II

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Pasaban de las 8:00 de la mañana en Winchester y Sunhee se encontraba recargada sobre la paleta de su asiento con sus auriculares conectados.

Había tenido una noche pésima, pues había estado escuchando voces fuera de su departamento y en alguna ocasión habría jurado que había visto una sombra dentro de su cuarto, pero aquello en mayor medida se lo atribuía a las noches de desvelo anteriores.

Ajeno a esto, dentro del aula se hizo presente un chico corpulento de cabello rubio, quién se sentó frente a ella y la miró sonriente. La chica sintió su presencia y volteó a mirarlo

—Hoseok, ¿Qué haces aquí?—Dijo al tiempo que desconectaba los audífonos de su celular.

—Nada, solo que hoy no pude llegar temprano pero aquí estoy, ¿Ha pasado algo?

—Nada de qué preocuparte, sólo últimamente ando algo paranoica.

— ¡Paranoica? ¿De qué hablas?

—De nada, de nada. Pero, ¿Qué hizo que llegaras tan tarde?

—Tuve que llevar a mi hermana al colegio, mis padres se han ido de viaje a Londres y ahora yo estoy a cargo de ella.

Lee Hoseok era su mejor amigo, el que hizo que Sunhee viera a Inglaterra como un gran país más que como una cárcel, y, el que junto con Kim Taehyung la sacó adelante emocionalmente siendo tan extrovertidos y amigables.

Sunhee era una persona muy cerrada, ajena a todas las personas estereotipadas de aquella cuidad que sólo veían al ser humano como trozos de carne que debían ser devorados, y era por eso que era amiga de Taehyung y Hoseok, ya que, de alguna manera, sus ideas, intereses y formas de comportarse eran similares, y eran personas que se sentían capaces de romper con todo prejuicio a su alrededor.

Solo eran ellos tres, y todos concordaban en que así era más que suficiente para enfrentarse a la gente llena de hipocresía que sólo buscaba su propio bienestar por encima del de los demás.

Sunhee volvió a apoyar su cabeza en la mesa frente a ella y soltó un largo suspiro, que hizo que Hoseok la mirara con curiosidad.

—Ya Sunhee, deja de hacer eso. Aunque tú digas que no es nada y que estás paranoica sé que algo verdaderamente importante te sucede y no me iré de aquí hasta que me lo digas.

— ¿Me perdí de algo?— Dijo una nueva voz que procedía de Kim Taehyung, quién se sentó frente a Hoseok y los miró a ambos confundido.

—Pasa que Sunhee está asustada por algo y no me quiere decir— Dijo con una voz cargada de ofuscación

— ¿Ah, sí?— Preguntó el chico de cabello castaño observado a la chica frente a él con la ceja arqueada. — ¿Por qué? ¿Es algo realmente malo?

—Si les digo, ¿Dejarán de insistir? Solo he estado estresada últimamente, no es nada del otro mundo.

—Te escucho— Comentó Taehyung cortándola de repente

Sunhee suspiró pesadamente y al ver que ellos no se rendirían hasta que les contara, se removió el cabello con brusquedad y los miró a ambos con mala cara.

—Han estado pasando cosas extrañas. Primero, recibí una carta misteriosa, escrita en un idioma que jamás en mi vida había visto.

Taehyung y Hoseok arquearon las cejas al mismo tiempo y se quedaron callados, sin saber qué decir.

— ¿Un idioma desconocido? Bueno, probablemente se equivocaron de destinatario, ¿No viste de dónde venía?

—Sí, Venía de Seúl. Pero no me importó y deseché la carta

— ¡¿Qué hiciste qué?! Sunhee, Sabes que eres de Seúl, ¿no? ¡Puede ser que tu familia te la hubiera enviado!

— ¿En otro idioma que no es coreano? No lo creo. Además, no sé qué pasaría si me dijeran que tengo más familia por allá. Mi tía casi no toca el tema, pero ya no me interesa. Si fuera algo así me daría igual y rechazaría la carta de todos modos, pero el punto no es ése.

— ¿Entonces cuál es?

—El punto aquí es que la deseché y al otro día apareció arriba del retrete. La ventana estaba abierta.

—Tal vez... la dejaste ahí y no te acuerdas— Espetó Hoseok con confusión.

—Lo sé, puede ser pero... ¿Cinco veces? Sé que olvido todo con facilidad pero no es para tanto. Hoy las cosas cambiaron. Apareció en mi escritorio.

—Deberías calmarte un poco, estás algo alterada. — Murmura Taehyung hacia ella, acariciando la curvatura de sus hombros. Suspira y se pasa la mano por su cabello— Estoy seguro que esas cosas no son normales, y pienso que deberías estar alerta todo el tiempo, además de no andar por la calle sola.

—Tae tiene razón. Podría pasar por ti a tu casa y venirnos juntos.

—Ya se están comportando sobreprotectores y aún no les he contado la peor parte.

— ¿La peor parte? ¿De qué hablas?

—Desde que la carta apareció por primera vez en el inodoro, no dejo de escuchar ruidos y de sentir que me están siguiendo. Puede que sea mi imaginación, pero creo que aun así deberían saberlo.

—Ahora que lo dices me parece más que conveniente que Hoseok pase por ti a tu casa. Y por favor, plática esto con tu tía, puede que sea importante.





Ya había oscurecido, el aire azotaba todo a su paso y Sunhee estaba desconcertada de que aún en esas condiciones Taehyung y Hoseok se ofrecieran a llevarla. Sunhee caminaba con las manos dentro de su abrigo negruzco, y sus largos cabellos se agitaban sobre su cabeza debido al aire del exterior. Finalmente, los pasos apresurados de los tres se detuvieron frente a la casa de la chica, y poco después de que Sunhee cerrara la puerta, Taehyung y Hoseok se marcharon, no sin antes observar alrededor de la casa en busca de cualquier cosa fuera de lo normal.

Una vez dentro, la chica tanteó por las paredes en busca del interruptor de la luz, y se sorprendió un poco al notar que no importaba cuántas veces lo oprimiera, el departamento parecía estar sin electricidad.

Caminó sigilosamente hacía su recámara, y cuando oprimió el interruptor de allí, suspiro de alivio al ver que por lo menos en su cuarto había luz, pero esa sensación de alivio desapareció al observar sobre su cama la misma carta, de la cuál Sunhee había intentado librarse reiteradas veces.

Se asomó con cautela hacia el cuarto de su tía, y un escalofrío de terror la invadió por completo al ver que había ropa tirada por doquier y todo lo que allí se encontraba estaba desperdigado por el piso.

Tragó en seco, se dirigió hacia la entrada, y cuando estuvo a punto de gritar, la puerta se abrió de golpe.

Un chico cubierto con un cubre bocas negro, de apariencia asiática, tez blanca y cabello azabache entró exaltado, a la vez que sostenía entre sus dedos lo que parecía ser el bolso de su tía.

Miró hacia todas direcciones, y una vez dio con ella abrió los ojos de par en par

— ¿Le parece conocido?— Al ver que Sunhee asentía, continuó— Se la acaban de llevar, No les pude ver el rostro, lo siento mucho.




-BangtanftMX

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