Cómplice

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MAX

Me mantengo inmóvil, mirando el cuerpo que se halla frente a mí.

Mi inocencia alberga la esperanza de que siga vivo, aunque no respire, aunque su corazón no lata.

Miro al asesino, cuyo rostro se mantiene serio y tranquilo, como si nada hubiera pasado.

-¿POR QUÉ HAS HECHO ESO? -le grito al ver como coge el arma de Owen y se la guarda en el bolsillo.

-De nada. -se limita a decir.

-¿¡QUÉ!?

-Te iba a matar, he tenido que hacerlo.

-Mentira, Owen jamás le haría daño a nadie.

-Ya discutiremos sobre esto después, ahora necesito tu ayuda.

-¿Qué? ¿De qué estas hablando? -la piel se me pone de gallina al ver que Hirch abre el maletero del coche de Owen.

-Ayúdame a cogerlo.

-NI HABLAR.

-¿Prefieres que lo dejemos aquí? Está bien, suerte cuando quieras explicarle a la policía el por qué de todo esto.

-¿Vas a deshacerte del cuerpo? ¿Sin más?

-Coge de ahí, ya te explicaré. -dice señalando las piernas de Owen.- VAMOS, antes de que venga alguien.

Tengo miedo, sé que la decisión que tome, tanto si le ayudo a deshacerse del cadáver como si no, me afectará de forma negativa.

La mirada de Hirch es contundente, insiste en que le ayude.

El miedo, la inseguridad y la impotencia se apoderan de mí y cedo.

Cojo las piernas de Owen y en un susurro le ruego que me perdone por lo que estoy a punto de hacer.

Introducimos su cuerpo, inerte, en el maletero, siento como mis piernas tiemblan.

-¿Sabes conducir?- la pregunta de Hirch me pilla por sorpresa.

-¿Qué? ¿Para qué?

-Necesito que conduzcas el coche de Owen.

-¿¡QUÉ!? ¡NI HABLAR!

-Yo tengo que conducir el mío.

-No pienso llevar un coche que no es mío, y mucho menos si lleva un cadáver en el maletero.

-¿Prefieres que lo dejemos aquí?- al ver que no contesto procede- Te recuerdo que ahora mismo tiene tus huellas por todas partes.

El cuerpo se me hiela y un escalofrío hace que mi piel se erice.

Es verdad, tiene razón, mis huellas están por todo el cuerpo.

Miro hacia el coche, como traspasando la puerta del maletero, como si pudiera ver a Owen desde fuera y exhalo el poco aire que he conseguido inhalar.

Me subo al coche y arranco, espero a que Hirch haga lo mismo y le sigo, sigo por detrás a aquel asesino, aquel al que no hace mucho, ansiaba conocer, el mismo que me acababa de meter en el mayor problema de mi vida.

Acababa de convertirme en cómplice de asesinato.

ALICE

Miro por la ventana desde que llegamos a casa, no es que haya nada interesante, pero ahora mismo no quiero hablar con nadie, intento evitar todo tipo de contacto con cualquier persona, y funciona, o funcionaba hasta que el reflejo de la ventana vislumbra la silueta de alguien acercándose a mí.

Si tú no estás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora