Sátiro

Capitulo XVII

En ese momento lloro y dejo salir su dolor, mientras me reclamaba porque le hacía esto, porque no decidí quedarme un rato más, porque la estaba dejando sola si había prometido quedarme siempre a su lado, pensaba que la había hecho un lado e incluso dudo de mi amor cuando no respondía sus llamadas, su mente estaba tan adolorida que de su boca salían medias oraciones y en su garganta un nudo que no la dejaba llorar cómodamente.

Verme en esa cama, con esos aparatos era desastroso, su alma quebrantada intentaba darme fuerzas para seguir, pero no podía seguir viéndome así, antes de que la sacaran de la sala me dijo que no se movería ningún segundo, que allí iba a estar hasta que saliéramos juntos de la mano. De pronto a los días una fiebre extraña invade mi cuerpo, era tan fuerte que me hacía convulsionar, empeoraba mi situación, tanto que me indujo al coma. Un virus había infectado una de las heridas y poco a poco me estaba matando, lograron encontrar solución, pero no podían sacarme del coma.

Durante dos meses ella estuvo allí, cambiándome, arropándome, hablándome. Me decía como estuvo su día, como cuidaba de mi mama, como se había ganado un puesto en mi familia; les juro que aunque estaba inconsciente, en mi mente esta su voz donde recuerdo sus palabras, no sé si lo sueño pero puedo verla allí sentada tratando de ser fuerte contándome cosas y empezar a reír y luego terminar en llanto.

Esa noche sentí abrir mis ojos e intente levantarme, pero sentí como algo me expulsaba de mi cuerpo, pude verme frente a frente y verla a ella a un lado mío dormida, los aparatos empezaron a sonar, ella se despertó pidiendo un doctor, los médicos la sacan de la habitación, ella grita desesperada. Yo veo como los médicos intentan resucitar mi cuerpo y yo trato de entrar mas no puedo, hasta que sentí que todo se paralizo; el tiempo se había detenido y solo yo podía moverme, me arrodille e hice una oración, pedí que por favor aun no me llevara, que nunca había sido feliz, nunca había encontrado alguien que me amara tanto, que por favor me dejaran vivir este gran amor, necesitaba por primera vez en mi vida vivir un amor tan verdadero como este.

En estos momentos ni siquiera sé si alguien me está escuchando o si es demasiado tarde para esta plegaria, todo se enciende con una luz más blanca que la nieve, hermosa y preciosa, mis ojos se ponen llorosos y mi mente se pone en blanco, si he de morir ha llegado el momento de mi despedida, me acerco a dónde está mi amada, llorando, y aunque sé que no puede escucharme, le digo: no importa si hoy es mi fin, prometo seguir amándote en la eternidad y aunque el sol se apague, jamás dejare de esperarte. Le doy un beso en la mejilla y la luz blanca se intensifica y me nubla la vista. El tiempo volvió a la normalidad, ella sintió que alguien la había besado y su llanto se frenó con un gesto de impresión. Se acerca el médico y les dice que tiene una noticia que darles.

continuara... o no?