capítulo 3

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Desperté por el ruido ensordecedor de mi alarma, el primer día de rodaje llegó. Los últimos días los había pasado en mi departamento, extrañaba demasiado a Gonzalo, pero no podía dejar mis sueños de lado Para cumplir los suyos, después darme un baño de agua extremadamente caliente y desayunar un poco de fruta, decidí salir de mi departamento para llegar puntual a la locación. El tráfico de la ciudad parecía lento al menos presentía que sería un buen día. Al llegar al lugar la maquillista ya me esperaba para comenzar a hacer su trabajo.
—Hola, mi nombre es Mariana, y el día de hoy  me encargaré de dejarte más linda — Me dijo, amablemente
— Hola, yo soy... — No me dejó terminar la frase.
— Bárbara López, lo sé cuando me dijeron que trabajaría contigo, no lo podía  creer— Tenía una gran sonrisa.
No supe que responder así que me limité a sonreír, tomé asiento y la dejé hacer su trabajo. Aproveché para revisar mis redes sociales, desde el día mi rompimiento con  Gonzalo, me había mantenido alejada de todo.  Afortunadamente la prensa no se había enterado aún. Estaba entretenida mirando la pantalla de mi celular hasta que una voz me hizo sobresaltar.
— ¡Pero que guapa está mi novia!— Dijo bromeando. Pues efectivamente en la historia que protagonizariamos seríamos pareja.
Me giré para mirar a Macarena, que tenía una sonrisa traviesa en el rostro. El maquillaje que le habían hecho resaltaba sus finas facciones y que decir de si outfit conbinaba perfectamente con su personalidad.
— gracias, también estás muy guapa  — Mi inconsciente habló por mí.
— Primera vez que alguien consigue sonrojarme —miré sus mejillas y pude comprobar que estaban inundadas de carmesí.
Se acercó para saludarme con un beso en la mejilla, pude notar la cara de tensión que tenía la maquillista en el reflejo del espejo. Maca se acomodó en la silla que se encontraba a mí lado, mientras sacaba de su bolso un folder con varías hojas desorganizadas.
— No tuve mucho tiempo de leer, mi libreto.
— ¿Cómo dices? —la miré escandalizada.
— Obviamente estoy bromeando, mira lo llevo conmigo a todas partes —levantó el folder para que yo pudiera mirarlo.
El director nos mandó llamar para comenzar a grabar. Los nervios se hacían presentes de nuevo, pero tenía claro que era el inicio de algo increíble.
— ¿Lista para ser mi Juliana? —me preguntó en tono de broma.
— ¿Tú lo estás para ser mi Valentina? —dije, siguiendo la broma 
— siento que nací para serlo.
Su comentario logró que mis mejillas se incendiaran, sentía arder mi piel. Lo que más me preocupaba era no saber porque Macarena tenía ese efecto en mí. Trabajar a su lado era realmente divertido sus ocurrencias me hacían reír demasiado, apesar de ser la primera vez trabajando juntas y de prácticamente acabar de conocerla, la conexión entre nosotras fue inmediata. Cuando llegó la hora de salir, no tenía ánimos de llegar a casa.
— Por el día de hoy terminamos —indicó el Director.
Caminé al camerino con Maca a mi lado, mis pensamientos solo se centraban en lo deprimente que sería llegar a mi departamento.
— ¿nena, te encuentras bien? —preguntó Maca.
— ¿tan mal aspecto tengo?
— Quizá yo te pongo demasiada atención —dijo, reacomodando un mechón de cabello tras la oreja.
Ahí estaba ella nuevamente sonrojandome. Llegamos al camerino y tomamos nuestras pertenencias, al llegar al estacionamiento, ella comenzó a mirar en todas direcciones.
— ¿pasa algo?  — le interrogué.
— Al parecer Santiago, mi hermano se olvidó de recogerme. Ahora tendré que solicitar un Uber.
— No te preocupes, yo puedo llevarte si quieres.
—¿De verdad harías eso por mí?  — Su carita de ternura me provocaba un sensación inexplicable.
— Claro.
Abrí la puerta del copiloto para que pudiera subir, después me coloqué al volante, poniéndome en marcha. Ninguna de las dos pronunciaba una palabra hasta que el sonido de su celular se hizo presente,  yo centré mi vista al frente y al parecer Macarena estaba demasiado molesta discutiendo con alguien, traté de ignorar su conversación, siempre he pensado que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas. Al final colgó el teléfono soltando un suspiro profundo.
— ¿todo bien? —le pregunté.
— Todo mal, demasiado mal.
— ¿pasó algo?  ¿te encuentras bien?  —le interrogué, quería saber que la había puesto así.
— Mi hermano, no fue a recogerme, porque tubo que viajar fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo. Pero lo peor es que se llevó el único juego de llaves que tenemos del depa.
— ¿entonces dónde pasarás la noche? —necesitaba saber si quería que la llevara a otro sitio.
—Tendré que pasar la noche en un hotel —su expresión era un reflejo de preocupación.
— No, de ninguna manera voy a permitir que te quedes sola en un hotel a estas horas —Sentía la necesidad de protegerla
Me miró un poco sorprendida y una pequeña sonrisa se dibujo en sus labios.
— No tengo otra opción.
— Te quedarás conmigo, en mi depa —solté, y sin esperar su respuesta, cambié de dirección para llevarla a mi casa.

Sí por alguna razón del destino estás leyendo está historia, te puedo asegurar que en algún momento llegará a tu vida la persona a la que te une tú hilo rojo.♥️

Quédate a mi lado ~juliantina~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora