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Los personajes son los iconos que dan vida a la fantasía novelesca. Para muchos escritores los personajes son lo más complejo de imaginar y desarrollar. Esto se debe a la enorme dificultad que supone meterse en una piel distinta de la nuestra. En efecto, se adoptan puntos de vista que no tienen, en ocasiones, nada que ver con los nuestros. Da igual si se trata de opiniones, valores, sentimientos, emociones, pensamientos. O sencillamente de formas de ver el mundo en general. Los personajes pueden ser, humanos, animales, criaturas de origen sobrenatural e incluso un objeto, que interviene en una obra artística. Los personajes suelen ser el elenco principal de una obra de ficción y que dan impulso a las acciones.
Tipos de personajes
Principales: Los personajes principales, o mejor conocidos como los protagónicos, son aquellos que generan una trama llena de emociones y acciones eufóricas, son importantes debido a que la historia gira en torno a ellos. Son los personajes centrales de cualquier historia, sin importar si se trata de un libro o una película. El protagonista puede ser el héroe de la historia con el que el lector se identifica o al que admira, pero también puede tratarse de un antihéroe o de un villano. No hay límites para construir a nuestro personaje protagonista.
Antagonistas: En el lado opuesto de la baraja nos encontramos con un personaje principal cuyos objetivos son contrarios a los del protagonista: el antagonista o villano de la historia. Esto no quiere decir que el antagonista deba ser malo por la fuerza, en absoluto. Lo que ocurre es que estos personajes tienen objetivos distintos y cada uno de ellos luchará con todas sus fuerzas por alcanzarlos. Con este choque de objetivos surge el conflicto principal de la historia.
Secundarios: Si bien estos personajes no son tan importantes como los anteriores, también cuentan con un papel de relevancia en la historia. Son aquellos que en ciertos momentos hacen determinadas acciones que tienen que ver directamente con los personajes principales, bien sea ayudando a dar más coherencia a la trama o creando cierto impacto en los espectadores. Se los cataloga como los personajes que complementan a los protagonistas.
Circunstanciales, episódicos o de relleno: Son los personajes que aparecen de un modo breve o debido a una escena concreta en la que es necesaria su presencia para construir ciertas escenas de la historia. Apenas están definidos, no se profundiza mucho en ellos, por lo que se mantienen en la trama por muy poco tiempo. Van apareciendo según sea necesario, pero de forma esporádica.
Otros tipos de personajes
Personajes planos: Estos personajes no presentan ninguna evolución a lo largo de la narración. Mantienen las mismas características al principio y final de la historia. Su caracterización es básica.
Personajes redondos: Son personajes densamente construidos, con mucho bagaje emocional o psicológico, es decir, que tienen más profundidad y elaboración. Es el personaje que presenta una transformación a lo largo de la narración, cambio que puede ser negativo o positivo. Generalmente lo sufren los personajes principales. Rara vez ocurre a los personajes secundarios.
Personajes estereotipos o cliché: Estos son los personajes que se observan siempre dentro de las historias, siendo importantes y necesarios, pero no demasiado impactantes, por lo que ya se conoce que son similares. Estamos hablando de personajes predecibles, que a pesar de que dan giros rápidos en la historia, siempre acabarán del mismo modo, el impacto que generan en los espectadores puede no ser demasiado fuerte. Dentro de estos personajes se encuentran ciertos clásicos, como los héroes, el ladrón, el villano y el embustero, además del borracho y del chismoso.
Personaje inspiración: Estos personajes presentan la particular característica de ser creados en base a un personaje de la vida real, ya sea este un ente destacado o con una vida fascinante que ha servido de inspiración para su creación.
Recomendaciones finales
Los personajes también dependen de la naturaleza del autor.
Pregúntate cuál es el tipo de personas que llaman más tu atención y cuáles son tus temas más sensibles. Seguro encontrarás el universo humano de tus libros.
* Trabaja tus personajes constantemente.
Realiza ejercicios con tu imaginación: míralos, escúchalos, recréalos, si puedes dibújalos. Agrégales detalles, manías, contradicciones, rutinas, intimidad. Procura que sean personajes que emanen vida.
*Puedes buscar referencias reales de tus personajes.
Si el personaje es un sacerdote, busca sacerdotes, míralos, habla con ellos si es posible. La investigación es un valor agregado.
Si el personaje debe ser fiel a sí mismo, tú como escritor también debes ser fiel al personaje. Él tomará la fuerza que le imprimas. Debes apasionarte y ser leal. Pero cuida tu historia. Si comienzas con un objetivo, no permitas que el personaje te lo cambie, a menos que encuentres una historia mejor. A veces sucede.
Si eres novelista utiliza una libreta de notas, una cartelera, o cualquier lugar donde puedas visualizar tu constelación de personajes. Regresa siempre a estos recursos si te sientes perdido.
Incluso los personajes fantásticos deben ser creíbles. Eso dependerá mucho del estilo y la forma en que los plantees. No del personaje.
