Destino (Smallville) Luisa Lane x Clark Kent

Alma Gemela

Giró por tercera vez, para quedar viendo de frente a la mesa...el sillón jamás se había sentido más incómodo en su vida. Miró con rapidez los jeans que se encontraban sobre el respaldo del sillón. Se levantó y dirigió su mano hacia la bolsa trasera de los jeans. Está claro que no iba a lograr dormir por más que lo intentara...la argolla en su mano la embelesó por unos instantes...luego de nueva cuenta se recostó, sosteniendo el pequeño objeto en alto, entre sus manos...Lo mejor era dejar todo lo que había sucedido bien enterrado en el terreno correspondiente a "Clark Kent", en el pasado...volvió a ponérselo donde horas antes el anillo había residido...estiró la mano y lo contempló...una sonrisa tonta le invadió el rostro, y casi quiso golpearse mentalmente por estar deseando que Clark no se casara, o que ella tuviera el valor suficiente para raptárselo y hacer lo que Jor-el le pedía...jajajaja...¿a quién engañaba? Sacudió la cabeza y se acomodó mirando al techo...no había algo más interesante para ver, así que en algo tenía que distraerse...oyó el crujido en la madera de las escaleras, y volvió a recostarse de lado, dándole la espalda al probable visitante con insomnio...los pasos dejaron de escucharse justamente detrás del sillón, y luego de breves momentos, se dirigieron a la cocina...ya que el mundo de los sueños le había cerrado la puerta, estaba considerando seriamente en irse al granero a contemplar las estrellas...o a lamentarse de cuan triste y deprimente era su vida...justo como cierto granjero hacía la mayoría de las veces...se levantó con prisa y dio pequeños brinquitos mientras se ponía los jeans...obviamente para mantener el equilibrio y no trastabillarse en aquel pequeño espacio entre el sillón y la mesa...El rostro sonrojado de Clark dirigiendo la mirada hacia el buen trozo de piel que Luisa le estaba dejando admirar mientras se ponía los jeans finalmente la hizo caerse...una escena divertida, sino fuera porque en ese instante, Luisa pidió al omnipotente que la tierra se la tragara...ambas piernas sobre el sillón, mientras el resto de su cuerpo quedó donde no podía ser visto gracias al respaldo del mueble...los jeans se le quedaron atorados a mitad de las piernas, lo que en parte provocó la caída...se incorporó sobre sus codos para ver la probable risa sarcástica del adorador de camisas a cuadros...él solo se le quedó viendo...y no...no precisamente a la cara...

- e...estás bien...- bien, Kent...después de 4 años, y sigues tartamudeando cuando la ves...así...él tragó saliva, y para olvidarse del súbito calor miró su vaso de leche...le tendió la mano a Luisa...ella lo miró y se levantó sin ayuda...

- si...así acostumbro a despertarme yo...- dijo ella con una media sonrisa, mientras se subía el zipper del pantalón. Se sacudió la parte de las piernas, y apresuradamente metió la manoahora adornada con la argolla en el bolsillo delantero de sus jeans.

- ¿no puedes dormir...?- ella preguntó y Clark asintió.

- ¿tú tampoco?- Luisa se tomó un tiempo para pensar su respuesta, y luego asintió.

¿otra vez tus pesadillas...?- Luisa se sentó en el sillón. Clark hizo lo mismo. ¿¡quién le había dicho que podía sentarse...con ella...a su lado!?

- no...extrañamente dejé de tenerlas cuando me fui a vivir a Metrópolis...- sacudió la mano como restándole importancia. Clark bajó la mirada y sintió como si le hubieran dado un fuerte golpe en el estómago...se estaban dirigiendo a la temible cuestión prohibida de ¿qué fue lo que NOS pasó...?

- ¿quieres...?- dijo él señalando el vaso de leche.

- no, gracias...estaba pensando...ya que no puedo dormir...quería ir al granero...- ella se levantó y procedía a irse, cuando Clark la detuvo con una gélida pregunta...gélida no por el tono, sino por la pregunta en si...

- ¿es tan malo...?-

- ¿malo...? ¿qué cosa...?- Luisa se quedó de pie, dándole una mirada sobre el hombro. Él dejó el vaso de leche sobre la mesa, y se frotó nerviosamente las manos, mientras le sonreía con timidez...la argolla kriptoniana seguía en el dedo de él...oh dios!