Capítulo 9

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Estaba dispuesta a salir corriendo de ahí antes de tentarme a golpear la cara de Thomas y luego la de Jai por meterme en sus mariconadas, pero la vieja cara de la mamá de Thomas apareció antes de que pudiera hacer algo.

–No te quedes ahí parada cariño, siéntate, anda, ponte cómoda.– me arrastró de nuevo en contra de mi voluntad hasta el sillón floreado que se veía más antiguo que mi abuela difunta.

Ella se sentó a mi lado, hundiendo el viejo sillón y haciendo que me deslizara un poco; el señor que hasta el momento no había dicho ni una sola palabra y sólo se disponía a sonreír, se sentó en otro anticuado sillón frente a nosotras; todo en este lugar es anticuado, no me sorprendería que en cualquier momento quieran jugar a las tasitas de té mientras fingiamos visitar a la reina Isabel.

–Mire señora, está muy confundida...– abrió la boca y no me dejó terminar de hablar. Hice todo mi esfuerzo para no bufar de la frustración.

–Oh, claro que lo estoy querida, ¿Devora cierto?– asentí ¿Cómo sabe mi maldito nombre? ¿Acaso...? –mi bebé en ningún momento nos mencionó que su novia iba a venir a visitarnos hoy, es una gran sorpresa– dijo y el viejo sólo asintió.

–Pero...–

De nuevo no me dejó hablar.

–No sabes que contenta me puse cuando Tommy me dijo que estaba enamorado. Eres una niña muy hermosa, aunque tu peluca es un poco exagerada, pero eso no quiere decir que mi hijo no tenga buen gusto. Los muchachos de ahora ya no saben que hacer para verse mejor o llamar la atención. Me acuerdo que en mi época todas las chicas nos peinabamos completamente igual, a veces no nos podían reconocer y...–

Oh por todos los gatos del mundo ¿Por qué demonios no se calla ésta mujer de una puta vez? si no deja de hablar de la era de los dinosaurios cuando era una adolescente hermosa, me olvidaré de que es una señora mayor y le arrancaré la peluca que ella seguramente si tiene. ¿Peluca mi cabello?

Apuesto a que mi cara en este momento es la mismísima definición de la molestia y el aburrimiento.

–¿Devora?– dijo una voz que podría reconocer fácilmente y más con ese tono de sorpresa y susto muy característico de él últimamente a mi alrededor.

Mi enojo aumentó todavía más y lo miré como si pudiera asesinarlo con tan sólo un parpadeo. Él me miraba aterrado y desconcertado, apuesto a que es el típico niño consentido que hace todo lo que sus papás dicen sin dudarlo... y que se inventa una novia para no decir que le gustan las salchichas.

–Así me llamo.– dije con los dientes apretados, conteniendo mis ganas de pararme y patearle la cara.

–¿Q-qué haces aquí?–

–Lo mismo me pregunto.– le sonreí, una falsa y macabra sonrisa.

¿Qué se supone que debería de hacer? obviamente éste idiota les dijo que yo era su novia, porque ¿Por qué otra razón ellos sabrían mi nombre?, seguramente no se le pudo ocurrir otro nombre más que el mío a ese pedazo de inútil. Ahora, yo no tendría que estar aquí soportando a ésta odiosa señora que lo único que hace es calentarme más los ovarios... pero no sé que pasaría si digo que no lo soy, no sé si eso afecte la futura relación que pueda tener Jai con el idiota de Tom.

¿Qué demonios? puedo simplemente decir que soy otra Devora, que a otros padres de esta ciudad se les ocurrió poner el mismo estúpido nombre a su hija.

No me había dado cuenta que estaba perdida en mis pensamientos hasta que escuché algo que no pudo hacer que pusiera más cara de idiota.

–¿Qué dijo?– interrumpí estupefacta.

It's my life.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora