Capítulo 2

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- ¿Estás seguro Jai?, yo creo que es una tontería. Simplemente róbate su ropa interior mientras se esté bañando en el colegio.- dije.

Esto es realmente estúpido.

Estamos afuera de la casa de Tom, un jugador del equipo de fútbol americano de la escuela por el que Jai está obsesionado. Es más de media noche y mi amigo está empeñado en entrar a su casa y robar toda su ropa interior. Se llevaría una gran sorpresa al no tener boxers en la mañana, pero siento como si estuviéramos tocando el timbre de una casa y luego salieramos corriendo.

- Es que no sólo es robarla para hacerle maldad, nena. Mañana tendrá que ir sin ropa interior y disfrutaré verlo incómodo. Además... sería excitante tener toda su ropa para mí solo.- terminó con una sonrisa pervertida.

- Que enfermo eres. Yo me excito viendo porno... en fin, de todas maneras no eres normal.-

- Ya callate y vamos a hacerlo.-

Suspiré y comencé a rodear la casa seguida de Jai, espero que Tom no tenga algún perro que nos pueda comer. Llegamos a la parte trasera. Me gusta cuando las casas no tienen mucha seguridad que una pequeña cerca, fácil de cruzar.

- Benditas sean estas plantas extrañas que cubren todas la paredes.- comenté viendo esas grandes plantas y ramas que cubrían la pared trasera, llegaban hasta una ventana que espero sea la de Tom.

- Se llaman enredaderas, bruta.- dijo Jai y rodé los ojos.

- Disculpame, no me gradué en botánica.-

- Me sorprende que sepas que es Botánica.- comentó burlón.

- No soy estúpida.-

Dejamos de hablar y me dispuse a subir por esas extrañas plantas, espero que sean resistentes.

El plan era, que Jai entraría a su cuarto y sacaría su ropa, pero tuvimos que cambiarlo porque cuando se trata de ser cuidadosos y de hacer silencio... Jai es terrible. Está desilusionado, porque quería ver a Tom dormir, lástima amigo.

Creí que subir sería difícil pero no lo es, así que subo rápido y fácil, el gay de mi amigo se tiene que quedar abajo esperando a que le arroje las prendas.

Rezo a un dios inexistente para que la ventana sea de él y que no esté cerrada. ¡Sí! está abierta. Creo que él espera que algún día entren a su casa y lo violen, no hay nada de seguridad. Aunque tal vez Jai ya tenga en cuenta esta información.

Entré sin hacer mucho ruido, más que cuando abrí la podrida ventana. Mierda, no veo nada, la luna está siendo tapada por las nubes, así que no entra luz. Prendí la luz de mi celular y revisé la habitación, es grande y sorpresivamente limpia, no me esperaba eso de un simio que juega fútbol. Hasta la esquina del fondo está la cama y en ella Tom... con solamente un boxer, desvío mi mirada de una parte en especial -su entrepierna-, parece que está soñando con todo el equipo de animadoras. Busco rápidamente su armario o lo que sea en donde esté su ropa interior. Fue muy fácil, y agradezco que sea ordenado, es más fácil encontrar todo y no tener que buscar debajo de la cama. Es bastante así que agarré una parte y me acerqué a la ventana.

- ¡Jai!- grité susurrando.

¿Dónde demonios está?

Escuché un ruido... como de un animal sufriendo.

Suspiré, algo hizo ese idiota. Un grito, y apareció Jai corriendo, siendo perseguido por lo que parece ser una ardilla.

- ¡Mierda, Jai. Cállate!-

Arrojé la ropa y me giré para ir por más. Pero por obra de mi mala suerte, tropecé con una maldita mesa, haciendo un ruido que se escuchó por toda la habitación. Me quedé paralizada y observé con los ojos bien abiertos a Tom. Me quedé unos segundos ahí, parada y en silencio, parecía que no se había despertado. Pero como siempre, Jai tenía que hacer una burrada. Una piedra entró, golpeando directamente una foto. El ruido de vidrio roto hizo que Tom se levantara de golpe.

It's my life.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora