amor indestructible, hermoso. Pensé que solo lo iba a tener con el pero no. Piero y yo nunca estuvimos juntos. Si nos besamos, lo admito. Pero cuando llegamos a mi habitación, el solo pronunciaba tu nombre y cayo dormido en mi cama. Me enoje bastante con él, borracho solo decía tu nombre y en sueños también. A la mañana le saque la ropa para que creyera que nos acostamos. Nunca me perdono por eso, no se lo dije, deje que pensara que en serio paso. Me arrepiento bastante de eso, en cuanto lo encontremos se lo diré, espero que puedan arreglarse.

G: lo primero que quiero hacerlo es encontrarlo a salvo, gracias por decírmelo.

El trayecto fue bastante rápido, con cada minuto que pasaba aumentaba mi miedo. Y si no lo encontrábamos? Si no lo volvía a ver? Esas y muchas preguntas negativas rondaban por mi mente, las deje a un lado.

L: llegamos, pasaremos la noche aquí y después averiguaremos donde se encuentra Alexander. Si lo encontramos sabremos donde esta Barone.

Lara se paso toda la noche explicándome y enseñándome como ocultarme y defenderme de cualquier cosa que se pudiera encontrar.

Descubrimos donde se encontraba Alexander, a unos kilómetros, en un lugar desolado. Nos dirigimos hasta allí y encontramos una casa, parecía mansión de lo enorme que era. Paramos a una distancia bastante prudente y bajamos, Lara nos dio indicaciones. Íbamos en grupos de a tres para así recorrer toda el área.

Lara, David, que era un compañero de Piero y yo, fuimos juntos. Logramos atravesar la entrada sin que nos vieran, y recorrimos los jardines delanteros sin rastro alguno de Piero o personas. Entramos a la casa y empezamos a subir las escaleras. En un momento escuche gemidos de dolor, no sabían de donde provenían, pero estaba segura quien era. Me dirigí hacia ellas sin darme cuenta que Lara y David no me seguían, cuando me di cuenta estaba perdida y sola, pero no me importaba, lo único que quería era encontrar a Piero. Cuando doy vuelta a la esquina, vi a una persona.

Alto, rubio, de gran musculatura que se dirigía hacia el lugar donde yo me encontraba. Busque desesperadamente un lugar o algo donde pudiera esconderme para que no me encontrara. Divise una puerta, entre rápidamente en ella y desee con todas mis fuerzas que el hombre no entrara, pero mi corazón se acelero al darme cuenta que giraba la perrilla de la puerta.

Y esta es mi historia, de cómo la vida de una persona puede cambiar radicalmente en unos segundos, como un día llegue a Italia por un trabajo y termine en Rusia buscando a mi novio y a punto de ser atrapada. Recordaba todo lo que me había pasado desde la llegada de Berni, el encuentro con Piero, Matías, Lara, todo lo que había pasado y la verdad no quería volver atrás. No quería borrar todo esto que me había pasado y volver a mi vida de antes, porque me di cuenta que sin Piero, mi vida no era la misma. Así que si tenía que luchar para poder encontrarlo lo haría pase lo que pase.