¿Debería escribir mi cuento en presente o pasado? Interesante pregunta, muy interesante. Primero que nada, lo más importante a saber aquí es que no hay un tiempo narrativo que sea "mejor" que el otro, que uno se use más (pasado) que el otro (presente) solo habla de gustos y, como dice el dicho, de gustos no hay nada escrito.
Lo que intentaremos hacer hoy es marcar las diferencias, ventajas y desventajas de cada uno para que puedan escoger a conciencia qué tiempo verbal han de usar para su cuento.
Como no hay mejor momento que el presente, empezaremos a tratar ese tiempo verbal primero. Este tipo de narrativa es simultánea ya que nos vamos enterando a medida que los acontecimientos se van desarrollando en frente a nuestros ojos. Una característica de este tiempo verbal es que los pensamientos van surgiendo en directa relación a los acontecimientos, a esto se lo conoce como una forma leve de corriente de conciencia. Para quienes no sepan de qué estoy hablando, es un estilo de narrativa que tienen a Virginia Wolf y James Joyce como sus íconos representantes. Básicamente, las historias - cuando se utiliza la corriente de conciencia - no cumplen las reglas básicas de puntuación ya que toda la historia se es narrada en un hilo de pensamiento que nos lleva de un lado a otro sin parar. Es la corriente que más se asemeja al ritmo real en que nuestros cerebros hacen sus conexiones cognitivas.
El presente es el tiempo indicado si queremos que nuestro lector se sienta más cerca de los acontecimientos ya que da la sensación de que el final no está escrito y nada es definitivo. Se lo considera como un tiempo verbal ágil ya que, en su gran mayoría, los autores que lo implementan no se detienen demasiado en descripciones y reflexiones. Esto justamente puede ser un inconveniente si es que el autor quiere que el narrador se detenga por un momento para presentar una descripción, muchas veces nos sentiremos incómodos pues no "queda natural".
Ahora nos detendremos a analizar el pasado, que es el tiempo verbal aún más tradicional y popular (incluso cuando en estos últimos años el presente ha ganado terreno en la literatura contemporánea). La ventaja primordial es que se siente natural, el autor ya está acostumbrado a leer en este tiempo verbal y no lo sacarán de su eje al presentarle sus cuentos. En contrapartida al presente, aquí podemos detallar descripciones y reflexiones de manera natural y fluida. La desventaja es que el lector no se siente tan cercano a lo que está sucediendo como en el presente, pero tampoco es un freno muy grande por lo habituado que estamos todos a este tiempo verbal.
Lo políticamente correcto, ahora, es que una vez seleccionemos el tiempo verbal - lo respetemos. Ir del presente al pasado a diestra y siniestra sin justificación alguna es un error común de quienes recién inician su labor como escritores y es importante que tratemos de evitarlo. A pesar de lo dicho antes, hay ocasiones en que deberemos cambiar de tiempo verbal y es esencial que sepan cuándo:
Flashbacks: cuando presentamos un recuerdo, debemos irnos al pasado. Si habíamos decidido narrar todo en presente, esta es una razón más que válida para pasarnos al pasado por un rato y luego volver al presente. Como todo: debe haber una razón coherente para hacerlo.
Faceta experimental: muchos autores han roto las barreras de lo establecidos para crear nuevos estilos narrativos. Por ejemplo, Virginia Wolf podría, en su época, haber sido considerada una escritora con "muchos errores" por no usar los signos de puntuación como "se debía"; sin embargo, hoy por hoy la corriente de pensamiento es un estilo y muchos autores lo utilizan gracias a que alguien en el pasado decidió experimentar.
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En sus caras veo el temor (Taller Literario)
RandomTaller literario conectado al misterio/suspenso y al apartado "Grandes Criminales de la Historia" de este perfil.