Capitulo III

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He tenido muchas experiencias a mi corta edad; buenas, malas, extrañas; y regulares, no me imaginaba de lo que muchas son capaces. Pero si tuviese que escoger la mejor, No me creerías por ninguna razón.
Cuando recién me cambiaron de escuela; después de haber repito octavo en 4 materias... tenía mucho tiempo libre sin que haceres y me ponía a conocer mujeres; tenía una fuerte debilidad por las chicas del colegio de al lado su uniforme verdoso era un sueño realizado, y parado allí la vi pasar... su piel dorada al natural; ojos chocolates como el café, y en su cabello una vincha y un moño también; mientras se acercaba no paraba de hablarle y sus nervios no paraban de notarse; hasta sus cuadernos se cayeron; mientras por mi coqueteo iba riendo.
Le dije: "mucho gusto, Soy el Pirata"
Me dijo: "soy Sharon y si llego tarde el profe me mata".
Me dio su número y comenzamos a hablar y el romance se empezaba a notar. Soy de los que creen en la filosofía? De que hay que darle rapidez a la vida; tantas cosas por hacer en tan poco tiempo, que es mejor perder por intentarlo que perder por no hacerlo. Y allí estaba yo en la primera noche de conocerla; hablándole de amor, sexo y demencias... disculpa que les diga así, pero si les cuento no pararan de reír.
Una semana más y ya estaba todo planeado. Una cita en mi casa era lo pactado
Y después de un momento de ver televisión... los sentidos se encendieron con provocación.

Le pedí que el uniforme se quitara, con la vil excusa que no se le majara; un pequeño pantalón y su sostén... la tentación en aumento crece; ya no aguantaba más, mientras sus labios no para de besar; era increíble lo que estaba sintiendo como una gata aruñaba todo mi cuerpo; era lo más excitante que me había pasado; y ni siquiera la había penetrado. Estaba preparado muy bien el momento, ella era muy inteligente con todos sus movimientos; por un momento sentí que era una película; demasiado erotismo y exigencia física.

Tenía que hacerlo había llegado el momento; y cuando iba a intentarlo, tan solo sentí el freno;
"Todavía no" fue lo que me dijo; pero faltaba poco para no resistirlo; intente e intente te lo juro que intente; estaba a punto de venirme y no se dejaba querer; y de pronto dijo: "ya es el momento; hazlo suave y lento".

Estaba estrecha de no haber hecho el amor... mientras se lo introducía en mi espalda arañaba con pudor; los 10 minutos más rápidos de mi vida; hasta que en la puerta toco mi Tía; fue impactante ese momento; no por el sexo ni los movimiento. Como en el futbol no se trata solo de ganar; también valen las formas y el saber jugar.

SátiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora