El día estaba soleado y de nuevo TaeHyung se había quedado en casa de JiMin. Realmente les encanta hacer pijamadas, aun si al día siguiente debían ir a clases.
La pequeña mochila celeste bebé con estampado de Rilakkuma de TaeHyung se encontraba a un lado del armario de JiMin. Lastimosamente no hacían talla de caderas ya que las de JiMin eran más estrechas, así que debía siempre traer su mudada del día siguiente en su mochila sí o sí. Sin embargo, a veces dejaba algunas prendas en casa del omega rubio y por ello ya tenía un cajón especial en el armario del mismo. De igual forma con JiMin en la casa del omega castaño.
Tomaron una ducha juntos para ahorrar tiempo y se vistieron a juego; JiMin vistiendo una camisa de botones a cuadros rojos y TaeHyung a cuadros azules, unos jeans altos negros y ajustados y las mismas tenis blancas desgastadas de siempre. Amaban vestir a juego, nótese bastante.
—JiMinie, ¿puedo usar tus pendientes de nubecitas? Son muy bonitos —habló TaeHyung mientras miraba los pendientes sobre sus manos.
—Sabes que sí, TaeHyungie —respondió JiMin desde el baño—. Por cierto, Hobi Hyung sugirió la idea de salir los tres junto a nuestros alfas. ¿Crees que Yoonie y JungKookie acepten?
TaeHyung caminó hasta el baño y asomó su cabeza por el umbral de la puerta, un puchero descansaba en sus labios:
—Sabes que siempre están ocupados. A menos que sea una emergencia no podrán, JiMinie, una cita no es una emergencia.
—Lo sé, lo sé. Odio esta parte del trato, ¿sabes? —suspiró— Luna que ahora descansa, ¿por qué nuestros destinados tenían que ser hombres mayores y complicados?
—¡Chim, no digas eso! Yoonie y Kookie son lo mejor que nos ha pasado en la vida, ¡no le discutas a la Luna! Yo también odio esa parte del trato, pero sí podemos hacer algo, ¡no todo está arruinado!
—TaeTae, ¿por qué eres tan lindo y adorable? Me matas de dulzura, ay.
—¡Pero si eres tú el ser más lindo y adorable del mundo mundial!
—¡Los dos lo seremos! Conquistaremos Candylandia con nuestros corazones de algodón.
—¡Corazones de algodón, sí! Te quiero mucho, Chim, por favor nunca te vayas de mi lado.
—Eso nunca, TaeTae. Somos uno sólo, ¿recuerdas? Somos el inseparable dúo Park&Kim, siempre juntos.
Ambos omegas se hundieron en un explosivo abrazo lleno de cariño para luego besar de piquito los labios contrarios. Una manía que tienen desde pequeños que no pensaban en cambiar y que a ninguno de sus alfas les molesta, todo lo contrario, realmente.
Terminaron de arreglarse y el padre omega de JiMin, NamJoon, les hizo el favor de llevarlos a clases. En el no-muy-largo-viaje lo único que se podía escuchar era la radio con Hozier a un volumen bajo, ya que el omega menor estaba perdido en su mente ideando un plan para que su pareja y la de JiMin aceptarán pasar una tarde con ellos y Hobi fuera del horario de citas.
No hay que malentender, los alfas realmente aman a sus pequeños omegas. Pero al ser estos menores de edad —sólo por un año y medio— debían ser cuidadosos, aún y cuando la ley solía permitirlo sólo en caso de ser destinados los alfas no podían darse el lujo fácilmente, por lo que sus vidas eran manejadas por horarios creados por YoonGi. Esa era la parte del trato que tanto JiMin como TaeHyung odiaban.
NamJoon se despidió de los omegas con un beso en la frente a cada uno y les deseó suerte en su día...
Y vaya que la necesitaban.
Porque apenas bajaron de la minivan gris, el mal presentimiento los atacó a ambos. Las miradas sobre ellos no se hicieron esperar cuando dieron el primer paso dentro, pero estaba vez distinta, asqueadas e indiferentes... Y no era para más.
El pasillo estaba repleto de fotografías de los omegas junto a sus parejas y sobre ellas la palabra «putas» en marcador rojo y a lo que su fina audición pudo captar de entre los muchos susurros dirigidos a ellos y él que más destacó fue el de una aparente chica; «¿lo sabías? esos dos son profesionales en el enjo kosai»
¿Qué era lo que estaba sucediendo?
cherry boys│second cherry
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*enjo kosai: literalmente significa (asistencia-compañía) y se puede interpretar como "citas asistidas" o "citas por compensación" es una práctica social donde hombres mayores pagan a mujeres (u hombres) adolescentes o jóvenes de escuela superior (bachillerato), por su compañía en citas o bien para sus servicios sexuales.
