Existen una gran cantidad de defectos fatales que envuelven a los semidioses. Cada hijo o hija de un dios tiene un defecto en relación a su madre o padre divino. Entre hermano muy pocas veces comparten el mismo. Los dioses tienen una gran variedad de "virtudes" que se convierten en los "defectos" de sus hijos. Sin embargo los hijos de los tres grandes suelen tener, por lo general, el mismo defecto sin importar la cantidad de hermanos que haya.
Los hijos de Hades se dejan llevar por el rencor, como cuando Nico "odiaba" a Percy por lo de su hermana o cuando Bianca accedió a irse con las cazadoras para ya no tener que cuidar de su hermano o Hazel con todo el rencor que guardo contra quienes la maltrataron de niña, además del gran odio que le tenía a Gea (aunque todo el mundo odia a Gea, así que no creo que cuente).
Por otra parte, los hijos de Zeus siempre han sido seducidos por el hambre de poder, la codicia de ser los más fuertes... Thalía había sido tentada a destruir el Olimpo y Jasón desde el principio hizo todo lo que estuvo a su mano para convertirse en Pretor de Nueva Roma, para ser siempre el líder.
Por último tenemos a los hijos de Poseidón. Ellos suelen tener como defecto fatal la lealtad personal. Lo cual puede ser tan bueno como malo. Uno en realidad nunca puede estar seguro a quienes son leales. Percy por ejemplo es totalmente leal al Olimpo, tanto así que estuvo dispuesto a sacrificarse por ellos. Pero eso se debió a que logro recuperar a su madre. Lo sé, he escuchado la historia. Si Percy no la hubiera recuperado, si los dioses hubieran recuperado sus cosas y no se la devolvían... pues bien, yo dudo mucho de que la guerra hubiera sido ganada por el Olimpo. Percy seguramente se habría unido a Luke, quien había sido el único que mostro alguna clase de preocupación por Percy mientras estuvo en el campamento. Y bueno, pueden imaginar el resto. Cronos estaría gobernando todo y Percy sería su mano derecha. Es decir ¿lo han visto pelear? Él claramente hace honor al significado de su nombre: "El destructor".
Pero bueno, no estamos aquí para hablar de las posibles destrucciones del Olimpo si Percy cambia de bando. Tampoco estamos aquí para hablar sobre alguno de los hijos de los tres grandes. Ellos ya reciben la suficiente atención sin que tenga que hacer algo para ganarla. Lo cual me lleva a mi problema principal.
Verán, mis estimados lectores. Yo soy una hija de Afrodita. Y contrario a la creencia popular, nuestro defecto fatal no es ser extremadamente hermosas... bueno tal vez un poco, no pueden culparnos por eso.
La mayoría de los defectos fatales terminan con la destrucción del mundo dependiendo el lado en el que estén. No importa si eres el hijo o hija de un dios o diosa, una deidad menor o mayor. Todos pueden ocasionar la destrucción del mundo. Todos menos los hijos de Afrodita.
Esto no quiere decir que los hijos de Afrodita sean tan inútiles que ni sus defectos fatales puedan servir de algo. No. Esto se debe en realidad a que los defectos de los niños del amor provocan una destrucción personal. Destruye a uno mismo y a quienes te aman.
Se dice que hace mucho tiempo existió un joven de extraordinaria belleza, tanto así que logro enamorar a la misma Afrodita quien encantada lo bendijo dándole las mismas virtudes que sus hijos pero también pasándole los mismos defectos. Este joven se llamaba Narciso. Si. Estoy hablando del mismo Narciso que se enamoro de su reflejo y murió ahogado al tratar de darse un beso. Así que, como ya conocen la historia de cómo Narciso se destruyo a sí mismo además de provocar que su mejor amigo (Ameinias) se suicidara cuando lo rechazo, que la ninfa Ecco se ocultara en una cueva por la eternidad, y que su pobre madre llorara hasta la muerte. Sip, la destrucción personal. Como una pequeña bomba invisible dispuesta a explotar llevándose todo lo que la rodea.