Prologo

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El planeta Tierra ha desaparecido, las guerras eternas que han provocado los humanos generaron por fin la destrucción. Para poder salvarse los humanos inventaron una tecnología avanzada para poder viajar a otros planetas, acabando así con todo el resto de avances tecnológicos, ya que lo único que querían era escapar de la Tierra. Después de muchos años de viaje, los humanos llegaron a un planeta fuera del sistema solar que cumplía con las condiciones para albergar vida, aquí habían seres vivos que lo habitaban, estos eran nobles y de buen corazón, ellos permitieron a los humanos quedarse y aquel lugar que abrió sus brazos a la humanidad se llama el planeta del Milenio Eterno.

El Milenio Eterno lleva existiendo desde hace millones de años, lleva más tiempo existiendo que la ya extinguida Tierra. Este planeta tiene vida inteligente y hay unos seres que poseen una apariencia física similar a los humanos, la mayor diferencia yace en que la figura de ellos es más fina y delicada que la de un humano promedio, sus pieles son pálidas, con cabellos de colores claros ya que no llega mucho al planeta la luz y el calor de su estrella. Ellos contaban con grandes capacidades, podían dominar los elementos naturales y todos estaban en una perfecta armonía, no habían disputas de ninguna clase. Si mirabas un poco sus ciudades, verías claramente que es un planeta reinado por la naturaleza, podrías observar miles de variedades de plantas y animales conviviendo juntos, inclusive monstruos que podrían ser temibles convivían en paz con todos los demás. Sin embargo no todo lo bueno dura para siempre.

Los seres vivos de ese planeta cuya apariencia era similar a la de los humanos se les conocía como milenitas. Los milenitas le brindaron acogida a los terrestres, quienes al parecer estaban desamparados y no tenían ningún lugar al que ir debido a la destrucción de la Tierra, los milenitas al tratar de ayudarlos, les dieron un lugar para quedarse y se aseguraban de que la mayoría de ellos tuvieran con que alimentarse, inclusive les enseñaron un poco acerca del control de elementos. Y aquellos seres humanos que no se sentían lo suficientemente agradecidos, creaban disputas, reclamando no temer una calidad de vida lo suficientemente buena. Los milenitas trataban de sembrar la tranquilidad y calma, pero no lograron establecer de nuevo la paz.

Para calmar el caos los humanos y milenitas dejaron al mandato a la familia Sukire, una familia nacida en el Milenio Eterno. A pesar de que fue un acuerdo para equilibrar las cosas, todo resultó en un completo fiasco. Principalmente los seres humanos tenían una manera de organizarse diferente a los milenitas, las personas no les explicaron nada sobre su sistema de gobierno a la familia que colocaron al mando, sin embargo querían que los Sukire hicieran las cosas como ellos querían, los Sukire mantenían las cosas como lo harían tradicionalmente los milenitas, lo que género que los humanos se quejaran y los despreciaran, generando así otro golpe de Estado.

Los humanos empezaron otra disputa y los milenitas al rechazar las peleas terminaron fallecieron en su mayoría, solo sobrevivieron dos familias los Sukire y los Saito, quienes eran los más importantes del Milenio Eterno. Casi un completo exterminio de una raza entera por parte de esos monstruos.

Las dos familias lograron salvarse gracias al increíble poder que tenían los integrantes de la misma quienes lograron ponerle fin a la guerra, sin tener la necesidad de matar a diestra y siniestra, diferenciándose de los hombres. Sin embargo esas familias no eran muy apreciadas por los humanos, una de las razones por las que comenzaron a decir que esas dos familias sobrevivientes eran despreciables es debido a que en el Milenio Eterno existían 7 espíritus relacionados a los elementos, y se sabía que dos de los miembros de esas familias tenían sus almas sincronizadas con esos espíritus. Y como ya se sabe los humanos no actúan bien ante lo desconocido.

Las cosas no se arreglaron, los seres humanos seguían maltratando a los únicos milenitas que quedaban con vida, marginados y excluidos de cierta manera, estaban expuestos a una situación que nunca se imaginaron, y no fueron capaces de adaptarse al cambio radical que les tocó vivir.

Algunos humanos que ansiaban poder se unieron entre si, y ellos que tenían cierto conocimiento en magia comenzaron a alterar los recuerdos de todos, cambiando sucesos que sucedieron a lo largo de la historia. Entre esos recuerdos implantados metieron ciertos conocimientos en la manipulación de los elementos para que así los humanos pudieran tener más poder.

Debido a que estaban siendo manipulados los humanos dejaron de crear tantos conflictos y seguían casi ciegamente las palabras de aquellos que estaban al poder les decían, en otras palabras no eran más que simples títeres.

No se le cambio el nombre al planeta tras ninguno de los sucesos, sin embargo los humanos que habitaban allí ya no utilizaban el gentilicio de humanos ni de milenitas, ahora todos eran habitantes, esta forma de nombrar se empezó a usar desde el momento en el que los humanos cambiaron los recuerdos de las personas.

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-Pequeña sabes que no es posible.

-No lo entiendo papá, ellos... siempre nos dijeron que eran buenos.

-Al parecer no lo eran.

-Pero ¿por qué? acaso nos mintieron todo este tiempo.

-Ahg no lo sé pequeña deberías dejarlo así.

-No es justo yo quiero saber por qué ellos los mataron, si siempre los tratábamos bien.

-Es difícil de explicarlo, anda debes estar cansada.

-No lo estoy... ¿papá... ellos nos odian?, yo no los puedo odiar pero ellos a nosotros sí, ¿verdad?.

-No creo que nos odien, cariño, es solo que somos diferentes y nos tienen miedo.

-Pero no lo entiendo por qué nos tienen miedo, deberíamos tenerles miedo nosotros, asesinaron a todos, matar a alguien acaso demuestra miedo.

-Es tarde deberías irte a dormir, se va a hacer tarde.

-Estas esquivando mis preguntas... tsk eso no es justo, pero está bien me voy, descansa papá.

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-¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué tienen que estar muertos? por favor, papá, hermano no me dejen sola, no quiero estar sin ustedes son lo único que tengo no me dejen.

Se escuchaba en la lejanía la voz de una niña gritando y suplicando a sus ya fallecidos seres queridos que no la dejaran, porque si lo hacían ella no podía seguir como antes, lo único que la hacia continuar eran ellos que ahora ya no estaban.

El Planeta Del  Milenio EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora