Capítulo 24 💖

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Arthur.

Por la mañana llegamos en  la finca en Estelí, luego de dos horas deje a Cariza en la casa, ya que tenía que ver unos asuntos ganaderos con Enrique Picado, nos reunimos en su finca, ambos nos asociamos para transferir unos ganados a Río Blanco. Mientras estoy conversando con él, pienso en mi esposa.

Mañana llevare a Cariza al lago a pasar la tarde junto a ella, necesita despejar la mente, últimamente esta desanimada y eso me está empezando a preocupar, la tarde de ayer llamé al Especialista que me recomendó mi amigo Bryan, el vendrá para revisar a Cariza, resultó ser mi medico de hace unos años.

Converse con él contándole una parte de nuestro pasado, él había sido mi psicólogo personal por unos años, me ayudo a tratar la psicosis y el problema de doble identidad de la cual no tengo remedio más que saber controlarla.

Le pregunté que puede suceder si mi esposa recupera los recuerdos de su infancia y su respuesta me dejo asombrado y preocupado, aún sus palabras retumban en mi cabeza.

Es algo complicado, ya que el pasado el cual tú dices fue algo doloroso y tormentoso, podría afectar un trauma depresivo, este incluye dolor de cabeza, ansiedad, angustia y depresión. No es sano para ella recuperar la memoria del pasado ya que fue algo relevante y doloroso, supongo yo que debe tratar de olvidar o si recuerda será un dolor muy fuerte para ella, no digo que ella quedé mal, claro que no, pero le afectara mucho.

No sabía que responder al respecto, sólo sentí que mi corazón dolía mucho.

****

Al salir de la reunión de negocios y accionistas mayoritarios. Me despedí de mis nuevos y antiguos socios.

Le ordeno a Gamaliel que contrate un buen arquitecto, para hacer los planos de una Casa Hogar en Masaya. Me hubiese gustado que Ricardo hiciera esos planos. Lástima que se ha ido del país.

—Quiero que contrates al mejor arquitecto de Nicaragua, obvio que no hallare uno mejor que Ricardo Piunzzi, él fue quien hizo los planos para llevar a cabo las construcciones de la Casa Hogar, las otras dos escuelas y viviendas, pero ahora no está. Intenta buscar el mejor— Le ordenó, mientras le explico sin quitar la vista de la carretera.

—Sí señor, lo haré— Responde con una sonrisa.

Ricardo se tuvo que ir a Italia su país natal ya que necesitaba saber de su única hermana Antonella, lo conocí en la Convención empresarial ganadera en el hotel Lebrun, al darme cuenta que es un excelente arquitecto graduado en el extranjero le ofrecí trabajar para mí, incluso le ofrecí quedarse en ese famoso hotel.

En una de nuestras reuniones de trabajo le conté un poco de mi pasado y presente, le mostré una foto de mi Cristal, no soy de los que cuenta de su vida pero realmente él logro que inmediatamente confiara en él, desde ese entonces Ricardo ha sido un gran amigo a como lo fue Deán mi gran amigo, espero un día poder verlos incluso a mi pequeño amigo Dominc que ya debe tener sus quince a dieciséis años.

Suspiro al llegar a la finca, me siento ansioso por ver a mi esposa, ella es algo incontrolable, no la puedo dejar sola unas horas, porque hace desastres, ya ven lo que sucedió ayer en la habitación que era de ella cuando pequeña.

—¡Amor ya has regresado!— Grita emocionada al verme, definitivamente está mujercita me hace sentir mariposas en el estómago, me encanta su sonrisa y la manera en como viste es lo que provoca mi corazón saltar de alegría, falda corta color negro, blusa corta de tiras rayadas muestra su  vientre.

Joder estoy colado por ella.

—¿Cómo estás? ¿Ya has cenado?—Preguntó curioso.

Asiente mostrándome sus dientes blancos, rápidamente se me viene imagen de cuando pequeña, era tan adorable y parlanchina le gustaba reír mostrando los dientes.

—¿Que pasa estas algo distante?—. Cuestiona tocando mis brazos.

—Me acordaba de ti, cuando peq...

¡No! Que estuve a punto de decir, me muerdo la lengua.

—Umh que pasa Arthur.

Niego abrazándola y besando su frente. De lejos veo a la chica con quien me revolqué dos veces, creo que se llama Violeta aún no se me olvida la manera en que le hecho la sopa caliente a mi esposa, buenos según ella no se fijó pero ese cuento chino no me lo creo.

Entramos al salón, nos sentamos en la silla del comedor para la Cena, Carmen nos sirvió lasaña y vino de uva, ambos ingerimos y disfrutamos la deliciosa cena en un silencio confortable.

La estúpida sirvienta nos miraba con enojo. Me irrita su actitud creo que debo dejar las cosas claras.

—Carmen quiero que dejes avisado a los empleados que mañana se hará lo que mi esposa diga, estaremos una semana aqui y quiero que se le atienda como la señora que es, espero quede claro, a como yo mando, ella manda.

Cariza me miraba sorprendida sé que la he tratado muy mal, pero eso no volverá a pasar.

Al finalizar la cena, le dije a mi esposa que me espere en la habitación.

Me dirigí al despacho a revisar los documentos que me entregó Gamaliel sobre los Hamilton.

Los abro y leo sobre la vida de Jaime, al parecer fue Gerente de Plaza inter y Multicentro por muchos años y luego hizo su propia tienda. Está casado, tiene una niña llamada Jadara. Eso ya lo sé. Pero su esposa tuvo una hija la cual falleció a las 5 horas de nacida. Quedó algo intrigado al saber que ellos perdieron una bebé. Me fijo en la fecha y en los demás detalles.

Dios... podría ser que ellos tengan algo que ver con ella. Ahora que lo pienso Cariza no se parece a Xenia, ni a Demetrio eso me lleva a la conclusión de que pueda que ellos, no son sus padres biológicos.

Guardo los papeles rápidamente, al ver la puerta de mi despacho abrirse con brusquedad.

¡Pero esta qué demonios se ha creído!

—A ti quien te ha dado permiso de entrar, lárgate— Replico con la voz dura y autoritaria.

—Yo sólo deseaba verlo señor—. Responde con voz chillona, camina hasta mí, se desabotona su camisa y luego queda en sujetador, fruncí el ceño, echándome a reír.

—¿A qué se debe este espectáculo pornográfico? — Cuestiono burlón.

—Yo deseo que tengamos sexo, quiero complacerlo —murmura mordiendo su labio.

—Estás loca Violeta, en primer lugar no te deseo, segundo amo a mi esposa y jamás deseo serle infiel, tercero lo que sucedió fue antes de que me casara, sólo fuiste un, Mata tiempo y por último estas despedida— Espete soberbio, sus ojos se agrandan hasta más no poder. —Ahora lárgate—Me siento molesto, esta chica es una insensata.

Ella se abotona su camisa y me pide que la perdone, ya que no lo volverá a hacerlo otro espectáculo.

No digo nada más, y la sacó de mi despacho a jalones, cierro y decidí subir a mi habitación.

Al entrar me quedo con la boca abierta al ver a Cariza desnuda.

Dios mío de donde apareció esta maravilla. Ella es una diosa, sus ojos azules me miran con lujuria y excitación, se muerde el labio, levanta una ceja y me llama con el dedo índice.

Camino hasta llegar a ella, me quedo de pies a un lado de la cama, Cariza se pone de rodillas y luego sus manos van a mi saco, me lo quita torpemente, hace el mismo proceso con mi polera... dejo que ella lleve las riendas.

Mientras ella me desviste, mis ojos recorren su cuerpo desnudo. Cada día que pasa se ve más bella y su cuerpo también, se ve más mujer ya no se ve como una chiquilla.

Joder me pone duro como un Toro.

—Estás listo, Esposo Mío—. Su voz suena de pura excitación.

No entendí de qué se trataba pero asiento.

Cariza empieza a tocarme de manera lujuriosa, en serio que estoy más que sorprendido.

—¿Qué haces cariño?— Preguntó más que excitado por su toque.

—Déjame hacerte el amor— Dice agitada.

¡Oh! Esto es real o estoy teniendo un sueño erótico con mi esposa.

ESPOSA MÍA. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora