DELICATAE (las chicas de Madame Juliette)(T3)

capítulo 13

La condesa había hecho llamar al doctor para que estuviera en el parto pero Juliette se negó

- tenemos que llamar al doctor Juliette!

• Lucía - madre! Haga caso por dios!

Juliette se aguantaba el llanto y el grito que quería salir de su garganta, tragó saliva - no, en el burdel está Carrie. Llamarla a ella - intentaba guardarse el dolor para ella misma mientras que la condesa y Lucía hacían mueca

- está bien - miró a la sirvienta que posteriormente había traído el té - Emily, que alguien vaya al delicatae y que traiga a Carrie

- si mi señora - la sirvienta corrió hacia el pasillo y buscó al mayordomo. Este salió corriendo de la casa y llamó a un mozo que salió corriendo con el carruaje a buscar a esa mujer

- bueno, vamos a calmarnos - pedía la condesa justo cuando entraba el mayordomo - puede subirla arriba Alfred?

- si excelencia, por supuesto - fue a cogerla en brazos

• Juliette - no estoy inválida, puedo andar - se levantó con ayuda de Lucía y notó un dolor punzante que antes no había experimentado - está bien, lleveme - pidió ya colocando sus brazos en el cuello del mayordomo que se aguantaba la risa

El hombre la alzó y cruzaron el pasillo, subieron las escaleras y llegaron a una de las habitaciones de invitados. La postró en la cama

• Lucía - tendremos que llamar a Gabriel también

• Juliette - si, sería lo más sensato - miró a su mayordomo que asintió y salió de la habitación para ir a llamar al duque

- vale, tranquila, tu respira - pedía la condesa

• Juliette - es fácil decirlo - intentaba sentarse en la cama sin éxito

- quédate tumbada Juliette - reñía la condesa

• Juliette - duele

- si hija, duele... Imagina haber parido tres

Juliette agrandó los ojos como platos haciéndola reír - no me diga eso por dios

- ay hija! Tranquila - le hacía una trenza para que estuviera más cómoda - todo saldrá bien

• Juliette - tenía que ponerme de parto ahora, no podía esperar a llegar al burdel... Por dios - echaba la cabeza hacia atrás justo cuando entraban más sirvientas con barreños llenos de agua y paños. Algunas se pusieron a romper sábanas blancas y otras a colocar los barreños al extremo de la cama

- mi señora, quiere que traigamos algo más? - preguntaba la ama de llaves

- no gracias, todo está bien así, buen trabajo chicas - contestaba la condesa obsequiandolas con una sonrisa. Las mujeres asintieron y esperaron más órdenes - podéis iros tranquilas, esperad a que llegue Carrie

- sí señora - respondieron a la vez y salieron de la habitación

- no tardará - se sentaba al borde de la cama y cogía un paño. Se lo puso en la frente

• Lucía - no sería mejor quitarle el vestido? Que quede solo con la camisola ?

- buena idea Lucía - la condesa ayudó a que se sentara y le desabrochó por detrás la vestimenta

• Juliette - gracias al cielo, que calor

Como podían, sacaban el vestido y la dejaban con la tela de seda fina y blanca que llegaba hasta las rodillas. La condesa hizo mueca por la vestimenta que portaba. Se suponía que esa ' camisola' tenía que llegar hasta los tobillos...