Traidor Traicionado

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ALLEN

Me levanto de la cama, son exactamente las 05:30 am, apago el despertador del móvil y me dirijo al baño, me lavo la cara y me miro fijamente al espejo.

"Todo va a salir bien", me digo a mí mismo.

Me doy una palmada en la mejilla y me dirijo hacia la puerta.

Miro hacia la butaca que se encuentra en la esquina de mi habitación.

Ahí está, la ropa que debemos ponernos.

"Así pasaréis desapercibidos", "Procurad cubriros la cara en todo momento", las palabras de Hirch retumban en mi cabeza.

Todo en mi mente es un lío en este momento, no confío en Hirch, para nada, pero no puedo dejar a Alice sola en este plan suicida, me niego.

Además, las cosas aquí están algo raras.

Alice tuvo que convencer a sus padres de que Jake se había quedado a dormir en casa de Nate, y yo tuve que convencer a los padres de Nate de que él se había quedado en casa de Jake.

Tras el encuentro con Hirch pasamos horas buscando a Nathan por todas partes pero no encontramos ni rastro de él.

Alice estaba como loca, preocupada, y de hecho dudo mucho que haya dormido.

Me acerco a la butaca y tras acomodarme bien la goma de los boxers, que en este momento es lo único que llevo puesto, abro la bolsa sacando los pantalones negros de chandal y la sudadera negra que Hirch se había empeñado tanto en que lleváramos puesto tanto Alice como yo.

Me visto.

Cojo las llaves del coche y bajo las escaleras de la forma más insonora que puedo.

"A las 6 en la parte trasera del jardín."

Esas habían sido las últimas palabras de Alice anoche.

Me paro frente a la puerta, con la mano sobre el pomo, me pregunto si realmente todo esto es necesario, si es necesario llevar a cabo todo esto cuando lo más fácil sería dejar que alguien se ocupara de ello por nosotros.

Alguien cuyo trabajo realmente fuera ese, el de protegernos.

Miro a mi puerta, pienso en mi padre, en como esta involucrado en todo esto...

"Olvídalo", me digo a mí mismo.

Ahí está Alice.

La miro de arriba a abajo, esa sudadera le viene algo grande, no deja su figura a la vista, entre la capucha asoma un pequeño mechón de pelo.

Su cara aunque parece enfocar un aspecto neutro deja entrever un ápice de preocupación.

No necesito preguntarle qué tal ha dormido para saber que se ha pasado prácticamente toda la noche despierta.

-¿Nos vamos?- dice ella eliminando toda posibilidad de establecer una conversación previa a nuestra marcha.

-Sí.- respondo de forma rápida.

''Antes de que me arrepienta'', pienso.

Abro el coche y acto seguido Alice entra dentro, arranco el coche y nos vamos.

(...)

Después de un largo rato de silencio un tanto incómodo, un carraspeo hace que aparte la mirada de la carretera y la fije en Ally.

-Gracias.- dice de repente.

-¿Por qué?

-Bueno... sé que no confías en Hirch, y sé que no hay nada que te obligue a ir conmigo, pero aún así lo haces, me ayudas, no sé por qué, ni cómo he tenido tanta suerte contigo, pero de verdad que te lo agradezco.

Si tú no estás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora