capitulo 7

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–¿Por qué no me has dicho que Louis Tomlinson había vuelto? _____, que estaba comiendo una ensalada, levantó la cabeza y miró a su mejor amiga, Vanessa , que estaba sentada al otro lado de la mesa. Eran amigas íntimas desde que _____ tenía uso de razón y durante años lo habían compartido todo. A los dieciséis años, _____ fue la primera en saber que Vanessa se había enamorado de zac. Era, además, la madrina de Michelle, su hija de dos años.

–No te lo he dicho porque acabo de enterarme esta mañana –tras beber un sorbo de té con hielo, añadió–: Además, yo debería preguntarte lo mismo, puesto que está viviendo en casa de tu abuela.

Vanessa frunció las cejas.

–¿En el hotel?

–No, en la casa de la playa. Vanessa esbozó una sonrisa.

–Ahora me explicó por qué mi abuela estaba tan rara el otro día, cuando fui a llevarle a Michelle. Seguro que Louis le pidió que no dijera nada. Creo que quería darte una sorpresa.

–Pues me la ha dado, desde luego. Lo vi esta mañana, mientras corría. Al principio pensé que era una alucinación. Era la última persona con la que esperaba encontrarme.

Vanessa asintió con la cabeza.

–A mí me lo ha dicho Zac. Se encontraron ayer,en la tienda de Milner. ____ bebió otro sorbo de té.

–En fin, parece que hoy todo el mundo se empeña en decírmelo, por si acaso no me he enterado.

Esta mañana he tenido por lo menos cuatro visitas en la tienda de gente que de pronto necesitaba una revisión ocular. Naturalmente, todos me han dicho que Louis había vuelto al pueblo. Vanessa se rió.

–La gente esperaba que se casaran. En aquella época, todo el mundo estaba pendiente de vuestra vida amorosa. _____ sacudió la cabeza al acordarse.

–Si quieres que te diga la verdad, creo que ahora también están demasiado pendientes, aunque Louis y yo no tengamos vida amorosa.

–¿Te ha dicho por qué ha vuelto después de tanto tiempo? _____ exhaló un profundo suspiro mientras ponía más aliño a su ensalada.

–Dice que quiere que lo perdone por el modo en que se marchó.

–¿Y vas a perdonarlo?

_____ tomó su tenedor.

–Nessa, yo entendía por qué se marchó, así que en ese sentido no tengo nada que perdonarle. Lo que no pude aceptar entonces y sigo sin poder aceptar es que no me haya llamado ni una sola vez en siete años. Vanessa asintió con la cabeza.

–Zac estuvo hablando con él y, por lo que me ha dicho, a Louis le costó mucho superar la muerte de Susan Conrad. _____ sacudió la cabeza.

–Pero, aun así, podría haber llamado. Creo que me merecía al menos eso, dado que aseguraba que me quería. Vanessa la miró a los ojos.

–¿Has pensado qué puede significar su regreso? _____ levantó una ceja.

–¿Qué crees tú que puede significar?

–Que debéis enterrar el pasado y seguir adelante con Sus vidas.

[...]

–He oído que ese chico, Tomlinson, ha vuelto al pueblo. _____ no pudo evitar sonreír mientras ajustaba el equipo oftálmico. La persona con la que había estado esa mañana en la playa no era, desde luego, un chico. Ningún chico tenía un cuerpo como aquél.

–Sí, señora Martha, yo también lo he oído.

–¿No lo has visto aún?

_____ decidió decir la verdad. En aquel pueblo, una mentira podía volverse contra quien la decía para atormentarlo.

–Sí, señora. Me encontró con él esta mañana, mientras corría.

–¿Y? _____ sacudió la cabeza. A sus ochenta años, aquella mujer seguía siendo afilada como un clavo y estando pendiente de la vida de todo el mundo.

–Pues que me alegré de volver a verlo. Martha Bolden frunció el ceño.

–¿Eso es lo único que tienes que decir, jovencita?-_____ ajustó el foco para ver con claridad los ojos penetrantes de la señora Bolden.

–Sí, señora, aparte de decirle que sus ojos siguen teniendo tan buen aspecto como la semana pasada, cuando vino a hacerse su revisión anual. La anciana tuvo la decencia de sonreír.

–Bueno, a mi edad y tratándose de la vista toda precaución es poca.

“Sí, sobre todo si una cree que quizá haya algo interesante que ver”, pensó _____ mientras apagaba su equipo. Echó un vistazo al reloj. Le quedaba una hora para cerrar.

Después de que Martha Bolden se marchara, volvió a su despacho para anotar algunos datos en las fichas de varios pacientes. A no ser que entrara alguien más, daba la jornada por acabada.

No pudo evitar recordar su conversación con Vanessa durante la comida y el comentario que había hecho su amiga a propósito de que Louis y ella volvieran a estar juntos. Intentaba no sentir nada por él, a pesar de que su boca seguía trémula por efecto de sus besos. Se recostó en la silla y recordó cómo la había besado Louis, como si no hubieran estado siete años separados, y lo fácilmente que había respondido su cuerpo. El tintineo de la campanilla de la puerta atravesó la oficina y llamó su atención. La joven a la que había contratado un año antes como ayudante se había ido al marcharse el último paciente citado. _____ salió de su despacho y se detuvo en seco al ver quién era aquel nuevo paciente que llegaba sin cita. Louis Tomlinson.

Ella tragó saliva cuando sus ojos se encontraron.

Louis estaba delante de la vitrina. Un rayo de sol iluminaba sus facciones y su cuerpo. Llevaba una camiseta ceñida y unos pantalones vaqueros cortos, y estaba totalmente arrebatador.

Un silencio violento se adueñó de la habitación mientras ella intentaba recobrar la compostura. Se aclaró la garganta.

–Louis, ¿qué estás haciendo aquí?

Él se apartó de la vitrina y le lanzó una sonrisa cálida y alegre.

–He venido a hacerme una revisión.

La caricia de un amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora