3:00 a.m.
Me he despertado de pronto, veo el reloj y apenas he dormido menos de tres horas, el calor es sofocante, las sábanas parecen paredes incendiadas que se enredan en mi cuerpo sudado, desnudo, pegajoso. Hace demasiado calor para esta hora de la madrugada, 25°c es insoportable. Veo la luna colar su luz por las persianas abiertas, no corre la más mínima corriente de aire y mi garganta está seca, pero no quiero vestirme para caminar hasta la cocina por un vaso con agua. Me giro y te veo dormido, no imagino cómo puedes hacerlo con esta noche abrasadora, sabes que envidio esa parte de ti Jimin.
La luna hace brillar las pequeñas perlas que cubren tu piel, rocío de sudor que nace de cada poro. Estás dándome la espalda y me pareces una guitarra recostada con las curvas pronunciadas que forma tu figura. No puedo evitar tocarte, acariciarte, secar tu sudor con mis manos y darte un beso en el hombro mientras duermes. Mis manos tallan tu figura y poco a poco corro el pequeño short para dejar al descubierto tus nalgas. Las masajeo, las acaricio, tu piel tan suave y tus músculos tan firmes. Mis dedos dibujan cada curva hasta colarse entre tus piernas que tienes recogidas. Y se que estas despierto, mi vida.
Tu piel me ha excitado al punto de inflamar mis partes y secar mis labios más de lo normal. Me acerco a ti y coloco suavemente mi glande entre tus nalgas para rozarme entre ellas, la suavidad de tu piel me hincha de placer, y me froto, tú te mueves mientras finges estar dormido, "inconscientemente" me pegas tus caderas a la cintura dejándome atrapado, palpitando entre tus carnes que siento como poco a poco suben su temperatura. Mis dedos buscan la orilla de tus ropas y la apartan dejando al descubierto esa extensión de placer que lentamente tomo con mi mano derecha, mientras la otra busca el camino hacia tu entrada que está embovedado entre tus piernas e intento colarme abriéndote y frotando hasta que te inundas por completo. Me coloco "de cucharita" para encajar como un rompecabezas con tus formas e ingresar incómodo pero firme dentro de ti.
Gimes, sueñas, mueves tu mano y enganchado de mi miembro me guías, tu piel se eriza y en un suspiro me dejas alojarme en lo profundo de tu noche. Me muevo, te mueves, me recibes y te aferras. Sudamos, mi piel se junta con tu piel y danzamos juntos.
Te giras sobre tu espalda y yo me acuesto entre tus piernas para degustar todo tu sabor, y tú te encorvas, te sostienes de mi nuca y tus dedos se enredan en mis cabellos marcando el ritmo que deseas lleve tu placer. Me halas para que te penetre, pero aún no quiero hacerlo, así que coloco mi miembro entre tu entrada dilatada para frotar y aporrear unos segundos y cuando menos te lo esperas te penetro; aunque no encuentro problema para resbalar entre tus paredes completamente lubricadas y estrechas te pido perdón por no ser lo suficiente delicado con tu cuerpo Jimin, pero este me llama a destrozarlo.
Me abrazas con tus piernas y nos contorsionamos juntos cambiando el ángulo de entrada y salida de tu cuerpo. Me muevo como un chamán en trance conjurando a los espíritus que atrae la luna llena.
Me retiro de ti para descansar un poco, tú te subes a mí y en cuclillas te apoyas en mi pecho, me tomas con tu mano izquierda para colocar lo más recto posible mi falo que ya no soporta tanta sangre acumulada en su cuerpo cavernoso y veo como desaparece tragado por tu cuerpo tan despacio, estoy tan adentro que te duele y tus caderas busca en círculos darte todo el placer que necesitas. Yo solo puedo aferrarme de tus piernas y ayudarte a moverte hacía atrás y luego al frente, luego te vas de un lado al otro y haces caligrafía con el grueso de mi lápiz sostenido por tu vientre.
Me encanta, puedo sentirte apretándome completo. Minutos después comienzas a botar sobre mí como un gimnasta y mi pelvis te recibe para atenuar cada golpe. No aguanto más, me aferro a tus nalgas con mis gruesas manos y las abro, se que te fascina y me lo haces saber arañándome el pecho con tus dedos.
Tu respiración se agita, me encierras con tus piernas y aprietas lo más que puedes mientras encogido sobre mí ahogas un grito de placer mientras aguantas la respiración. Te vienes, tus fosas nasales expandidas y tus labios apretados me lo indican, entonces muevo mi cintura como un toro que no se deja domar por el vaquero y arremeto contra ti para extender lo más que pueda ese orgasmo mezquino que te embarga los sentidos y nubla tu mente.
Te bajas de mí e inmediatamente te tumbo boca abajo contra la cama, mi lengua te recorre en caída libre por tu espalda hasta tus nalgas, las beso, las aparto, las muerdo, me monto sobre ti en una posición que me permita penetrarte firmemente, a lo profundo de tu cuerpo, de tu alma y tus pensamientos y arremeto. Gritas, te retuerces, insultas y pides más. No quiero detenerme, me concentro para no correrme pronto, pero mis testículos frotándose prisioneros entre tus nalgas no opinan lo mismo sin embargo logro contenerme.
Te giro y recojo una de tus piernas, me posiciono y te penetro de costado, yo completamente encogido sobre ti y puedo sentir como toco tu próstata con el glande y te contorsionas, te duele, pero no gritas, te incomoda, pero no te apartas, me pones freno con tu mano, pero no me quitas; ver como sufres y disfrutas al mismo tiempo me excita el doble...
No puedo contenerme más... pienso en acabar. Mi pecho es una catarata de sudor que cada poro aporta para refrescar mi temperatura que está en lo más alto.
Me quito, te mueves, me corro. Un disparo espeso sale de mi pene y te cruza el pecho dejando una estela blanca hasta tu ombligo, disparo otra vez y me derramo en tu abdomen. No es casualidad que mis demonios escaparan en la justa hora del diablo.
Estamos exhaustos, caigo sobre ti y mi esperma se resbala entre nuestros cuerpos confundiéndose con la mezcla de nuestro sudor. Jadeo, la temperatura del ambiente no ha bajado y la nuestra ya ha subido demasiado. Mi pene cuelga flácido y empapado acurrucado en la madriguera de tu entrada. Por fin nos incorporamos, te levantas de la cama y tomas mi mano para guiarme hasta la ducha y limpiar todo rastro de nuestra piel para luego volver a la cama.
No quiero que amanezca, solo quiero que duermas con tu nariz escondida en mi pecho que siente tanta paz cuando respiras sobre él. Te quiero Jimin.
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Cálido Toque / Min Yoongi - Park Jimin
FanficRelatos de intimidad entre Min Yoongi y Park Jimin. Aclaraciones: No haré a Jimin activo, a no ser que alguien me pague. No hay correlación entre una narración y otra. Pero si encuentran que la hay, ustedes son quienes deciden leerlo como tal. Todos...