#1 Eternamente agradecído

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Es de noche y tengo frio, pero ya estoy acostumbrado por que así e vivido desde que era un cachorro, no recuerdo del todo como terminé así, es solo que mi primer recuerdo fue que empecé a vagar por la calles buscando algo... pero... no lo se, solo busco algo que me hace falta, y siento que lo encontrare algun día.

Empezó a llover y mientras corría el viento, el chico se ocultó debajo de un arbol en el parque del centro donde apenas se ilumiaba la acera por las farolas de gas

-Tengo hambre... -
Todo a su alrededor se oscurecía porque estaba debil, muy cansado y con hambre pero justo antes de caer una dulce voz le dijo

-Hola pequeño ¿estas solo?-

Ella estabá vestida con un vestido negro y un paraguás. Ella lo tomó con un brazo por que era pequeño aún y era facil de cargar.

 Ella lo tomó con un brazo por que era pequeño aún y era facil de cargar

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-Tranquilo ahora tienes un hogar.-

-se va caminando pisando charcos en la acera hasta llegar a una casa un tanto vieja y un poco dañada por el tiempo, al entrar notó que tenía heridas y lo dejó en un sofa cercano a su sala-

-Mm... -el chico se despertó de a poco con una venda en su brazo,  y, una que otra bandita adesiva-
¿D-donde... estoy?-

-oh... veo que despertaste ven, te preparé algo para comer.- dijo la amable joven con una voz dulce.

Esa dulce señorita me dio una sonrisita que me hizo desconfiar un poco, pero decidí ir a comer porque no podía aguantar más el hambre. Ya sentado miré que era carne y verduras acompañado de agua. Mientras más miraba ese plato, más hambre me daba y me sentía nervioso.

-Descuida estas ahora viviendo conmigo puedes comer.-

-G-gracias señorita.-

No sabía que sentir con cada bocado que engullía, porque lo ultimo que comí fue solo un pan hace días.

-¿Y tienes nombre?-

Negué con la cabezá

-Mm... y tus padres?-

-No los conozco.-

Me incomodaban las preguntas, solte algunas lágrimas por sentirme satisfecho.

--Bueno supongo que te quedarás conmigo hasta saber que hacer exactamente.

Sentía felicidad por un segundo pero no quería expresarla por miedo, aunque mi cola por si sola se movía.

--No no, no quiero ser una molestia señorita... mm..-

-Me llamo Angela-

-tiene un bonito nombre pero aún así ya me acostumbre a estar en el frio, al fin y alcabo nadie me quiere.-

-Tranquilo yo si te quiero, pero si estaras conmigo te llamare... Emilio. Si es un bonito nombre asi te llamare.-

-Gracias señorita Angela pero yo debería dormir a fuera.-

-De ninguna manera puedes dormir conmigo.-

-Esta bien-

Con el paso de las horas, la amable señorita me había bañado, me dijo que me acostara con ella,  subí a su enorme y suave cama  de la señorita Angela , nunca me sentí tan cómodo por algo tan agradable y lindo, pero me aterraba ser echado en cualquier momento, pero ese abrazo que me dio ella, fue algo reconfortante.

Jamás olvidaré lo buena es ed conmigo...

Mi ama y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora