Capítulo 16 🖤

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El corazón se me quería salir del pecho, nuevamente el pánico me invadió.

—Te voy a encerrar por traidora—su tono de voz es fuerte y se nota furioso, ahora parece una bestia de verdad.

—No, escúchame. Yo no tengo nada que ver con él, solo quería dejarle claro lo nuestro. Ya no lo quiero, debes escucharme primero.

—Eres una mentirosa y ahora mismo me vas a conocer de lo que soy capaz cuando me mienten.

Me suelta con furia empujándome en la cama. Note como se desabrochaba el cinturón. Mi cuerpo empezó a temblar. Me va a pegar con su fajón.

—¡Te lo advertí, Cariza! ¡Y lo peor es que se besaron!

—No, no, estas equivocado. El me beso, yo no le correspondí te lo juro.

Se acercó a mí y levanto el cinturón, me encogí en la cama por el miedo que se impacte en mi piel. Las lágrimas salieron y varios sollozos. El golpe nunca llego pero me aterre al verlo aventando todo al suelo. Arthur empezó a gritar.

—¡Maldición, lárgate, déjame en paz!

Puso sus manos en cada lado de su cabeza y de una manera brusca se agitaba el mismo, es como si peleara contra el mismo. O algo en su interior, su forma de agitarse era brusca.

—¡Déjame en paz, maldito débil! —sus gritos son desgarradores y aterradores.

La imagen me sorprendió, él se golpeaba a sí mismo, sus nudillos estaba sangrando, necesito controlarlo. Me levante con miedo de la cama, aleje el cinturón de él. Luego me arrodille a su altura, sus ojos eran diferentes y sangre brotaba de su boca, se ha lastimado, que le está pasando. Desde que estoy con él, nunca lo había visto de esta manera.

—Lárgate— me pidió con voz suave,—Aléjate de mi Cariza, ahora.

—¿Qué tienes, porque te estas comportando de esta manera?—quise saber. Sus manos apretaron su cabeza como si se la quisiera arrancar. Se levantó, y yo me acerqué a él, pero me aventó con fuerza, gemí de dolor. Luego me tomo de mi cuello diciéndome palabras feas y a la vez pedía que me escapara, era como si dos personas se encontraran en su cuerpo. La puerta de la habitación se abrió con un fuerte golpe, Gamaliel entro con Nina.

—¡Señor Arthur! Por favor debe controlarse, suéltela, la está lastimando.—Gamaliel lo sujeto del brazo.

Miraba todo borroso, a pesar que su agarre en mi cuello no era fuerte, sentí que me faltaba el aire.

—¡Déjala maldito!— se dijo a sí mismo.

Soltó sus manos de mi cuello y caí al suelo tosiendo con fuerza. Trague saliva al verlo llorar, jamás pensé que este hombre lloraría y lo peor hacerme esto sin su voluntad, tenia un demonio interno. Gamaliel lo ayudo a levantarse llevándolo con él al cuarto de baño.

—Señorita ¿Se encuentra bien?—Nina se acercó, ayúdame a limpiar mis lágrimas.

Negué y me puse a llorar con más fuerza. Nina me abrazo con ternura.

—¿Que le ha pasado? ¿Por qué se comportaba de esa manera? Se lastimo el mismo, hasta trataba de no hacerme daño pero algo en su interior lo manipulaba— mencioné con los ojos llorosos.

—Tranquila señora, quizás usted lo entenderá con el tiempo.

Nina me ayudo a levantarme sacándome de la habitación, mientras que yo temblaba de miedo por lo ocurrido.

***

Apenas eran las 10 de la mañana, me puse a llorar por más de dos horas, mis ojos se encontraban irritados de tanto llanto, deseo saber que le pasa, porque esa actitud de terror. Metí mi cabeza dentro de mis piernas y seguí llorando.

—Señorita Cariza, es mejor que coma algo y deje de llorar.

Negué absorbiendo la nariz. No tenía apetito, aún tengo presente el rostro de Arthur, la manera en cómo se gritaba a el mismo y luego su agarre en mi cuello, fue como si no deseara lastimarme pero a la vez sí. Algo está pasando con él y necesito saber.

Me levante decidida a ir a ver qué le sucedía a mi esposo.

—¿Dónde va señorita?— pregunto Nina.

—Iré a mi habitación a ver a mi esposo.

Ella suspiro y me sonrió. Subí las gradas con rapidez, antes de llegar a la puerta lo escuche murmurar, me detuve a un lado para oír lo que hablaban.

—Él se quiere apoderar de mí, pero no se lo permitiré. Artic es un maldito débil. Lo odio, quiere controlarme pero no sucederá jamás, óyeme bien, jamás.

Quien es Artic

—¿ Quiere que llame al doctor?

—¡No quiero nada! Ahora sal de mi habitación, déjame solo— espeto enojado.

—Si señor.

Me escondí detrás del gran florero para que Gamaliel no me viera. Cuando él baja las escaleras salgo de mi escondite y me acerco a la puerta, me detuve al oírlo hablar solo.

—No te metas en mis asuntos o las pagaras— replico con la voz baja, con quien estaba hablando. ¡Será que está loquito!

Suspire hondo y decidí tratar de dominar a la bestia. ¿Quisiera saber quién es Artic? Entre con cautela, me recuesto a su lado, levanta la cabeza y me mira con el ceño fruncido.

—Te juro que yo no lo bese, solo quería aclarar las cosas y decirle que...

No termine de hablar cuando beso mis labios con urgencia.

—Eres mía, guárdatelo en la cabeza

—Soy tuya, solo tuya.

Lo tome del cuello besándolo con ternura, sus manos tiemblan al tocarme, abrí los ojos lentamente y mire los rasguños en su rostro que el mismo se provocó. Enrede mis manos en su cabello mojado y uní mi boca con la de él.

Lo amo tanto que no me importa nada más que estar con él.

Quisiera preguntarle sobre lo que sucedió pero no me atrevo, me las ingeniare para descubrir que pasa con él.

¿Quién será Artic, porque habla con él como si existiera?

ESPOSA MÍA. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora