NARRA ALEX
Nada más salir del bar, dejé a un oficial al cargo de los traslados tanto de los dos que seguían vivos, como de los cadáveres. Nosotras, junto con otro coche patrulla, nos fuimos camino de El Alcorque. Temía que fuera información falsa, pues no teníamos ni rastro de los hijos, tan solo nos quedaba fiarnos de Bill.
- ¿Estás bien? – pregunté mientras conducía.
- Sí, solo Voy pensando.
- ¿En tu padre?
- Sí. Me gustaba pasar tiempo con él cuando era una niña, y cuando nos abandonó, sabiendo el motivo, no tuve tiempo de pensar en la persona que estaba perdiendo. Pero ahora que le he vuelto a ver No se Me da pena y rabia saber que él ha sido capaz de hacer algo así.
- El odio es irracional, a veces.
- Lo sé. Pero él era buena persona. Es cierto que sus ideales no son los mejores, pero era buena gente – la miré por un segundo - ¿Crees que ese odio lo he podido incrementar yo?
- Si es una manera para echarte la culpa, ya te voy diciendo que no. No tienes nada que ver, Piper. Él ya pensaba así mucho antes de saber que tú eras lesbiana – la acaricié la barbilla – Cielo no quiero, ni por un momento, que pienses que tienes algo que ver, porque no es cierto.
- Lo sé, lo sé – asintió – No te preocupes, estoy bien – volví a mirarla – De verdad.
- Ok – asentí agarrando su mano y dejándola un beso en los nudillos – Así que prometida, ¿eh?
- Sabía que lo ibas a decir – sonrió – Decirle que eres mi novia, era como decirle que no tenía nada. Para mi padre, las novias siempre eran pasajeras. Hasta que no te comprometes, no es nada serio.
- ¿Y tú piensas igual?
- Creo que sí.
Me quedé pensando en esa respuesta. Si Piper pensaba así, yo no quería quitarle ese pensamiento. Para mí, comprometerte era una cuestión personal. Tener novia, era comprometerme con esa persona, no necesitaba un papel que me dijera que debía hacerlo. Pero si para ella era importante, quizás era, lo que le faltaba a nuestra relación. O quizás yo estaba tan desesperada en intentar salvar lo nuestro y que no se marchara, que pensaba ya tonterías.
- No te puedo negar que decir que eres mi prometida, no me ha gustado. Sería mentirte – la mire por un segundo – La prometida de Alex Vause – sonreí – Es que suena tan bien. Total, me he tomado muy en serio tu pedida del otro día.
- Es que iba muy en serio – asentí – Puede que ahora no, pero pedirte que te casaras conmigo en un futuro, iba totalmente en serio.
- ¿De verdad quieres casarte conmigo? – la miré frunciendo el ceño – Es que no me lo creo
- Quiero ser tu mujer, Piper. La esposa de Piper Chapman, eso sí que me gusta como suena.
- Sabes que siempre será la esposa de Vause – protesté – No me importa – susurró – Al contrario.
Saqué mi móvil pensando y se lo di a Piper.
- Busca los billetes de avión y dime a que hora salimos.
Sonrió al ver la foto de fondo de pantalla. Sentada en la cama, con las piernas cruzadas, el pelo recogido y su hermosa sonrisa. Estaba enamorada de esa foto por su sencillez, pues con tan solo su presencia, conseguía plasmar toda su esencia.
- A las diez de la mañana, ¿por qué?
- ¿Y qué hora es?
- Las nueve y diez.
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Mirada de Pasión
FanficSegunda parte de Mirada de deseo. Todos los créditos a @Helena Mabbit. Esto en una adaptación.