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Las Prioridades de un Alfa

Los Cambia Forma, a pesar de ser más salvajes que un animal y tener muy en alto su orgullo por la fuerza que poseen, tienen unas pautas demasiado marcadas, cosas que bajo ningún motivo deben de desobedecer. No las conozco todas, nunca preste atención cuando nos hablaban de ello en conversaciones que tuve con los más viejos, pero en definitiva sé que el castigo es muy intenso. Realmente son unos animales.

El tener normas que seguir lo veo adecuado, más si se vive en el bosque, es una ley de vida y algo que la naturaleza impuso, y si lo hizo, fue porque lo vio necesario, pero cada especie o ser, crea las suyas.

Las reglas que mi padre impuso sobre las que dictó mi abuelo, como de igual forma lo hizo este con las del alfa anterior, se modificaron a mayor o menor beneficio, sin embargo, siguen teniendo su esencia. Por años creí que eso era una verdadera mierda "<< ¿si no puedes seguir algo, mejor cámbialo? Eso es verdaderamente estúpido >>" eso pensaba, pero ahora que me veo contra la espada y la pared, pienso muy diferente y planeo cambiar muchas cosas después de esto.

Una de las reglas a las que me veo atado, porque todavía no soy reconocido como un alfa frente a todos, es decir la verdad. No importa qué, debo decirla. Es por eso que algunas veces prefiero cerrar la boca o responder con otra pregunta; la realidad es que no somos ningún detector de mentiras, leemos mentes, sí, pero solo con aquellos que tenemos algún lazo sanguíneo o emparejamiento, de ahí en más, todas las cabezas son un misterio. La cuestión es, que cuando mentimos, un mechón rojo aparecerá en nuestra cabeza. Así que todos sabrán que se ha cometido una falta y eso es muy vergonzoso.

No hay forma de ocultarlo; creo que los humanos lo solucionarían pintándose el cabello, pero ¿eso no sería mentir nuevamente? Mentirían al fingir que no son unos mentirosos.

Ahora mismo me encuentro sentado en el sillón de la sala de estar, como muchas otras veces lo he estado en ocasiones, sin embargo, jamás me vi siendo enfrentado por una pequeña mujer blanca que exige una respuesta. Mujeres sí, pero no pequeñas y detonantes que al más mínimo cabreo, comienza a lanzar descargas eléctricas. En su cabeza, todo es un caos lleno de preguntas y gritos, ruidos que me tomaría todo el día saber qué es y lo está haciendo a propósito; sabe de lo que soy capaz y lo está usando a su favor.

Pequeña mierda blanca.

— ¿Y bien? Estoy esperando la respuesta.

Si Bert estuviera aquí, comenzaría a decir tontería a diestra y siniestra, todo lo absurdamente posible para hacer que la mujer perdiera la paciencia y diera por terminada la conversación sin haber obtenido su respuesta; él es realmente bueno en eso, pero ¿qué ganaría yo? El mentirle o dejar la verdad a medias, no es realmente una opción pues no quiero un mechón rojo y si le quedara alguna duda, seguramente irá a con su padre y este no dudara en decirle, para después retirarse y dejarnos a nuestra suerte. Por otro lado, sé de lo que es capaz cuando se encabrona, no quiero que arruine mi casa con sus malditas descargas.

Paso mi mano izquierda tras mi nuca, la tensión de tan solo estas dos semanas ha sido demasiado, pero parece ser que no parara y eso es obvio, el problema siempre se debe de arrancar de raíz. Tamborileo los dedos de diestra sobre el vestido que mantengo todavía cerca; la tela impide que el sonido sea alto y eso es agradable, me permite seguir pensando en lo que debería hacer. ¿Qué funcionaría mejor? ¿Decirle lo que quiere saber o decirle la verdad? Ambas son muy diferentes y claramente me conviene la primera; el responder sus preguntas, me facilitaría muchísimo ya que no son muy claras y las respuestas pueden ser vagas.

Aunque decirle la verdad puede ser de gran ayuda, podría mantenerse fuera de mi alcance y nos evitaríamos problemas, también puede que me preste su ayuda. Ella misma lo ha dicho, su gente está siendo cazada para realizar hechizos; necesitan ayuda, protección.

La Protegida de AlphasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora