Half | Kim Namjoon

C u a t r o

 ♡ Shin Sun Hee♡

Cuando estaba pequeña, jamás entendí por qué siempre que había un personaje molesto o con mala suerte en una caricatura decían que "Se levantó con el pie izquierdo" o "Se levantó del lado equivocado de la cama".

Al menos no entendí hasta que cumplí los nueve años.

La primera vez que entendí a que se referían con eso, iba de regreso a casa de la escuela y caí en un charco de lodo. Cuando llegue a casa mi madre me castigo porque no me creyó cuando le dije que había resbalado; al siguiente día paso lo mismo, solo que esa vez un perro me estaba persiguiendo. Llegue llorando a casa con un raspón en la rodilla, una mordida en el brazo y la ropa sucia por el lodo.

Esa vez Mamá no estaba, así que Haneul curo mis heridas y lavo mi ropa para que ella no se diera cuenta y me volviese a castigar.

Una semana después caí de las escaleras de la escuela, luego de ser empujada por una chica que aseguraba que yo estaba enamorada de Jimin y que se lo estaba quitando; esa vez me torcí el tobillo y me fracture el brazo izquierdo. Un mes después de que me dijeran que podía caminar con normalidad, fui al salón de la chica y le di un golpe con el yeso color verde que tenía en mi brazo, tuve que permanecer dos semanas más con él por eso, pero valió la pena ver como lloraba.

Luego de eso siempre que iba a despertar me aseguraba de levantarme con el pie derecho y del lado contrario de la cama. Al principio creí que eso estaba funcionaba pero tiempo después continuaron pasándome cosas desafortunadas hasta el punto en el que al menos una vez al día tenía que ocurrir un suceso desafortunado con mi nombre escrito en el.

Quizás fue por eso que empecé a pensar o analizar demasiado las cosas cuando tenía la intención de hacer algo. Quizás por eso me volví tan ansiosa. Aunque aun haciendo eso siempre ocurre el mal hacia mí.

Por ejemplo lo que me paso hace menos de una hora. Fue algo verdaderamente absurdo y es por eso que aún no me explico el cómo fue posible que una de las macetas que estaban en la repisa me cayera en la mano mientras buscaba un maldito bolígrafo en unos de los cajones de la mesa que había debajo. Podría darle un poco –o todo– el crédito a los mellizos que peleaban por quien sabe qué cosa, y lanzaron algo que ayudo a que la maceta cayera y a que mi mano ahora se encuentre vendada con una cortada, la cual descubriré si se infectó o no hasta que salga del instituto porque según mi progenitora fue solo culpa mía y que ella no me llevaría al hospital por eso y bla bla bla.

Tuve que detener el sangrado, que por surte no era tan grave y vendarme la mano lo más rápido que pude. Tomar mis cosas y salir de casa si no quería seguir escuchando las quejas de mi madre, la que posiblemente me castigaría usando la excusa de que había roto su macetera "favorita". Quizás fue por eso que me toco caminar unas diez calles para poder llegar al instituto ya que había olvidado mi dinero en casa.

Tenía tan pocos ánimos que quizás fue por eso que ignore a Jimin cuando me pidió que me acercara a él y a sus amigos. En parte era porque ya había camino lo suficiente, fueran dos o tres pasos los que tuviese que dar para llegar a ellos no los daría, ya he caminado lo suficiente como para regresar. Además de que los ánimos de Jimin solo me darían muchos más ganas de estrellar la cabeza contra un muro. ¿Por qué tanto ánimos en la mañana, un día de escuela?

Sentí como me abrazaban por los hombros y al instante supe quién era, solo Jimin me abraza de tal manera. Sin necesidad de girar a verlo, sabía perfectamente que había una gran sonrisa en sus labios y parecía que algo lo hacía brillar cada vez que sonreía, realmente tengo un amigo bastante guapo. Lo suficiente como para que chicas de otros institutos giren a ver en su dirección y en la mía solo porque me abrazo.