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Jotaro:

Me coloco mi gorra, una camisa blanca y una chaqueta de color negro y de cuero falso, unos jeans azul claro y unos Vans negros. Me cepillo los dientes y me peino; la casa ya estaba arreglada, no necesitaba hacerle muchos cambios.
Apenas eran las tres, estaba algo nervioso, sentí que algo iba a pasar... Pero no sabía con seguridad qué.

Ya pasada una hora con treinta minutos, el gato salió de mi cama y se acostó en un cojín que tengo en el suelo, no pude evitar sacar una sonrisa pequeña. Me pregunto de quién será y porqué tuvo que parar en mi cuarto.

Ví algo de televisión y finalmente, faltando diez para las cinco, apagué y salí de casa, no sin antes empacar las llaves, mi cartera y mi celular en un pequeño bolso.

Narrador:

El pelinegro había sido el primero en llegar al establecimiento acordado. Esperaba pacientemente a su amigo vampiro de cabello rubio.
Unas manos grandes taparon su vista y sintió el corazón latir con fuerza. Cuando se dió la vuelta, supo que era él.

—Hola, preciosa estrella del océano —le susurró al oído, con un pequeño ronroneo.

—Casi me matas del susto —quitó con algo de brusquedad el tacto del contrario.

Entraron al local y se sentaron en una mesa cerca de la barra. Un chico de cabello negro, ojos azules y uniforme morado los atendió.

¡Jotaro-san! Hace tiempo que no te veía —le dijo en forma de saludo, con una sonrisa.

—Hola, Josuke —igualmente sonrió—, ¿Desde cuándo trabajas aquí?

—Hace un par de semanas, necesito algo de dinero. Mi cabello y apariencia no se mantienen solos —rió—, ¿Qué van a ordenar?

—Yo quisiera una champaña fría —Dio fue quien tomó la palabra.

—Y a mí me traes un vino blanco, por favor.

—¡En seguida! —se retiró.

Pasaron unos tres minutos y finalmente el Higashikata llegó con las bebidas.

—Buen provecho.

—Gracias —respondieron al mismo tiempo.

En eso, comienza a sonar "Sweater Weather" de The Neighbourhood. Una de las canciones favoritas de ambos.

Dio puso los codos sobre la mesa y colocó sus manos en la barbilla, mirando con algo de deseo, pero también ternura, a su acompañante.

—Gracias por reunirte conmigo.

—No es nada.

—Cuéntame más de tí.

—Bueno, me gusta salir a caminar todas las noches, leer, el océano, el alcohol, el café con leche y fumar de vez en cuando.

—Interesante...

—¿Y tú?

—Me gusta viajar, explorar el mundo y disfrutar sus maravillas, me gusta ir al cine, también a la playa. Por el momento pienso quedarme a vivir en Japón.

—Ya veo.

—¿Sabes? También me gusta el café con leche, tanto como a tí.

Se quedaron un momento en silencio, Kujo miraba la ventana y a su vez bebía del vino. Se sentía bien al conversar con él.

Like coffee with milk •Diojota•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora