Un trato

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—Ya... Déjenme ver si entendí bien. O sea que "Heda", como ustedes la llaman ¿es la comandante que está a cargo de todo aquí? —preguntó Clarke mientras veía a cada una con algo de duda.

—Exactamente —respondió Lexa con una pequeña sonrisa. Le divertía un poco ver confundida a esta versión de su rubia.

—Ok, entonces si ella está a cargo de todo y de todos, ¿Por qué ustedes no están con ella? ¿Ni con ninguno de los clanes, en realidad? Suena a que no les gusta cómo lleva las cosas y por eso se separaron —les lanzó una mirada audaz —. ¿Es eso? No me digan que se realizan sacrificios como esos documentales que nos proyectaban en el arca —lo dijo algo asustada.

— ¿Qué? ¿Sacrificios? —lo dijo Lindsey confundida —. No somos salvajes, Clarke.

La rubia soltó un respiro de alivio y luego volvió a entrar en pánico cuando escuchó a Alycia hablar.

—No son sacrificios, pero al menos son fuertes castigos si rompes la ley. Algunos pueden llevarte a la muerte —vio la angustia reflejada en la mirada de la rubia —. Tal vez ustedes manejaban mejor las cosas arriba en el cielo —lo digo con algo de sarcasmo disimulado, pero no lo fue para su novia y la otra Clarke, quiénes le lanzaron una mirada de reproche.

—Dime, Clarke. ¿Cómo lo manejaban? —Lexa le siguió la corriente a Alycia.

—Bueno, mi gente no es mejor, tengo que reconocerlo. Al menos si eras mayor de dieciocho años y realizabas algo que se salía de la norma, por más insignificante que fuera, podrías estar seguro de que te mandarían a flotar. Siempre a la defensiva —lo dijo con un gruñido mientras recordaba como perdió a su padre; una lágrima rebelde se escapó de sus ojos —. Podemos hablar de qué tengo que hacer para conocer a la comandante. No quiero que ustedes y los demás tomen nuestra llegada como un acto de guerra, ni hacer nada que signifique el inicio de una.

—CLARKE... —Escucharon el grito afuera del refugio.

—PRINCESA... —Esta vez pudieron reconocer la voz de Finn y los demás más cerca.

— ¡Olvidé por completo a los demás! —la rubia se puso de pie; antes de que alguno pudiera hacer algo, ya se encontraba fuera del lugar.

— ¡Clarke! —fue sorprendida por un abrazo de Octavia —. Lo siento —se separó cuando se dio cuenta.

—Ey princesa, ¿estás bien? —Finn se acercó preocupado.

—Sí, estoy bien, pero no me llames princesa —lo miró con reproche.

—Griffin... —fue lo único que dijo Bellamy al verla.

—Clarke... —Wells se acercó a la rubia y la abrazó. Clarke se sintió incómoda y se separó de él.

Octavia, Bellamy, Finn y Wells salieron en busca de Clarke, ya que el grupo pasado la había perdido de vista. Las demás personas se habían quedado dentro de la nave, sin poder salir, por miedo a que alguien más pudiera perderse.

El grupo se encontraba fuera del refugio; de repente, empezaron a ver cómo pequeños animales corrían por el suelo y cómo todas las aves salían volando del lugar.

— ¡Clarke! —Rachel salió fuera del refugio a buscarla —. ¡Entren todos aquí! ¡Rápido! Mount Weather acaba de lanzar la niebla ácida.

— ¡¿Quién es ella?! —Octavia y los demás se sorprendieron al ver a más personas.

— ¡No hay tiempo! ¡Corran! —corrieron lo más rápido que sus pies les permitían cuando vieron un humo de color amarillo acercarse. Todos ya se encontraban adentro; Bellamy, que fue el último en entrar, logró quemarse la mano mientras cerraba la parte de arriba.

¡¿We are clones?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora