QUINCE

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Ya era una semana en la que Jinyoung no paraba de tratar demasiado bien a Jane. Una semana en la que ella no podía parar de pensar en ello.

Ni siquiera ella misma entendía su actitud. Pero ella misma tampoco se entendía; acababa de quedar con él para comer.

Jinyoung estaba bien con ella, hablaba de cualquier cosa en las clases que compartían, algún día incluso la acompañó a casa cuando Jackson tuvo que ir a cuidar a un Youngjae enfermo de gripe a su casa.

A Jane le recordaba este Jinyoung al que conoció meses atrás. Ese que no parecía que fuera a decepcionarla, aunque luego sí lo hiciera. Aquel chico que se ganó su confianza.

A pesar de que quería odiarlo, había algo que, en su actitud, no la dejaba odiarlo tanto como ella quería, o tal vez, como debería. Y no quería que eso ocurriera. No quería llevarse bien con él. No sentía que pudiera llevarse bien con alguien que la dañó tanto.

Cada vez que pensaba en aquello, pensaba en las palabras de él: solo seguía a Bambam. Decía de ahora estar arrepentido por ello, pero dudaba si creerlo o no. Algo la hacía ver ese arrepentimiento en su mirada, algo la hacía creerlo, creer que decía la verdad. La hacía ver que no era el mismo.

Se levantó de la cama con un suspiro y abrió su armario, buscando qué ponerse. 

Era sábado y estaba segura que Jinyoung no la llevaría a algún sitio de comida rápida como podía ser un McDonals. Todo lo contrario, la llevaría a un buen restaurante, estaba segura.

Busco en cada rincón algo con lo que poder salir decente y formal. 

-Un vestido siempre es buena opción, ¿no?- se preguntó a sí misma. 

Siguió buscando hasta encontrar un vestido azul marino al fondo de su armario.

Fue en ese momento cuando se dio cuenta que debía comprarse algo de ropa. Algo que no fueran vaqueros y camisetas básicas.

Sin embargo, agarró aquel vestido, bastante sencillo, y buscó complementos con los que hacerlo ver más formal.

Y eso hizo, se puso aquel vestido sobre su cuerpo, luchando por cerrar aquella cremallera en su espalda, no porque el vestido no fuera su talla, sino porque sus brazos eran demasiado cortos para llegar a ella correctamente. 

Tras conseguirlo, se colocó unos zapatos dorados con algo de cuña y un collar y pendientes del mismo color. 

Se miró en el espejo y decidió hacerse un maquillaje natural, tampoco quería destacar demasiado por ello. 

Soltó su pelo y rizó sus puntas ligeramente, dejándolas caer sobre su espalda. 

Al mirarse en el espejo se sonrió. Tal vez era demasiado pero se veía increíble y saldría así, sin vergüenza alguna. Se sentía demasiado bien como para cambiarse a algo más sencillo.

Apenas faltaban cinco minutos para que tuviera que salir de su casa a esperar que Jinyoung pasara a por ella. Pero este se adelantó y tocó al timbre de abajo antes de la hora acordada. 

Ella le pidió que se esperara hasta coger sus cosas y meterlas al bolso. En un par de minutos ya estaba cerrando su puerta y bajando para encontrarse con Jinyoung.

Y que poco falló cuando dijo que Jinyoung iría arreglado y qué bien hizo ella en vestirse arreglarse como había hecho.

-Wow, Janeth- Jinyoung se quedó sin palabras al verla con ese vestido que definía a la perfección su figura e incluso la mejoraba. 

Estaba preciosa y quería decírselo.

-Hola a ti también, Park- rió Jane.  

-Estás... Estás increíble, Janeth- susurró.

Good Luck, Liar {PJY}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora