Observaba el ir y venir del tráfico desde la terraza de mi apartamento vivir en el piso número veintitrés me daba una gran ventaja para poder admirar las increíbles vistas que brindaba la ciudad por la noche. Una escena increíble para lo que se suponía sería una noche increíble.
llevaba toda la tarde tratando de localizar a Maca sin ningún resultado mi patética idea de planear todo para invitarla después, lo había arruinado todo y simplemente la cita había terminado siendo un total fracaso.
Después de varios mensajes y llamadas al buzón, decidí resignarme. Mi frustración se hacía mayor con el paso de las horas. La cena estaba fría, algunas de las velas de la habitación se habían consumido y las gotas de lluvia comenzaban a mojar la terraza. Abrí la botella de vino y coloqué un poco en una copa, tomé el primer sorbo y comprobé aquella teoría que afirma que existen olores y sabores que te hacen viajar en el tiempo y recordar a una persona especial.
Miré la pantalla de mi celular las nueve con treinta, moví mis manos ágilmente, había decidido marcar su número una vez más, uno, dos, tres tonos y no respondió.
Parada frente aquel gran ventanal mirando las gotas de lluvia resbalar, con video Games de lana del rey de fondo, nostalgia y frustración crecían dentro de mí.—Sé que vas a escuchar este mensaje cuando sea demasiado tarde, quería sorprenderte esta noche pero al parecer, el destino se ha empeñado en evitar que mires tú celular, tenía varios días planeando este momento y quizá las cosas no resultaron como yo hubiera querido pero.. —hice una pausa mientras aclaraba mi garganta y dejaba salir aquello que me creaba una sensación asfixiante —no puedo permitir que pase más tiempo, que esta noche termine sin decirte que yo... te amo.
— Te amo —me susurró al oído y rodeó mi cintura.
Me giré de inmediato demasiado sorpredida y la miré, estaba ahí, con el cabello suelto y una sonrisa hermosa.—Te amo —repetí sin pensarlo.
—yo te amo también —volvió a decir.
Después de pronunciar aquello tomó mi rostro entre sus manos y besó mis labios suavemente, me aferré a su cintura y la besé con intensidad y desespero como si creyera que todo aquello era un sueño del cual podía despertar.
—estás aquí —le dije incrédula.
—estoy aquí.
—pensé que no vendrías.
—Bars para que las cosas sucedan, solo tienes que hacer que sucedan.
—creí que no habías escuchado mis mensajes.
—No lo hice, pero por fortuna tienes un amigo que te ama demasiado y me trajo hasta aquí —me confesó levantando un ceja.
—¿Andrés te ha traído?
—se ha encargado de convencer a Dante de que me abriera la puerta de tú apartamento y perdona mi aspecto pero me ha sacado de la cama a toda prisa ahora veo que fue mala idea venir así cuando tú vas tan elegante con ese vestido —confesó sonriendo.
—Quizá yo también debería estar en pijama.
—Tú estas hermosa.
—Lo siento, no imaginé que se atreviera a tanto.
—El sabía cuanto querías que yo viniera y cuánto me haría feliz escuchar lo que me has dicho, así que cuando lo he escuchado pronunciar tú nombre en la sala de mi casa, salté de la cama para averiguar de qué se trataba.
Me sentí profundamente mal por haberme resignado tan pronto sin antes agotar mis últimos recursos, incluyendo ir por ella como Andrés lo hizo. La observé detenidamente y sonreí al darme cuenta que hiba en pijama esas eran el tipo de cosas que hacían que Maca fuera única.
—Lo siento, aveces soy demasiado cobarde, me da miedo arriesgarme para ir más allá de lo que mis propios miedos me permiten.—Tú no eres nada de lo que has dicho.
—Aveces creo que alguien como tú merece más —confesé con tristeza.
—No lo arruines por favor —me suplicó con voz tierna.
—Eres más de lo que cualquier persona puede pedir y lo digo de verdad. Tanto que aveces te miro y me entristece no poder cumplir con todas tus expectativas.
—¿qué dices? —Hizo silencio un momento y me miró fijamente a los ojos, invitándome a que yo también lo hiciera —Eres la persona más detallista que conozco Bars y no hablo de cosas materiales, hablo más bien de todo aquello que miras en mí y que nadie más puede notar solamente tú, de todas las veces en las que de la nada me envías una notita de amor durante la Grabación porque puedes notar lo estresante que es para mí olvidar algún diálogo. Mira a tú alrededor, todo esto lo has hecho por mí, las velas, la música, las luces hermosas.
—La cena se ha enfriado un poco y la lluvia acabó con el plan de cenar en la terraza —fue lo unico que pude decir para desviar la atención.
—podemos cenar en la sala, como aquella vez —soltó un suspiro profundo y continuó —¿recuerdas?
—como si lo estuviese viviendo nuevamente —le dije sonriendo.
Nuevamente sentadas en el suelo de la casa, cenando el mismo platillo pero está vez juntas y enamoradas, nos limitamos a disfrutar todos y cada uno de los sabores de la comida y el vino, mientras recordamos la manera tan única en la que nos conocimos. Después de cenar se puso de pie y sin mirar atrás se detuvo en la puerta de la terraza.
Maca observaba las gotas de lluvia resbalar por el cristal. Le pasé la copa de vino que sostenía en mi mano y sin pensarlo de dió un sorbo, la lluvia se había detenido, fue entonces cuando abrió la puerta permitiendo en una bocanada de aire frío llenara el espacio.
—¿vas a mojarte? —le pregunté sonriente, puesto que jamás imaginé que esa fuera su intención.—La lluvia no es tan mala.
—Tengo mis dudas —le confesé sincera.
—puedo borrar todas las dudas que tengas —me dijo demasiado segura.
Tiró de mi mano haciéndome salir a la terraza mis pies descalzos tocaron el suelo mojado, mientras pequeñas gotitas de agua comenzaban a surcar mi rostro. I Don't Wanna Live Forever, estaba soñando a todo volumen en el equipo de sonido y eso hacía el ambiente aún más denso.
—¿Quieres bailar?
—¿ahora? —pregunté confundida.
—si —me respondió como si fuera demasiado obvio.
No tuve tiempo de responder, pues ella rodeó mi cintura y comenzó a balancearse lentamente. Estaba tan cerca de mí, que podía sentir su respiración y el rose de su cuerpo con el mío. Su forma de bailar era tan sexi que pronto estaba perdida en el momento. Mis brazos sujetaron su cuello, mientras la de ella sostenía una copa de vino y la otra subía y bajaba por el escote del vestido acariciando mi espalda.
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Quédate a mi lado ~juliantina~
Fiksi PenggemarLa leyenda del hilo rojo del destino, este hilo une a dos personas sin importar su pais o idioma, su destino es estar juntos, si estan unidos por una casualidad se conoceran y estaran unidos por la eternidad, pero aveces el amor toma caminos distint...