SEIS

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Jane tendió sus cosas sobre la mesa, esperando a que el profesor y el resto de sus compañeros entrasen a la clase y así iniciase el día de hoy.

Poco después JaeBum entró por la puerta, con su característica sonrisa y apartando las gafas de sol de sus ojos.

Ella tenía claro cómo reaccionar exactamente frente a él, a pesar de haberlo visto esta mañana. Pensaba en hacer como si nada hubiera pasado.

Pero qué tarea tan difícil.

-Hola, preciosa- saludó al sentarse a su lado para después acercarse a ella y dejar un beso sobre sus labios.

Jane no pudo evitar sorprenderse. Aquel beso le dejaba claro que lo que anoche pasó entre ambos estaba presente.

-Qué buen humor traes hoy- bromeó ella.

-Será que alguien me ha hecho tenerlo.

-¿Ah, sí? Qué afortunado.

-¿Y tú? ¿Vienes con el mismo humor de perros de siempre?

Le dio un golpe sobre su hombro rodando sus ojos, aunque con una sonrisa.

-A decir verdad, hoy no me levanté con el pie izquierdo.

-Tal vez porque alguien te ha levantado de la cama en brazos.

-Tal vez ha sido por eso, sí.

Se río recordando cómo JaeBum la había despertado.

Le estaba costando bastante despertarse por las pocas horas de sueño y era JaeBum quien le insistía en despertar. Viendo que ella lo ignoraba para seguir durmiendo la levantó entre sus brazos hasta el cuarto de aseo, donde mojó su rostro y ella tuvo que despertarse sin más remedio. Funcionó y sorprendentemente ella no le echó nada en cara.

-Ese es mi sitio- escucharon delante de ellos y Jane rodó sus ojos sin querer mirar a aquella persona.

-Dudo que te mueras porque hoy no te sientes a mi lado, Park.

-Tienes que ayudarme con las clases que damos juntos, ¿recuerdas?

-Bueno, pues hoy no.

-Seguro que al señor Lee le encanta saber que pones tanto de ti para ayudarme en adaptarme a las clases.

-Eh, amigo, es solo un sitio. No vas a ir perdido solo por cambiarte hoy. Será por sitios libres...- defendió JB.

-Pero quiero ese- señaló encogiendo sus hombros.

-El niño malcriado no ha dejado de serlo, ¿verdad?

-Me gusta serlo.

-Una pena que conmigo no puedas serlo. Vete a otro sitio, Jinyoung.

-La has oído, largo- ordenó ahora JaeBum más serio.

-No, quiero ese sitio. A su lado.

-Dios mío- dijo para ella misma- Déjalo que se siente.

-¿Qué?

-Siento herir tu ego, JB, pero si no, no parará. No quiero que nos llamen la atención por un jodido sitio. Dale lo que quiere al niño.

-Ag, está bien- cogió su mochila y de nuevo, se acercó para dejar un rápido beso sobre los labios de Jane, sorprendiéndola otra vez.

Ella solo esperaba que el chico no estuviera malentendiendo nada con tanto beso.

Jinyoung siguió con su mirada cada movimiento que daba JaeBum hasta que se sentó en otro sitio no muy alejado de ellos.

-Sigues siendo igual de inmaduro- se quejó Jane.

-Solo quería mi sitio.

-Me da igual. Esto ya no es el instituto. No quiero que nadie nos llame la atención por alguno de tus caprichos. Compórtate y que sea la última vez que haces eso.

-¿Ahora vas a mandarme, mami?

-Solo te aviso.

-El verano ha dejado atrás tu sumisión, por lo que veo.

-Nunca tuve de eso contigo.

Jane notó su sonrisa traviesa y cómo la miraba fijamente y de forma burlona.

-A veces sí. ¿Te lo recuerdo?

Y todo el autocontrol que Jane pudo haber tenido frente su presencia se fue a la mierda.

-Vuelve a dirigirme la palabra para cualquier cosa que no sea las asignaturas que compartimos o te arrancaré la lengua.

-Qué sexy suena eso.

Apoyó su cabeza en su puño, mirándola con su rostro ladeado y ella solo podía notar como la sangre le hervía cada vez más.

-El placer que me va a dar eso va a ser mejor de lo que pudiste tú, estoy segura.

Una carcajada salió de él y ella solo se quedó mirándola seria.

-Tengo pruebas de que eso no es verdad, querida.

Y aquello fue la gota que colmó el vaso.

Iba a matarlo.

-Eres una jodida escoria.

Agarró su rostro bruscamente, obligándolo a mirarla a tan solo unos centímetros.

La sonrisa de Jinyoung se borró al segundo cuando perdió su equilibrio por el fuerte agarre.

-Te aviso de que esto ya no es como hace unos meses. Ya no significas nada ni te tengo el mínimo miedo. Intenta volver a joderme la vida y te arrepentirás el resto de la tuya.

Giró su rostro bruscamente, soltándolo. Agarró sus cosas, dejando los libros sobre sus brazos y salió de clase. No iba a quedarse toda la hora a su lado. No cuando sus instintos solo le decían que lo matase.

Notó la mirada de JB clavada en ella hasta salir de la clase, incluso su voz llamándola, pero no paró. Salió con un paso acelerado de aquel aula y universidad en sí.

Al salir dio un portazo en la puerta y a pesar de que intentó no llamar la atención, varias personas se giraron para ver de dónde provenía aquel fuerte sonido, pero ella no prestó atención a aquellas miradas.

Solo se dirigió a la cafetería donde llevaba toda la semana yendo.

Al entrar, el mismo chico de siempre, con la misma sonrisa, le tomó nota, aunque solo pidió un café.

Le dolía la cabeza debido al cabreo, siempre le pasaba lo mismo, cosa que solo aumentaba su mal humor.

Y junto a ese dolor, había algo que la atemorizaba: ¿acaso tenía que volver a pasar por lo que dejó atrás hacía meses? ¿Lo mismo, con el mismo?

Se negaba rotundamente a ello.

-Aquí tienes- aquel camarero dejó el café sobre su mesa, y al lado dejó unas galletas caseras- Invita la casa- volvió a sonreír.

-Gracias...- miró por primera vez su etiqueta en el uniforme para decir su nombre- Mark.

Aún sonriendo se alejó para dirigirse a otra mesa con otros clientes.

Ella solo se centró en aquel café y aquellas galletas.

Park Jinyoung no se iba a llevar su atención ni un mísero minuto más.

Good Luck, Liar {PJY}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora