Hermano

274 36 12
                                    

                         HINATA

Hoy quedé de cenar con Neji. A él le encanta la comida Italiana, siempre le digo que yo también gusto de ella, pero lo único italiano que he probado es la pizza y espaguetis.

Así que hoy comeré pizza. Mientras camino hacia mi destino, no puedo evitar pensar que desde hace dos semanas han anunciado los últimos capítulos de Naruto Shippuden. Y por suerte aún no hay nada resuelto en el aspecto sentimental de mi persona favorita. Sí le dije persona, y no personaje. Es que para mí, Naruto es una gran persona, si él estuviera aquí, es decir, si él existiera fuera de la ficción, sería sin duda muy querido y no hablo solo de mí sino de todos sus fanáticos.

Si él existiera fuera de la ficción, si él estuviera aquí...Aquí conmigo, yo sería tan, tan feliz. Soy una estúpida. Eso no va a pasar. Ya debería madurar dejar atrás este sentimiento tan grande por más difícil que sea.

Hanabi mi hermana menor, también sabe de mi amor por Naruto, nuevamente no fuí yo quien se lo dijo, más bien nos escucho a Neji y a mí, hablando sobre mi"enfermedad".
Ahora Hanabi me anima a dejar atrás lo que ella considera una obsesión dice que en cuando me digne a ver el mundo real, dejaré mi fantasía y todo cambiará para bien. Quizá Hanabi tenga razón y no sea tan malo empezar a salir y conocer gente, ella suele decir que con suerte tal vez consiga enamorarme de alguien real.

Después de todo en una semana más Naruto Uzumaki dirá adiós. Y sin embargo se que no podría olvidarlo. Es que ya lo he intentado antes y todo resulta en fracaso. ¡Dios! Esto está tan mal, realmente la cuestión es que simplemente no quiero olvidarlo, así que absurdo o no, seguiré deseando para mí a Naruto.

En el transcurso de los años he pensado que quizá pueda buscar la ayuda de una persona experta en artes mágicas y que con un conjuro lo puede traer a mí. La otra posibilidad es esperar que caiga un meteorito, conseguir parte de él y pedirle al universo me conseda un deseo, reconozco que hace años lo intenté con las estrellas fugaces pero las desdichadas no funcionan. La ciencia tampoco tiene la respuesta. O eso fue lo que dijo mi profesor cuando le pregunté si era posible viajar a mundos ficticios. Quizá no debí preguntar pero era una niña y estaba desesperada.

Así pues, lo he intentado todo y nada ha funcionado, aún recuerdo que una vez hice un jutsu de invocación, pero Naruto simplemente no apareció. Aunque ahora que lo pienso, seguro lo que me falló fue no haber echo el contrato. Trataré de alejar ese tema de mi mente por ahora, o terminaré pensando en voz alta y no es lindo que las personas a tu alrededor te vean como bicho raro. Sí, tengo ese mala costumbre, Neji dice que asusto a la gente y por eso me ven feo. Según él, piensan que estoy loca. Lo cual no es del todo mentira, si recordamos mi amor-obsesión por un chico 2D.

Veo a mi hermano caminar hacia mí. Se ve feliz.

—Hola, carboncillo, ¿qué tal te trata la vida?
 
—No tan bien, como a ti, eso es seguro.

—Algo te molesta, vamos, carboncillo sabes que puedes confiar en mí, ¿tienes problemas en la cafetería?

—Nop.

—¿Mamá y papá descubrieron tus dibujos de Naruto?

—Tampoco.

—Entonces, ¿qué es? Dudo mucho que tenga que ver con la universidad, tú eres muy aplicada.

—El tormento de siempre, Neji, pero ahora es peor. Ya no lo veré más, la próxima semana se termina.

—¡Oh! Carboncillo, ven acá, deja que jirafa te de amor.

Neji me rodeó con sus brazos y me abrazó fuerte, mientras yo sentía las lágrimas mojar su camisa.

—Neni, pu misa— Mi voz amortiguada por su pecho, no me dejaba hablar bien.

Por suerte Neji entendía.

—No te preocupes por la camisa, lo único realmente importante es que te desahogues, sácalo, sácalo todo.

Sentí una de sus manos pasar por mi cabello. En un acto consolador.

—Llora todo lo que quieras y necesites, carboncillo, yo siempre estaré para secar tus lágrimas, y planear la estrategia para verte reír de nuevo.

IRREAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora