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Tres niños jugaban juntos en un parque ubicado en alguna parte de Seúl.

-No puedo bajar!.-Gritaba el menor a penas sosteniéndose con sus bracitos del fierro que lo tenía colgando dado que su fuerza no le daba para llegar al otro extremo del juego infantil.

-You can do it!.-Gritó el mayor de los tres en su idioma natal, dado que la emoción le hizo olvidar que no se encontraba en Australia desde hace un par de años ya.

-Ya te dije que no entiendo chino!.-Lloriqueaba el pequeño mientras removía sus pies inquieto por la posibilidad de caer y hacerse daño.

-Chino? Es inglés tonto!.-Gritó entre risas el otro chico ahí presente.

-Ya~ no se burlen de mí y ayúdenme a bajar!.-Se quejó el menor pues sus manos se resbalaban del frío metal.

Los otros dos chicos se colocaron bajo él, si bien no era mucha distancia entre el chico y el suelo para alguien tan pequeño cómo él era cómo caer de un piso 30.

-Sueltate! Nosotros te agarramos!.-Exclamó el mayor con los brazos extendidos, regalandole una sonrisa confiable al joven la cuál contrastaba con la risita juguetona de su otro amigo ahí presente, a quién en el fondo le divertía ver a su amigo ahí colgado.

No muy convencido el menor se soltó cayendo sobre sus amigos, quienes le sirvieron de amortiguadores para la fea caída. Claro los mayores terminaron con algunos raspones por culpa de las piedritas en el suelo, nada que no pudieran sanar las curitas de diseños personalizados que siempre llevaba consigo el de mejillas regordetas.

Estos tres niños eran BangChan, ChangBin y Jisung, quienes ya se conocían hace un año y un poco más. Fue una tarde como esa cuando los menores encontraron al mayor jugando solo en el mismo parque dado a que aún no era muy bueno con el idioma. El trío se volvió unido con rapidez, salían a jugar todas las tardes y experimentaban cada día diferentes aventuras juntos.
Tristemente esto no duró mucho, con el paso de los años y la llegada de su adolescencia su amistad perduraba sin mayores problemas, pero llegó la partida del mayor que nuevamente se iría a Australia. Con una sonrisa triste los menores lo despidieron en el aeropuerto, regalándole un pequeño llavero como muestra de su amistad, junto a la promesa de seguir siendo amigos.

Pasaron los años, Jisung después de un grave accidente de auto, culpa de su padre intoxicado, quedó en coma un par de meses. Al despertar se encontró con la sorpresa de que su mejor amigo, ChangBin, parecía haberse olvidado de él poco después del accidente gracias a que estaba forzado por su familia a estar centrado en los estudios. El menor cometió el error de no volver a hablarle, se cambió de instituto y con tristeza se alejó de él, y como consecuencia también de BangChan.

ChangBin por su lado nunca cortó su lazo con el mayor, le costó mantenerlo gracias al peso que sus familiares colocaron en su espalda pero lo mantuvo, chateando y haciendo videollamadas cuando el tiempo estaba de su favor.
El joven nunca olvidó al menor del trío, pero con el paso de los años su agenda se volvía cada vez más cerrada, hasta el punto que para cuando se dió cuenta su amigo ya se había ido, y claro él, dolido, respetó su decisión y siguió su vida.

Y por otro lado BangChan a pesar de tener amistades en su país extrañaba a sus dos amigos de Corea, claro que no estaba al tanto de su separación gracias a la insistencia del pelinegro en ocultarle la situación con el menor del grupo.
Inocentemente el australiano esperaba ansioso poder volver al país asiático y tener a sus amigos de su lado. Aunque claro, al no tener idea de lo sucedido despreocupadamente imaginaba a sus dos compañeros esperándolo en el aeropuerto mientras se encontraba en el avión de vuelta a Seúl años después.

Había avisado días antes a ChangBin por una vídeollamada, fue tan feliz al verlo emocionado por su sorpresivo regreso.
Inclusive al pisar el suelo del aeropuerto, algo mareado por las turbulencias, rió al verlo ahí de puntitas con un cartelito que llevaba escrito en sí "Channie~ welcome to home." con una letra bastante desordenada. Se extrañó si al no ver al menor a su lado pero eso no hizo desaparecer su sonrisa, después de todo, Binnie se veía realmente feliz, lo cuál contrastaba un poco con su forma de vestir oscura.

El mayor se acercó y recibió un sorpresivo abrazo de su parte, haciendo caer sus maletas junto al cartel del más joven.

-Realmente eres tú!.-Dijo emocionado el más bajo mientras se colgaba de su cuello.

-Sabía que ibas a ser más bajo que yo pero esto es...-Rió recibiendo un tirón de cabello por parte de ChangBin mientras lo levantaba en el aire.

-Te extrañé mucho.-Dijo ya al soltarse el coreano  para luego analizar con la mirada al chico frente a él.-Te queda perfecto el rubio.

-Si bueno, pasé muchas horas en la peluquería para verme bien al llegar aquí.-Recogió sus maletas, algo avergonzado por lo que acaba de admitir.-Y bueno...-Se enderezó.-¿Y Jisung?.

La expresión del menor se oscureció levemente.-Bueno, es mejor que te lo explique en casa.-Hizo una mueca recogiendo su cartel.

Chan al notar su expresión le quitó la gorra que traía para desordenar su cabello mientras lo miraba con cariño.-Hey, no me gusta esa expresión tuya.

-Ya lo sé.-Elevó su mirada para encontrarse con la del contrario, lo cuál lo hizo sonreír de nuevo.-No me mires así, sólo vámonos. Pedí comida para cuando llegaras y no quiero que se enfríe.-Apresuró el chico hasta una parada, tomaron un taxi y llegaron al departamento del menor.

-Cuándo dijiste que te mudarías solo me preocupé, pero ya veo que es un buen lugar.-Dijo examinando el barrio en el que se encontraba el departamento del chico.-Es lindo.

El menor abrió la puerta y ayudó al rubio con sus maletas, las dejaron en una habitación libre que tenía el departamento para que luego el dueño de casa se fuera a la cocina a servir la comida que pidió, no tuvo tiempo de cocinar dado que se quedó dormido en la mañana.

-De nuevo muchas gracias por dejarme quedarme contigo hasta que encuentre un departamento propio.-Habló el recién llegado entrando a la cocina tras él.

-No es problema, de todas formas me sentía algo solo aquí.-Respondió el pelinegro concentrado en lo que hacía, no quería tirar nada al suelo de nuevo.

-Y bueno...-Chan se apoyó en la pared dispuesto a indagar sobre lo ocurrido con sus amigos.-¿Me vas a explicar que ocurrió con Jisung?.

ChangBin se puso algo tenso mientras servía la bebida para los dos.-Es algo largo.

El mayor tomó los platos y los llevó a la mesa seguido por su amigo quién llevaba los vasos, se sentaron frente a frente para que el menor comenzara a contarle la situación. Le habló sobre el accidente de Jisung, su coma, sus problemas, y el cómo después no lo volvió a ver.

-¿Eso fue hace cuánto?.-Cuestionó Chan luego de beber un poco del líquido en su vaso, con una de sus cejas alzadas y expresión seria.

-Bueno, más o menos 4 años.-Contestó no muy seguro el contrario mientras comía evitando mirar a su mayor, pues sus expresiones tenían gran influencia en él.

La mirada del australiano pasó a ser de preocupación tras el comentario, notó la tristeza en su tono mientras hablaba y eso le apretó el corazón, no le gusta ver a sus amigos tristes, y menos a ChangBin.

-Iremos a verlo.-Habló decidido el mayor, haciendo que ChangBin se atorara con la comida y comenzara a toser.-¿Estás bien?.-Se acercó y le dió palmadas en la espada para ayudarle.

-¿Estás loco?.-Se levantó el recién nombrado mirándolo con los ojos bien abiertos, sin darse cuenta del tono que estaba ocupando contra él.

-Es nuestro amigo ¿no?, independiente de lo sucedido no deberíamos dejarlo ir así.-Habló el contrario con un tono calmado, sin querer discutir a penas unas horas después de haber llegado.

-Era nuestro amigo.-Corrigió.- Él decidió irse Chan, no tenemos derecho a cuestionar su decisión.-Lo miró con algo parecido a enojo, aunque muy en el fondo estaba asustado de lo que podría suceder, de lo cambiado que su menor podría estar.

El mayor suspiró y sacó de su bolsillo el llavero que años antes le había dado el dúo.-No me gusta romper las promesas, ChangBin, lo sabes.

El menor tragó duro.-No somos los de antes, Chan.

-Podemos volver a serlo-Le sonrió nuevamente, y así ChangBin no podía negarse, después de todo Chan no se iba a detener ahora.

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sᴇᴀᴍᴏs ʟᴏs ᴅᴇ ᴀɴᴛᴇs | 3ʀᴀᴄʜᴀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora