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No tardaron en salir del departamento para encontrar el lugar que el menor había elegido esa noche. Este era un sitio bastante simple, amplio con mesas repartidas frente a un pequeño escenario en el que ciertas noches se le permitía a los clientes subir a cantar.  BangChan encontró esto encantador y no tardó en hacérselo saber al menor con una sonrisa.

–Me gusta.–Le dijo el rubio en cuanto se sentaron en una de las esquinas del sitio.

–Sabía que lo haría.–Sonrió el menor abriendo el menú.–Es primera vez que vengo aquí.

Pidieron con relativa rapidez y se quedaron conversando sobre trivialidades hasta qué el mayor escuchó una voz que llamó su atención. Dirigió su mirada al escenario y ahí vió al tierno Jisung cantando con otro chico completamente desconocido para él.

–Binnie.–Llamó la atención del menor quién le estaba sacando fotos desprevenido.

–Eh... ¿si?.–Dijo el contrario dejando el celular de lado, no tardó en darse cuenta del porqué su mayor lo había llamado tras seguir su mirada hacia el escenario.

ChangBin no sabía si estar feliz o molesto, esa era su noche con BangChan y justamente llegó el otro chico. Para él, desde pequeños Jisung tuvo la costumbre de llegar en los momentos más inapropiados.
Por otro lado BangChan estaba bastante sorprendido por lo cambiado que se veía el menor, había teñido su cabello anaranjado, se veía bastante bien en realidad, llevaba ropa de colores suaves y ¿Eso en su muñeca era un tatuaje?.
A pesar de todo eso al rubio le seguía pareciendo el mismo niño pequeño de las curitas con diseños.

Al parecer el más joven no había notado la presencia de los chicos, o tal vez sólo no los habría reconocido. Estaba concentrado cantando "Fancy" de Twice junto a su amigo, Félix quién ese día lo había arrastrado ahí pues había discutido con su novio y necesitaba pasar el rato, claro Jisung no lo iba a dejar solo en ese estado.
Al terminar de cantar el menor bajó del escenario para volver a su mesa, la cuál estaba algo alejada de la que compartían ChangBin y BangChan.

–Channie...–El más bajo miró al joven frente así con un sentimiento indescriptible.

El rubio estaba concentrado mirando al pequeño Jisung.—Creo que no nos reconoció.–Habló embobado.

El pelinegro sólo pudo soltar un suspiro y darle su mejor sonrisa.–Dejemos que coma tranquilo, está ocupado con su amigo.

–Es cierto...–Bangchan dirigió su mirada a su comida para seguir comiendo.

Y por otro lado.

–Hannie, ese chico te estaba mirando.–Habló el pecoso mirando a su amigo beber su malteada de oreo con una cara de felicidad.

–¿Mh?.–Abrió los ojos con sorpresa y una sonrisa tonta apareció en su rostro.–Estás loco Félix.–Tratando de ocultar su vergüenza dirigió la mirada hacia el chico que Félix nombró, no logró reconocer al pelinegro que estaba de espalda pero al ver al rubio sus ojos se iluminaron. –Channie...–Susurró, su corazón se apretó unos segundos para luego acelerarse.

–¿Quién?.–Cuestionó el otro mirando su celular, tenía esperanza de que su novio le hablara.

–¡Channie!.–Se levantó llamando la atención de algunas mesas ajenas, incluyendo a su antigüo amigo quién sólo le sonrió como afirmación. El menor prácticamente voló para abrazarlo, no estaba del todo consciente de lo que estaba haciendo sólo... la emoción lo controlaba.

–Jisung.–Sonrió el mayor al tenerlo en sus brazos.–Cuanto tiempo...

Y ahí el menor volvió a la realidad,con lentitud se soltó de él. De pronto le entraron ganas de llorar.–Si.. bueno... lo siento.–Susurró obteniendo como respuesta la mirada confusa del rubio.–Yo... ChangBinnie y... el coma y... pasaron muchas cosas.

–Yo le expliqué todo.–Habló por fin el pelinegro recibiendo una mirada sorprendida del menor, seguida de una llena de arrepentimiento.

–Creo que los interrumpí.–Se levantó pues había quedado sentado en las piernas del rubio al abrazarlo, vió a su amigo llegar a su lado.

–No te preocupes, de hecho yo llegué hoy y... quería buscarte.–Admitió el rubio mirando a Jisung.

–¿En serio?.–El menor intentó ocultar su emoción pero sus ojos brillaban y su sonrisa lo delataba.

–Ibamos a buscarte mañana pero ya que apareciste...–ChangBin intentaba no sonar molesto.

BangChan notó la incomodidad del pelinegro y para no molestarle más miró a Jisung mientras pensaba una excusa.–Veo que vienes acompañado.–Dirigió su mirada al desconocido y sonrió.–No quiero interrumpirlos así qué...

–Oh, entiendo.–Sonrió Jisung.–Sigues siendo muy considerado. Antes de que el chico se fuera pidió su número y así, para alivio de ChangBin, los menores volvieron a su mesa.

–Querías hablar con él ¿no?, no debiste dejar que se fuera tan pronto.–Dijo el menor jugando con la comida de su plato y un tono algo molesto.

–Vine a comer contigo hoy, Binnie, ya tendré otro día para hablar con él.–El rubio tomó la pequeña mano del pelinegro y depositó un beso en esta.–Esta es nuestra noche.

El menor no pudo evitar ruborizarse y apartar la mano con nervios.–Sólo termina de comer... Quiero ir a comprar unas cosas contigo.–Trató de no mirarle.

–Está bien.–Dijo cómo si fuera un niño pequeño y siguió comiendo.

Luego de que ambos terminaran y pagaran se levantaron para salir, BangChan le dirigió una última mirada a pelinaranja y salió junto con ChangBin del local.
El menor paseó al rubio por las tiendas que aún estaban abiertas a esas horas, compraron cosas varias. Más que nada caprichos para el rubio puesto que ChangBin no encontró nada que le llámase la atención más que la sonrisa de BangChan.

No había duda que al pequeño le fascinaba todo lo relacionado con el mayor, sobretodo poder caminar junto a él por las tiendas. Tanto que casi no recordaba lo ocurrido en el restaurante con el pelinaranja.

BangChan estaba fascinado por las tiendas a las que lo llevaba el menor, estaba tan emocionado que casi no se dió cuenta hasta el final del paseo que habían comprado muchas cosas, y que en su mayoría habían sido pagadas por ChangBin.

–Lo siento... te devolveré todo lo que gastamos.–Habló llevando la mayoría de bolsas para que ChangBin no cargara tanto peso.

–No tienes que hacerlo, yo decidí comprartelas.–Sonrió mirando hacia el frente, para él todo había sido pagado con el simple hecho de verlo feliz.

–Per...–Fue interrumpido por el menor.

–Channie, ya me pagaste todo.–Se abrazó al brazo del mayor quién lo miraba algo confuso.–N-no lo voy a explicar.

Ambos estaban algo ruborizados, tal vez sería por el frío de la noche o por la cercanía que había entre si, quién sabe pero se sentían bien así.

Al llegar al departamento estaban tan cansados que simplemente se tiraron al sofá y durmieron ahí con las bolsas en el suelo. Algo incómodo pero como estaban juntos eso no les importó.

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sᴇᴀᴍᴏs ʟᴏs ᴅᴇ ᴀɴᴛᴇs | 3ʀᴀᴄʜᴀ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora