Narra Serena
Durante todos los días que no tuvimos clases visite a Luciel para enseñarle a tocar el órgano, a decir verdad fue bastante fácil, ya que el aprende muy rápido, fue bastante divertido estar con él durante ese tiempo.
Lo único que fue diferente fue el día 31 de diciembre el último mes del año, ese día se hizo una celebración en el palacio en la que estaban una gran cantidad de habitantes importantes y los empleados, la celebración consistía en un banquete, al cual no asistí porque Azrael me pidió que no lo hiciera, Luciel estuvo ocupado todo ese día y solo lo pude ver en la mañana del día siguiente en la que la conversación fue algo así: "Serena feliz año nuevo, espero que tengas el mejor comienzo de año.
Mañana regresamos a las clases, y ya tengo todo arreglado para ir, es realmente agotador estar en ese lugar aunque solo he estado un día, no quiero regresar, es aburrido pasar horas sentado escuchando todo lo que dicen esos maestros.
Durante estos días he tenido sueños extraños, que en cierta parte algunos de ellos se me hacen familiares como si ya hubiese visto lo que pasa, por lo que lograría suponer que son momentos del tiempo que no recuerdo. He tratado de acordarme de cada uno de ellos para poder tratar de crear alguna línea de tiempo para organizarlos.
Después de reflexionar tanto me acuesto a dormir, anteriormente me costaba trabajo pero ahora duermo fácilmente. Me despierto y esta vez no he soñado algo o por lo menos no me acuerdo, me levanto de la cama y tomo una ducha, me visto con el uniforme de la academia y salgo de la habitación, no llego ninguna empleada a la habitación, por lo que supuse que ya no volverán a dirigirse a mi habitación, debí haberlas asustado, que buena que eres Serena, asustar a pobres empleadas.
Llego a la cocina y desayuno algo que yo misma prepare, antes de que terminara por completo de comer Azrael entra a la cocina, detrás de él entran varios cocineros y empiezan a sacar materiales para cocinar algo, en frente de donde yo estoy Azrael toma asiento, los cocineros en la mesa le ponen varios platos repletos de una gran variedad de comidas enfrente de él, y después se alejan.
-Tendrás que ir sola a la Academia Lonsgord, Luciel está enfermo y tiene que ir a una cita médica.
-¿Qué tiene Luciel?.
-No es algo que le incumba princesa, será mejor que se dirija a la academia ya, podrá llegar tarde si no se apresura.
-Puede que si me importe, ¿él tiene algo serio?.
-El suele caer enfermo muchas veces, tiene un cuerpo débil.- Azrael habla en un tono desinteresado y frió, casi como si no le importara la salud de su propio hijo, y poco después de que Azrael dijo eso sentí un fuerte dolor de cabeza y mareo.
-¿Puedo verlo?, si está muy grave puedo ayudarlo, conozco unos métodos para aliviar el dolor.
-Ya dije que sería mejor que se fuera, ya lo mandare a un médico a que lo revise.
Tras tener la charla tan encantadora con Azrael salgo del comedor lo más rápido que puedo, estar en el mismo lugar que Azrael resulta agobiante, y no sé si es solo mi impresión o que no sé cómo debe actuar alguien que está preocupado pero parecía que a Azrael no le importaba lo que le pasara a su hijo, pobre Luciel debe estar pasándola mal, me hubiese gustado ir a verlo pero hay varios guardias que rodean los pasillos, trato de dispersar los pensamientos que tengo y me pongo en marcha para ir a esa prisión con nombre de academia, recojo mis cosas para ir a la academia, al llegar me dirijo al salón en el cual tenía clase, me toma cierto tiempo llegar debido a mi falta de orientación, cuando estoy enfrente de la puerta entro y veo a Ray sentado en el fondo, el deja de mirar uno de sus cuadernos y me mira mientras voy al lugar en el que él está.
La clase pasa sin que ocurra algo relevante, se podría decir que fue de lo más cotidiano posible, lo único lejos de ser normal fueron las insistentes preguntas de Ray acerca de la salud de Luciel, el realmente parecía preocupado por cualquier cosa que le hubiese pasado al albino.
La jornada escolar continuo igual que la primera clase, y al fin llegó la hora de poder irnos a casa, aunque la verdad no estoy muy a gusto con el hecho de tener que estar con el padre de Luciel, me genera ¿una mala impresión?, tal vez no debería ser tan cautelosa, no todos los habitantes querrán hacerme daño.
Voy caminando por la acera cerca de unos árboles mientras escucho la voz de Ray a lo lejos, venia corriendo y se veía muy agitado, me detengo y me doy media vuelta para poder observar mientras se acerca.
-Uff Serena, espera... yo quiero ver a Luciel... por favor déjame acompañarte.- Insistentemente repitió esta oración varias veces a pesar de que estaba exhausto hasta que por fin le respondí afirmativamente.
Juntos fuimos en dirección al palacio en el camino, Ray me pregunto acerca de varias cosas en el palacio, algo que me pareció aún más sospechosa que cualquiera de las demás cosas que allá realizado, sin embargo no dije nada, ya que no me parecía el momento adecuado para hacerlo. Llegamos al palacio y los guardias nos dejaron entrar, nos dirigimos a la habitación de Luciel ya que supusimos que estaba ahí.
-Hola, hola Luciel.- Digo mientras abro la puerta del cuarto, pero no hay respuesta.
-Creo que está dormido.- Ray se adentró en la habitación y se acercó a la cama en donde esta Luciel.
-¿Que enfermedad crees que tiene?.- Pregunte mientras seguía a Ray
-No creo que sea una enfermedad como tal... sabes él siempre ha tenido defensas bajas, no es alguien muy saludable.
-¿Y no es algo que un médico pueda sanar?.
-No, es algo diferente, se podría decir que es una especie de maldición.- ¿Una maldición, por qué tendría Luciel algo como eso?
-Pero si es algo como eso, no debería su padre buscar una forma de ayudarlo... es decir él se encuentra muy mal, parece alguien muerto.
-Supongo que eso debería hacer.- Después de que Ray dijera eso me pare justo al lado de la cama de Luciel, y me quede viéndolo, se veía realmente débil y su color de piel que a pesar de que siempre es muy blanca de alguna forma llego a ser aún más pálida.
-Aunque espera, Azrael me dijo a Luciel lo iba a ver un médico, ¿de que serviría que viera un medico?
-Para aliviar el dolor, puede que algunas medicinas le ayuden a sentirse mejor, pero solo sería como una especie de anestesia.
-Ya veo... oye crees que pueda ayudarlo, cuando era pequeña me enseñaron varias técnicas de curación, aunque no sé si sirvan contra una maldición.
-¡Sí!, esa es una buena idea, siempre has sido buena usando magia.- Otro comentario que hace parecer que me conoce desde hace tiempo, en algún momento le preguntare sobre esto y también sobre como sabe de Luciel.
Puse mis manos en la cabeza de Luciel y me concentre en sanar las partes enfermas de su cuerpo, las palmas de mis manos empezaron a desprender una luz de un color verde, y tras unos minutos se podría decir que termine.
-¿Estará mejor ahora?.- Hice esa pregunta para ver si la magia que use había ayudado en algo, aunque a decir verdad no se si Ray podría responder a eso.
-Estoy seguro de que si, nadie mejor para curarlo que la mismísima princesa a la corona del Planeta Del Milenio Eterno.- La puerta se abrió de repente y entro Azrael.
-¡¿Por qué están ustedes acá?!, ¡Quien les dio permiso de entrar!.- Intente decir algo pero Azrael no permitió excusa alguna.- ¡Salgan de la habitación ahora mismo!.- La voz sonaba alterada, pero mas que ser por el hecho de que podíamos perturbar a su hijo, parecía ser que era porque estaba ocultando algo.
Nuevamente me plantee decir algo para explicar la situación, ya que me parecía injusto que solo nos gritara porque si, pero Ray me agarro del brazo y salio corriendo, rápidamente me saco del cuarto.
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El Planeta Del Milenio Eterno
FantasiSerena es la princesa del planeta del Milenio Eterno con poderes sobrenaturales que ha perdido los recuerdos de los últimos años de su vida, se encuentra en una estación de transporte, en donde habla con un desconocido que parece conocerla de alguna...