capítulo 14

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Los días pasaban lentos frente a mis ojos y el cansancio se hacía cada vez mayor, las jornadas de grabación eran cada vez más extensas y apenas si había tenido tiempo para estar a solas con Maca, quién cada día se encargaba de tener pequeños detalles conmigo para recordarme lo importante que era para ella.
Caminé arrastrando los pies hasta la puerta principal  de mi departamento, una mañana fría y silenciosa en la ciudad, tener que asistir a grabar a primera hora del día con un clima tan helado, no era mi plan favorito.

— Buenos días Dante  —saludé, al hombre de pelo Cano que aparentaba leer el periódico, mientras dormía en su incómodo asiento.
—Buen día, señorita —me dijo en tono amable, mientras recuperaba la postura.

Miré la pantalla de mi celular, tenía algunas notificaciones y un último mensaje de Andrés preguntando porque no estaba aún en el set de grabación.
—Señorita López —escuché los pasos de Dante tras de mi.
—¿Qué pasa Dante? —pregunté, mientras me giraba para poder mirarlo.
—Dejaron algo para usted.

Detuve mi andar bruscamente, mientras esperaba que entregara aquello que según él, alguien había dejado para mí.
Rápidamente sacó una caja de obsequio cubierta con papel brillante y lo que parecía una bolsa con logotipo de Starbucks.
—Gracias —le dije, curvando una sonrisa.
—De nada señorita, espero que tenga un día excelente.

Abrí la puerta de mi auto y colocando las pesadas  cosas en el asiento del copiloto, tomé rápidamente la caja y con curiosidad desmedida comencé a romper el papel, dentro había una hermoso abrigo café y una nota con perfecto manuscrito.

“una mañana fría en la ciudad y podría apostar que hoy al igual que ayer no llevas puesto un abrigo, no quiero que enfermes así que decidí encargarme de eso, por cierto no existe un buen día si no está acompañado de un buen desayuno, así que disfrútalo tanto como yo disfruto cada momento Contigo” M.A

Efectivamente, había un café acompañado de un croissant con mermelada y un poco de fruta, Macarena era una mujer perfecta, de manera inconsciente siempre encontraba el punto para volverme loca de amor y es que cada día que pasaba, mis sentimientos por ella se hacían más fuertes.
Encendí mi auto mientras daba un sorbo al delicioso café, eran quince minutos de camino al set así que traté de hacer solamente diez para evitarme un regaño por parte de Andrés.

Al llegar al estacionamiento este estaba vacío, me coloqué el hermoso regalo de Maca y noté que me quedaba perfecto tomé la bolsa con el desayuno y el café, al que solo había dado unos cuantos tragos. Estaba por abrir  la puerta cuando la miré observándome desde la acera, estaba perfectamente vestida y maquillada una chaqueta de Jean, unos vaqueros perfectamente alineados y un par de mineras.
—Hola —le dije, mientras sentía esa clase de nervios de amor colegial que hacía mucho no experimentaba.
—Hola, buen día —caminó en dirección de mi auto y extendió su mano para abrirme la puerta.

Estar frente a ella, provocaba que mis piernas y mi cuerpo en general sintiera desfallecer.

—Gracias, por cuidar de mí.
—Gracias, por existir, por estar aquí  y por hacer mi vida un poco mejor —me dijo sonriendo.
—siempre tienes que ser tan linda ¿no?
—Si se trata de ti, la repuesta es si, además debo decir en mi defensa que es mi manera de demostrar lo mucho que me importas.
—Hiciste de mí mañana algo perfecto.

Acaricié su mejilla un poco fría por el clima y seguí bajando mi mano hasta llegar a su cuello, la obscuridad de la madrugada nos cubría y quería probar sus labios aunque fuera solo por un segundo, pero cuando estaba apunto de rozar sus labios una voz nos interrumpió.

— Andrés está vuelto loco buscándolas, especialmente a ti —dijo, Richard señalándome con mirada reprobatoria.
—Gracias, voy enseguida —solté de mala gana. Mientras lo miraba alejarse a paso lento.
—Antes de que te vallas, me gustaría invitarte al cine hoy, claro si puedes.
—A mí me encantaría ir contigo, pero hoy tenemos jornada de grabación todo el día, sí bien nos va, terminaremos de grabar entre las nueve y diez de la noche.
—soy consiente de ello y por eso he comprado boletos para las once ¿que dices? —me preguntó dudosa y yo enternecí con su gesto.
—será una hermosa cita —le dije sonriendo y dejando un suave beso en sí mejilla.
—Bien, entonces tenemos una cita —susurró cerca de mí oído haciéndome estremecer.

Las chicas de maquillaje estaban a punto de terminar su obra, cuando miré la figura de Andrés entrar bruscamente en el lugar.
—Bárbara estamos media hora tarde, por causa tuya.
—Lo siento, se me ha hecho tarde, ayer fui la última en salir haciendo algunas fotos  —traté de explicarle.
—Eso no te justifica, todos tenemos demasiadas actividades y estamos aquí puntuales.
—Es la primera vez en toda la filmación de la película, que yo llego tarde al set, estuvimos grabando de sol a sol durante meses y la primera vez que llegó tarde, tú armas un escándalo delante de todos.
—Perdón Bars, no quise gritar, tengo a todo el equipo presionando.
—pasa algo? —le pregunté, con voz resentida aún.

Él era mi mejor amigo y todo eso era independiente a la relación laboral que ahora teníamos. Andrés hizo una seña a las chicas para que salieran del camerino y poder hablar conmigo a solas.

—Al parecer tenemos que adelantar todo el proceso, están tratando de robarnos la película.
—Eso no es posible —le dije para intentar calmarlo.
—La película como tal es imposible, pero el concepto o la idea principal. Al parecer otra casa productora está intentando sacarnos del juego.
—Pero no pueden permitir que algo así suceda, el esfuerzo de demasiadas personas está puesto en este proyecto.
—Lo sé y no quiero fallarle a mi padre y a la confianza que ha depositado en mí.
—vamos, Andrés anímate. Trabajaremos el doble para que el proyecto quede terminado —le dije, envolviéndolo en un cálido abrazo.
—Eres la mejor amiga que la vida me pudo dar y perdón por haberme portado como un tonto Contigo.
—vamos, tenemos mucho por hacer, así que mueve el trasero y andando.

Las chicas nos miraron asustadas mientras salíamos del camerino, pero mi mejor amigo rodeó mi cintura y su gesto se relajó de inmediato.

Llevábamos todo el día grabando y haciendo algunas fotografías, miré mi reloj de pulso para darme cuenta que faltaban sólo quince minutos para las once de la noche definitivamente no llegaríamos a tiempo a nuestra cita. Maca había terminado su sesión fotográfica y yo era la última en posar para la cámara.
En un momento de descanso decidí enviarle un mensaje para disculparme por faltar a nuestra cita, sabía a la perfección que ella lo entendería pero quería hacerle saber que me hubiera encantado disfrutar esos momentos a su lado.

Me hubiese encantado tener una hermosa cita contigo pero sé que no terminaré a tiempo para llegar a la película y me parece injusto que también te la pierdas, así que deberías disfrutarla tú, nada me gustaría más que mañana puedas contármela durante el desayuno TE QUIERO”

Pasó aproximadamente una hora, cuando Jack disparó el último flashazo sobre mi rostro, cambié mi atuendo y revise mi celular no tenía ningún mensaje de respuesta de Maca. Así que caminé hacia mi auto y me detuve de inmediato al mirar aquella escena.

—Hey que haces aquí?
—Esperándote  —me dijo, sonriente mientras negaba con la cabeza.
—pensé que habías ido al cine, habías esperado tanto para ver esa película.
—No sería lo mismo sin ti, así que prefiero que la veamos después.
—vienes conmigo? —Le pregunté, mientras la tomaba de la mano.
—por supuesto.
—perdón por arruinar la noche.
—No fue culpa tuya Bars y de igual manera tendremos una cita —expresó, con esa hermosa sonrisa que indicaba que algo muy loco estaba a punto de suceder.




"Solo el escritor sabe para quién escribe, mientras el lector lee a quién más extraña"








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