|Empezando mal|

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En aquella casa se encontraba Hueningkai, mejor amigo de Soobin, que hablando de este mismo estaba ahí, esperando a que saliera. Su amistad era una de las mejores, estando el uno para el otro, desde pequeños.

Recordar todo lo que han vivido hacía al mayor querer llorar a veces, se habían prometido nunca dejarse de lado y así sería.

Volvió a tocar pues el menor no salía, después de este acto vio como la puerta poco a poco se abría, saliendo de ahí un pequeño Huening.

—¡Hola, hyung! —recibió un cariñoso abrazo— hoy llegó más temprano, ¿Ocurrió algo?

—Claro que no pequeño, solo que hoy quería ir a desayunar contigo...

—¿H-hyung? Hoy tenemos clases...

—Vamos, hazlo por mí ¿Si?

El mayor le había regalado una sonrisa, denotando sus hoyuelos, una de las debilidades de Kai.

—Esta bien —acepto sin ganas— igual hoy no quería ir —mintió— mis hyungs se enojaran, aunque si les explico seguro entenderán.

—Sabes que ellos también me quieren, no se negaran.

Hueningkai vivía con su hermano Namjoon, y con el esposo de este, Jin.
La familia de Soobin siempre los apoyo en todo, incluso cuando no tuvieron casa ahí estuvieron, por ende la relación se fortaleció aún más.

—Un poco arrogante de tu parte, ¿No? —comentó alzando una ceja, mientras reía.

—Lo sé, pero aún así me adoras.

—Supongo —sintió su cara hirviendo mientras que el de hoyuelos lo admiraba— ¿Y a dónde iremos?

—Solo ven conmigo, ¿O es que acaso no confías en mí?

—Claro que lo hago hyung.

—Entonces no preguntes más —sonrió.

Después de ayer Soobin no quiso ir a la escuela, era un poco pesado tener que soportar a Yeonjun, a veces para Choi era un poco estúpido el tema de la popularidad, por eso no entendía la forma de actuar del otro Choi.

Podían compartir la popularidad, ¿No?

Y aunque le molestará mucho reía, reía de lo hilarante que era la situación pues podría parecerle tonto pero a quién no le gustaba ser el centro de atención, algunos veían a Soobin como el tranquilo y amigable, no era eso, a veces tenía tendencia a ser muy orgulloso y egocéntrico.


—¿En qué piensas, hyung?

Hueningkai lo saco de sus pensamientos, notando que ya habían pasado el lugar a donde iban.

—Lo siento, me quedé pensando en otras cosas.

—No te preocupes hyung, seguramente estas muy ocupado estudiando. Siempre he admirado ese lado tuyo —confesó.

—Demonios —suspiró— ¿Por qué eres tan dulce, bebé? —el último apodo lo dijo en un susurro que no paso desapercibido.

My way  |Yeonbin| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora